De repente la voz en off se ha convertido en un recurso sobreexplotado en las series y podemos ver cómo en diferentes propuestas se utiliza como si se tratase de un elemento novedoso cuando, en realidad, es una herramienta útil que, mal utilizada, puede dar al traste con los efectos que debe producir. Tenemos abundantes ejemplos y referencias que nos pueden ayudar a examinar el recurso.
Sin ir más lejos, la voz en off de Gominolas (Yolanda Arestegui, en la foto, que interpretaba a la mujer de Emilio Aragón en Casi perfectos), se parece sospechosamente al personaje de Mary Alice en Mujeres desesperadas. Ambas son el detonante de la acción de la serie, ambas hablan del tema universal que recorre la trama del episodio. La diferencia y lo que realmente da fuerza al recurso es que Mary Alice era parte de la realidad que cuenta, mientras que la gominola naranja es un personaje totalmente ajeno a la acción que narra.
En La familia Mata, el personaje de Daniel Guzmán tiene esos momentos de explosión interior reforzados con una imagen congelada. Una pena que la interpretación de Daniel Guzmán no acabe de transmitir la intensidad que debería. En Me llamo Earl, la explosión interior del personaje refuerza la comedia y forma parte del gag, mientras que en La familia Mata apenas alcanza a ridiculizar al personaje, reforzando su patetismo, pero sin servir de catalizador para siguientes escenas.
Y si hablamos de monólogos interiores, no podemos dejar de mencionar Cuestión de sexo, donde el personaje de Guillermo Toledo cuenta para el espectador lo que realmente piensa y que suele ir en contra de las acciones que emprende. Una contradicción que no tiene demasiada fuerza porque el espectador puede anticipar cuál es ese estado de ánimo sin necesidad de la narración. Justamente lo contrario ocurre en Dexter, donde la narración del personaje, también en contradicción con sus acciones, sí que da una información verdaderamente interesante y que el espectador sólo puede conocer gracias al recurso de la voz en off.