Ahora que la palabra remake está un poco de capa caída después de la gran profusión de proyectos que se centran en recuperar grandes clásicos y que basan buena parte de su fundamentación en parasitar un éxito que les permita vivir durante un tiempo; no podemos evitar echar la vista atrás con muchísima nostalgia a una serie que nos adentró en esto de volvernos locos con la ficción internacional.
Estamos en 2003 y poco podía imaginar el canal Syfy que con 'Battlestar Galactica' pondría su granito de arena en la historia de la mejor ficción con una producción que no sólo nos traía enormes batallas a través del espacio; sino que pondría en solfa la epopeya humana con personajes que nos hacían replantearnos una y otra vez qué somos y qué hacemos. Uno de ellos era Número Seis.
La evolución Cylon
La humanidad ha prosperado. Tanto, que el desarrollo tecnológico ha permitido crear seres, máquinas, robots, de los que aprovechar su esfuerzo y trabajo. Y están tan bien hechos que han evolucionado hasta convertirse en seres inteligentes, que se sublevan al papel de esclavitud que los hombres les han conferido. Así comienza la guerra entre hombres y cylon.
40 años después de la Primera Guerra Cylon, los hombres han encontrado paz y estabilidad. Hasta que aparece ella. Hasta que se produce el encuentro con las terribles "tostadoras" y Tricia Helfer se convierte en el ensueño que encierra tanta belleza como horror. Su primera aparición, enfundada en un ceñido vestido rojo, es una de las imágenes más icónicas de la serie.
Ahora, los cylon han alcanzado la apariencia humana. Han desarrollado doce modelos que parecen personas. Pueden internarse en la flota de esa humanidad tan menguada tras el ataque a las Doce Colonias. Son capaces de seducir y engañar a los bobos humanos para que sigan sus propósitos. Pero ¿hasta qué punto pueden "imitar" su humanidad, sus sentimientos, su empatía? Número Seis está a punto de descubrirlo.
De Número Seis a Caprica
Numero Seis juega un papel fundamental en 'Galactica'. Ella es la encargada de seducir a Gaius Baltar, el brillante científico que, sin darse cuenta, (está demasiado ocupado en su propios placeres) desencadena el éxodo de la humanidad en busca de salvación. Número Seis es tan asombrosamente atractiva como inteligente, pero no todo es positivo para ella, pues vive una permanente lucha interna.
Por sus logros en la guerra contra la humanidad, Número Seis es una héroe entre la comunidad cylon, que pasan a llamar a esa copia del modelo seis, Caprica. Porque existen muchas copias de cada modelo y no todos son iguales. Su personalidad se va forjando a través de las vivencias que les toca experimentar. Así, Caprica, la cylon que lo lanza todo, se siente culpable.
Crapica vive en la frustración y el deseo. La piedad y conmiseración por la especie humana le hace aborrecer sus propios actos. Admira la capacidad de los hombres por sentir y desarrollar relaciones con otros. Quisiera poder amar. No sabe que, en realidad, ya lo hace, ya es más humana que muchos. Caprica es una de las que abre el debate filosófico que encierra una serie como 'Galactica', que nos hace preguntarnos qué somos y qué responsabilidad tenemos hacia lo que creamos.
Caprica es uno de los personajes más positivos, su increíble evolución nos hace albergar esperanzas sobre la relación entre cylon y humanos. Tiene fe. Cree en el plan y la redención, en alguien mejor que puede guiarlos. Y cree en ese Gaius Baltar que habita en su cabeza y no le permite avanzar. Desconoce que ella misma vive también en la mente del científico y que su amor será una de las bazas más poderosas para que todo esto ya haya pasado y vuelva a pasar.
En ¡Vaya Tele! | La importancia de llamarse
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