En la ficción televisiva contemporánea manda el mercado. Y cuando algo funciona, se toca poco, muy poco o nada. No hay más que echar la vista atrás para ver continuaciones que, si bien no han defraudado, no han estado a la altura de sus antecesoras.
Es el caso de ‘Narcos’, cuya primera temporada sigue a años luz de distancia de la segunda y tercera entregas. A ‘Black Mirror’ le ha pasado algo parecido, incluso estando estructurada como serie antológica con capítulos autoconclusivos. Y, por supuesto, 'Juego de Tronos', que sigue siendo presa del fandom y aunque se reconoce su bajón en las últimas temporadas, sigue triunfando.
Estas series son reconocidas, además de grandísimos éxitos. Y viven, sin duda alguna, de sus inteligentes fórmulas narrativas, de indudable calidad. Pero bien se sabe que la repetición de fórmulas desgasta su originalidad, y, aunque volver a ese tipo de ficciones tiene interés por la indudable calidad de sus elementos -construcción de personajes, cinematografía, interpretación, giros narrativos-, cuando volvemos, de nuevo, a lo mismo, se nota.

Reconocer el desgaste de ideas que en su origen eran la bomba pero que terminan sobreexplotadas es un acto de humildad que pocas historias son capaces de asumir. Entre ellas, siempre sobrevoló uno de los emblemas de la BBC y, quizá, la más estética de las series de los últimos tiempos: ‘Peaky Blinders’. A pesar de los detractores de su tercera parte, la serie británica se había constituido como una apuesta por la acción y ritmos trepidantes a través de una magnífica construcción de personajes e interpretaciones soberbias.
Pero llegó su cuarta temporada, y la serie pecó. Porque a pesar de sus virtudes, que son muchas, ‘Peaky Blinders’ denota casi sin quererlo que su fórmula está empezando a cojear, y sin volverse repetitiva (aún), ya da muestras de agotamiento. Los giros de guión a manos del maquiavélico Tommy Shelby ya se antojan menos sorprendentes, y su espectacular fotografía y montaje, que sigue siendo su punto más fuerte, no sostiene las lagunas que empiezan a surgir.
[AVISO: a partir de aquí puede haber información que se considere SPOILER...]
Luces y sombras
Vayamos por partes: ‘Peaky Blinders’ sigue siendo una pasada. Su exquisito montaje y su control del tempo dramático y el ritmo narrativo a través del aspecto técnico es difícilmente igualable en la parrilla mundial de series. La gramática audiovisual se aprovecha al máximo y con resultados excelentes: el dominio del montaje en paralelo para acentuar la incertidumbre en tramas diferentes, lo bien que se acompasan banda sonora e imagen...

También destaca su increíble reparto, que incluso mejora en esta temporada. A los Shelby, encabezados por el gigantesco Cillian Murphy y con Paul Anderson y Helen McCrory a sus flancos y con Tom Hardy encarnando a Alfie Solomons, se les unieron tres fichajes de nivel: Adrien Brody, que está excelso como Luca Changretta, Charlie Murphy como Jessie Eden, uno de los personajes más desaprovechados de esta temporada y Aidan Gillen dando vida a Aberama Gold, un Meñique gitano incluso más cruel.
Y es que el nivel interpretativo de los actores de ‘Peaky Blinders’ incluso se hace mejor gracias a la sucia y gris fotografía. Porque en esta extraña convergencia de personajes podridos y denostados, aparece un Birmingham oscuro que se vuelve protagonista y dialoga con sus habitantes. Así, la imagen se vuelve una herramienta más para explicarnos el carácter de los personajes, lo que sienten y lo que padecen.
La inclusión de la mafia italoamericana en la historia es otro acierto más de los ya citados en esta temporada, y que desde el inicio se nos presenta como temible. El primer capítulo apuntaba hacia dónde iría la serie, y tenía muy buena pinta: mafia, movimiento obrero, huelgas, incluso feminismo… Sin embargo, y sobre todo por el corsé narrativo que es disponer de seis capítulos de menos de una hora, es imposible desarrollar lo suficiente tantos frentes abiertos.

Es ahí donde comienzan los problemas de ‘Peaky Blinders’. Con todo lo positivo que tiene la serie, que es mucho, intentar abarcar tanto en tan poco tiempo es muy complicado. Esta cuarta temporada se ha visto desbordada en lo temático, dando pinceladas muy pequeñas de algunas de las tramas en las que profundizar podría haberse sumado a la lista de aciertos.
La cuarta temporada de 'Peaky Blinders': desgaste por repetición
Parecía que ésta iba a ser la temporada del alzamiento femenino, y hay grandes momentos que protagonizan las mujeres de la serie. Ada Shelby tiene una potencia descomunal, así como descaro posee Jessie Eden. Polly, además de por la magnífica Helen McCrory en la interpretación, sigue siendo uno de los mejores personajes de la serie.
Sin embargo, debido a la abundancia de tramas, el interés en el desarrollo de tópicos cercanos al feminismo termina siendo uno de los que más sufre en el amplio abanico temático, quedando relegado a un segundo plano. Así ocurre también con el movimiento obrero y, en general, con Jessie Eden, que se queda un poco atrás respecto al resto de los nuevos personajes.

En lo referido a los propios personajes, falla la caracterización de varios. Ocurre, sobre todo, en los arcos de evolución, donde Polly tiene un desarrollo extraño, casi artificial. Además, Arthur, quizá el personaje más interesante, peca de ser plano. Tras la muerte de John, se echa de menos que los personajes más jóvenes, Michael y Finn, tengan más protagonismo. Incluso Tommy, que sigue en su línea, comienza a perder su magia.
Probablemente el problema de los personajes se deba a la construcción dramática, que abusa del flashforward y la elipsis para hacer avanzar la acción. Los personajes cambian de motivaciones con menos explicaciones de las esperadas, lo que hace que parezcan artificiales.
‘Peaky Blinders’, que es una serie de personajes, ha optado en esta cuarta entrega por la acción trepidante, arriesgando mucho al incluir más tramas y, por tanto, más personajes a desarrollar. A esto le sumamos el uso de cliffhangers y puntos de giro, que por su cantidad empiezan a dejar de ser de ser sorprendentes y no pillan al espectador desprevenido.

Esto se ve especialmente al final de la temporada, casi atípico en la línea de la serie. Este último capítulo cierra con un epílogo a modo de anticlímax después de una excelente primera mitad que culmina con la muerte de Changretta a manos de Arthur. Este epílogo rompe con la cadencia rítmica del capítulo y hace desconectar al espectador con una elipsis narrativa muy desaprovechada.
Más allá de su preciosismo técnico, ¿es la serie demasiado efectista en esta temporada? Con tan poco espacio para el desarrollo que merecen sus personajes y tramas -seis capítulos son pocos-, ‘Peaky Blinders’ decide que es la imagen la que desarrollará la calma narrativa necesaria para sus personajes, y que éstos tomarán las riendas de la acción. Apuesta arriesgada que aún, después de cuatro temporadas, sigue funcionando. Pero, ¿hasta cuándo?
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7 comentarios
Bob
Otra serie que ha caído en el fan service, la última temporada ya ha sido de traca. Muy chula, con grandes actores y con excelente ambientación, pero a nivel de guión no tiene nada que hacer frente a otras series criminales coetáneas como Gomorra o Ray Donovan (y no entro en clásicos como The Wire, Los Soprano, Boardwalk Empire, Romanzo Criminale o The Shield, porque está fuera de lugar), guión que básicamente se basa en diálogos muy molones y muy yolatengomásgrandequetu y en "voy a acabar con todos los Peaky Blinders pero no", "mato a tu hermano pero no", "me voy a quedar con todos tus negocios pero no", "la familia Peaky Blinders acaba hecha unos zorros al final de la tercera temporada pero no, se arregla todo en los primeros treinta segundos de la cuarta temporada" para que al final siempre esta familia de gitanos se salga con la suya para deleite de los fans.
La serie, como digo, muy bien, pero es delirante que haya gente que la ponga a la altura de las más grandes y que la considere notable a nivel de guión, supongo que la misma gente que va por ahí flipando y recitando "don't fuck with the Peaky Blinders" o "welcome to Birminghan, Mr Changretta" como si fueran citas de Shakespeare.
christian.farre
La cuarta temporada está a un nivel muy alto, en especial por Adrien Brody y otros personajes nuevos, dejando escenas sublimes. En cuanto a trama no es la peor de las 4 Temporadas. Seriaza.
mefista
Peaky Blinders es de esas series que ya merecen la pena solo por ver a todos estos actores trabajando juntos (Cillian Murphy, Helen McCrory, Paul Anderson, Sam Neill, Tom Hardy...). Sus interpretaciones son muy disfrutables para el espectador. Luego ya ves la ambientación, la banda sonora, el guión, la fotografia, el vestuario...
Un auténtico lujazo en todos los sentidos. Yo disfruté muchísimo de la primera temporada, y todavía me gustaron más la segunda y tercera. Estoy por empezar la cuarta, así que he leído por encima la crítica. Creo que se habló de una quinta temporada antes de terminarla definitivamente.
Lo de la fórmula que se empieza a agotar es normal. Pasa con muchas series. Los Peaky Blinders se mueven en un terreno muy específico y, por muchos giros de guión y por mucho que prosperen, siempre se van moviendo en círculos similares (traiciones, venganzas, muertos, pactos con su peor enemigo, derrotas y victorias...). Hasta ahora me ha parecido que se ha manejado con mucho acierto, a pesar de esos lugares comunes que también están en la trilogía de "El padrino", por poner un referente clásico.
doomer
Para mi es una serie grandísima. Al nivel de Gomorra o Boardwalk Empire.
javierlloveria
Me parece genial espinof la opinión que tengáis respecto a la serie, pero hacer el favor de advertir en la parte superior de la noticia que contiene spoilers. Es un motivo para dejar de leer vuestros artículos.
Fuel
Con esta serie tengo la sensación de que lo tiene todo para ser enorme -actores, dirección, tramas, estilo visual, etc...-, y aún así siempre se queda a medias. No hay manera de que cierren una temporada de forma redonda, siempre me acaba sabiendo a poco o a que no ha conseguido explotar su potencial. En esta parecía que por fin lo iban a conseguir, pero no, no hay manera.
Aún así, muy disfrutable, y la serie más cuidada visualmente que hay ahora. Una gozada.
moongoose
Poned lo de spoilers, porque el penúltimo párrafo es glorioso.
Por otro lado, después de dos grandes temporadas ( 1 y 2) han venido dos algo más flojas, esta cuarta especialmente. Se salva por el ritmo, interpretaciones y ambientación, pero muchos tramos me parecieron demasiado alborotados y rápidos. Veremos la 5ª.