Guys, where are we?
Cuando Charlie Pace se estrelló en la isla de 'Perdidos' era sólo un drogadicto acabado, pero cuando murió apenas unos meses más tarde, fue un héroe para todos los supervivientes. ¿Qué pasó en ese tiempo que le hizo cambiar? Pues lo único capaz de mover montañas: el amor. Un amor doble; por un lado Claire, la rubia de sus ojos que nunca se pudo quitar de la cabeza; por el otro Aaron, un adorable bebé que durante mucho tiempo le quitó la razón y el sueño.
La vida de Charlie fuera de la isla estuvo marcada por la fama y las drogas. Su grupo, "Driveshaft", que creó junto a su hermano se convirtió en todo un éxito casi sin darse cuenta (genial escena bajo la lluvia cuando oyen por primera vez el "You all everybody" en la radio), pero lo que se derivó a partir de ahí fue el comienzo de una tragedia. Su interés en mantener los pies sobre la tierra se fue al garete cuando Liam, su hermano, le arrastró al mundo del polvo blanco para luego abandonarle en la miseria.
Tras estrellarse en la isla Charlie era inseguro, inocente, a veces algo cobarde, y por culpa de su adicción a la heroína, la ansiedad le atacó en sus primeros días en la isla. Poco ayudó el hecho de encontrar infinidad de figuritas de una virgen con el polvo blanco en su interior, suficiente para mantenerle colocado hasta el fin de sus días, pero con algo de fuerza de voluntad y la ayuda de un Locke todavía no convertido en humo negro, logró simbolizar su "desenganchamiento" lanzando la bolsita al fuego.
A partir de ahí, se concentró en su familia encontrada casi por casualidad, haciendo en lo posible que la vida de Claire fuese mucho más fácil. Con especial cariño recuerdo la escena en que Charlie le lleva un bote vacío simulando que dentro está llena de mantequilla de cacahuete, y casi lloro cuando, tras encontrar el almacén de comida en la escotilla, consiguió llevarle un enorme bote relleno del dulce manjar.
Pero no todo fue alegría y armonía junto a ella. El hecho de que guardara a escondidas algunas figuritas con droga en su interior no le cayó nada bien a Claire, y en nada ayudó su obsesión con bautizar a Aaron. El secuestro del pequeño mientras caminaba sonámbulo para darle el santo sacramento a la orilla de la playa fue la gota que colmó el vaso, y el grandísimo puñetazo que Locke le propinó por ello le quitó las ganas de acercarse a ella por un tiempo.
Suerte que no todo era Claire en la isla; Charlie siempre tuvo en Hugo/Hurley a su mano derecha, un dúo dinámico que capítulo a capítulo desdramatizaba las situaciones más dantescas que se producían en la isla. El dúo pronto se convirtío en trío (o en 2 + 1, que no se me enfade nadie) con la llegada de Desmond, pero la historia pronto comenzó a apartar a Hurley de la ecuación. Desmond y Charlie tenían una misión que cumplir, y en ella, Hugo no tenía cabida.
Charlie nunca fue del todo feliz en la isla, siempre hubo algo que le mantuvo apartado de Claire, y cuando por fin logró estar junto a ella, la muerte comenzó a acecharle. "Des" comenzó a tener visiones; en algunas veía a Claire subiéndose a un helicóptero y saliendo de la isla, pero en otras veía a Charlie muriendo ("You're gonna die, Charlie"). Como si de una secuela de 'Destino Final' se tratara, salvar una vez a Charlie de la muerte sólo significaba que una más nueva y macabra se avecinaba, por lo que para salvar a Claire, había que acabar de una vez con todo.
¿Y qué mejor forma de morir que siendo un héroe? Tras una soberana paliza en la estación subacuática, Charlie descubrió que el barco llegado a la isla no pertenecía a Penny, la novia de Desmond, pero para poder llevar esta información a los demás habría de morir ahogado con el fin de que Desmond pudiera sobrevivir y dar el mensaje al resto de supervivientes. Pace cerró la puerta, y mientras el agua entraba por la ventana, en su mano escribía un mensaje para Desmond, tres palabras que se convertirían en lema de la serie y en la frase favorita de la serie para muchos fans, servidor incluído.
Not Penny's Boat
En su momento no fue un final satisfactorio para la audiencia, ninguna muerte de un personaje querido lo es, pero más vale una muerte a tiempo que un mal quite a destiempo, y con el paso de los capítulos, los fans de este personaje comprendimos que un final triste no tiene por qué ser un mal final; en este caso ocurre más bien todo lo contrario.
Y al final, como en los mejores cuentos, comieron perdices. Sí, en el purgatorio, pero las comieron. Si eres de los que lloró con la "series finale" de 'Lost', seguro que un par de lágrimas se te escaparon cuando Claire, Charlie y un recién nacido Aaron comenzaron a recordar su vida pasada, algo que les permitiría pasar página junto al resto de supervivientes. En la vida no siempre hay un final feliz; Charlie no lo tuvo, pero si de verdad existe eso que llaman cielo e infierno, estoy seguro de que él iría en primera clase directo al paraíso. Descanse en paz, Charlie Pace.
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