Se supone que las series de otoño se estrenan entre septiembre y octubre pero siempre hay alguna serie que nos permite adelantar los deberes. El piloto de ‘The Flash’ se filtró por casualidades de la vida en junio y ahora Hulu ha puesto a disposición de los usuarios americanos las presentaciones de ‘Selfie’ con Karen Gillan y la comedia romántica ‘A to Z’, que ha sido una grata sorpresa.
Este género, el de la rom-com, no es que tenga mucha suerte en televisión. Les suele ocurrir como a las parejas reales: empiezan con pasión y al cabo de un tiempo tienen que esforzarse para mantener el interés y la chispa. En este aspecto, podríamos decir que el cine es un medio más adecuado. Una vez llegamos al momento del emparejamiento oficial o de la ruptura, pueden fundir a negro y no dar explicaciones sobre cómo les funcionará la cosa en tres años.
Por esto ‘A to Z’ es una apuesta tan simple y tan ambiciosa a la vez. Desde un principio avisa de qué trata y cuál es el objetivo, lo que tampoco le deja tanto margen de maniobra como ellos quisieran. Es la historia de amor de Andrew y Zelda, un romántico empedernido y una estricta abogada que no cree tener tiempo para el amor, ambos influenciados por unos referentes confusos. En el caso de él, una madre muerta e idealizada, y en el de ella, una madre hippy y promiscua.
¿Una historia cerrada?
Lo curioso es que la narradora (una Katey Sagal espléndida) hasta nos desvela el tiempo que saldrán juntos. Serán ocho meses, tres semanas, cinco días y una hora de citas, conocerse y flirteos. Supongo que este será el terreno que querrá cubrir la primera temporada. ¿Y luego? ¿Habrá una ruptura y seguiremos el tiempo que estarán separados hasta volverse a encontrarse o tendremos ante nosotros una serie sobre prometidos?
El primer objetivo que deberá superar ‘A to Z’, que conste, es su ubicación. Se emitirá en NBC y no es precisamente el canal con mayor porcentaje de éxito en cuanto a comedias. Habrá que vigilar, por lo tanto, que no nos quedemos con la duda del desenlace de esta historia de amor que, sí, apunta maneras y que recuerda por su cláusula temporal a '500 días de verano', esa refrescante comedia con Zoey Deschanel y Joseph Gordon-Levitt.
El truco, como ocurre con muchos productos del estilo (como la malograda ‘Bent’), es tener una pareja con química. Ben Feldman ya había demostrado tanto en ‘Drop Dead Diva’ como ‘Mad Men’ que merecía un protagonista con su vis cómica y Cristin Milioti había hecho lo mismo en ‘Cómo conocí a vuestra madre’, cumpliendo las expectativas de los espectadores que llevaban años esperando conocer la identidad de la madre del título. Y los dos son adorables y funcionan en sus escenas juntas. La mitad del trabajo ya está hecho.
El reto del largo plazo
Pero, como también ocurre en este tipo de series, el segundo reto está en el largo plazo. No es una cuestión de cumplir expectativas y zanjar bien el relato cuando hayan pasado los (espoileados) ocho meses, tres semanas, cinco días y una hora. Lo difícil será desarrollar un humor propio que pueda emanciparse de la propia premisa. Los primeros veinticinco minutos no son una buena muestra de ello porque es una presentación muy clara y no hay ninguna situación absurda típica de sitcom.
Las buenas vibraciones, sin embargo, están aquí y la narradora, los protagonistas y un guión que enfatiza lo entrañable le dan un toque distinto. ‘A to Z’ es agradable al instante y el arranque tiene unas presentaciones rápidas que tampoco resultan precipitadas. Pero habrá que estar atentos y tocará rezar para que la NBC no la cancele a la primera de cambio. Por su planteamiento, no quedarán muy bien ante su parroquia si lo hacen antes de resolver el primer misterio.
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