Un halo de misterio ha envuelto siempre a los caballeros templarios, estos monjes guerreros han suscitado numerosas historias basadas en ocasiones en relatos nacidos del imaginario narrativo.
Las cruzadas y su lucha en Tierra Santa han sido el germen de numerosas producciones centrándose en particular en la formación del reino latino de Jerusalén en el siglo XI o la conquista de la misma a manos de Saladino.
Pero en esta ocasión gracias al canal History Channel, y desde el jueves 6 en HBO España, podemos encontrar ‘Knightfall’, el relato en 10 episodios de la caída de la Orden ante la última perdida de Acre en 1291 tras el abandono de los templarios ante las fuerzas musulmanas.
La serie nos sitúa en París 15 años después de este hecho, mostrando a los caballeros debilitados al lado del rey Felipe IV, un monarca tremendamente influenciado por su corte y que tiene puestas sus esperanzas de recuperación económica en el enlace de su primogénita Isabel.
'Knightfall': el Santo Grial y el fin de los templarios
El protagonista de la ficción es Landry, un caballero templario harto de la desidia de la Orden que lucha por recuperar Tierra Santa y continuar con la búsqueda del Santo Grial, elemento que, como es predecible, va a resultar elemental en la trama de esta primera temporada y así lo marca su primer episodio.
Las tramas e intrigas que puede desarrollar la serie son infinitas sin tener que dejar de lado los datos históricos, habrá que esperar el desarrollo de la temporada pero en este primer acercamiento se palpa el sacrificio de la vericidad y la potenciación de la ficción.
El papel protagonista que recae en Tom Cullen, conocido por su intervención en 'Downtown Abbey' y que pronto podremos ver también al lado de Kit Harington en 'Gunpowder', además de resultar atractivo en pantalla puede aportar la rudeza y fortaleza necesaria.
Añadir un producto más al boom de las series históricas es un arma de doble filo. No hace falta reparar en grandes ejemplos de ficción como 'Juego de Tronos' (‘Game Of Thrones'), lo importante es fijar el público que se quiere seducir y el nivel de rigor que se quiere aportar.
Un buen ejemplo de una producción con las intenciones claras es ‘Reign’, un despropósito histórico pero efectivo en el entretenimiento de un determinado sector o en el otro lado, donde predomina el rigor podemos encontrar la serie 'Vikings'.
Los chirriantes fallos en esta nueva producción como la denominación de Reino de Cataluña al Reino de Aragón, el quiero y no puedo en las escenas de batallas o la representación de la reina Juana y sus tramas de alcoba pueden ser elementos que marquen ‘Knightfall’, esperemos que en los sucesivos episodios nos encontremos con mayor rigor histórico sin olvidar ese punto de ficción que consiga cautivarnos.
Texto realizado por Lara Ben-Ameur
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