Telecinco se jacta de tener tres productoras de confianza a las que les encargan la mayoría de sus formatos, tanto en programas como en ficción. El trío está compuesto por Alba Adriática, filial de Miramón Mendi, la productora de José Luis Moreno, y de la que Telecinco participa desde 2006 con un 15% de las acciones; Mandarina, de la que Telecinco participa un 30% también desde 2006; y La fábrica de la tele.
Entre las tres productoras cargan a sus espaldas con los programas más populares de la parrilla de Telecinco y contribuyen a difundir la imagen de la cadena que todos conocemos. Alba Adriática es la responsable de La que se avecina y de Escenas de matrimonio. Se habla de otra nueva serie pero aún en plan confidencial, veremos si se confirma. Mandarina produce Está pasando y ha producido El buscador o Díselo a Jordi. También tienen el honor de haber estado a punto de estrena La tarde de Laura, con Laura Bozzo, que se canceló antes de emitirse. La fábrica de la tele produce La Noria, Hormigas blancas y es la productora que ha fracasado con Las gafas de Angelino.
Ahora parece que Zebra va a intentar levantar la sobremesa con una nueva producción y, si lo consiguiera, entraría a formar parte de las productoras estrella de la cadena. Pero su caso es diferente porque esta productora sí que trabaja con otras cadenas, fundamentalmente autonómicas. Las otras tres producen casi con exclusividad para Telecinco y, de hecho, la cadena ha hecho todo lo posible para que así sea. Por ejemplo, Boomerang TV perdió la confianza de la cadena, que le canceló Salsa Rosa y le encargó Sábado Dolce Vita a Mandarina para participar más aún de los beneficios.
Este sistema de productoras asociadas a la cadena permite que Telecinco tenga un control total sobre las emisiones, participe en los beneficios de forma directa e indirecta y redunda en la repetición de contenidos que hace que la programación se retroalimente de una manera casi enfermiza, repitiéndose los contenidos en distintas franjas hasta la saciedad. Como modelo de empresa está claro que funciona. Ahora, como modelo de producción de televisión, el resultado es una cadena en la que los contenidos amarillistas son una clave fundamental y están tan consolidados que es absurdo pensar que algo de todo esto pueda cambiar en un espacio corto de tiempo.
En ¡Vaya Tele! | Productoras y cadenas, tres enfoques de la relación