Por la repercusión crítica, en los premios y en las tendencias de moda, no puede negarse que Mad Men ha sido la serie de 2008 en Estados Unidos. La segunda temporada, que Canal+ estrena este sábado a las 22:00, ha sido la que ha ampliado su alcance hacia un lugar que, desde luego, resulta extraño si nos fijamos sólo en sus cifras de audiencia, con una media de un millón y medio de espectadores a lo largo de estos nuevos 13 episodios.
Pero hay que tener en cuenta que esa media es significativamente más alta que la de la primera temporada (de 925.000) y que se emite, en verano, en un canal por cable con un peso mucho menor que la HBO o FX, como es AMC. Dicho todo esto, Mad Men debe ser el título de culto que más páginas ha acaparado este año en los medios de comunicación, fascinados por la impresionante ambientación de principios de década de los 60, por el lento discurrir de las tramas y por unos personajes que esconden mucho más de lo que dejan ver.
En la segunda temporada, aunque seguiremos viendo cómo Don Draper intenta manejarse en un mundo que no deja de cambiar, van a ser los personajes femeninos quienes dén un paso al frente, sobre todo su mujer, Betty, cuyo rol cambiará con respecto al de la primera temporada. Entre los fans, las tramas que se refieren a Pete, Peggy y Joan han sido también de las más celebradas.
El éxito de Mad Men ha de medirse no sólo por los premios o las buenas críticas, sino también por la manera en que se ha adentrado en la cultura estadounidense, al menos la de las costas. Los Simpson homenajeó sus títulos de crédito en su especial de Halloween, su protagonista, Jon Hamm, fue presentador invitado de Saturday Night Live, estrenó Ultimátum a la Tierra y será novio de Liz Lemon en la tercera temporada de Rockefeller Plaza, y una de sus actrices, Elisabeth Moss, recibió buenas críticas por su trabajo en Broadway, en la obra de David Mamet Speed the plow.
En ¡Vaya Tele! | Mad Men y sus dificultades de cara a una tercera temporada