Y digo “prescindible” por no decir “barato”, que en un titular el adjetivo podría prestarse a confusión. Encontrarse con Kevin Kline en la tele es más raro que descubrir a Eduardo Punset presentando un remake de ‘Tómbola’, salvo que al actor lo veamos en alguna de sus muchas películas que se repiten hasta la saciedad en aquellas cadenas que sólo saben emitir filmes que no envejecen bien con el paso del tiempo. El actor apenas ha protagonizado trabajos creados para la pequeña pantalla, y quizás por eso me ha parecido… interesante que HBO esté preparando un telefilm con el actor estadounidense, aunque “interesante” no tiene por qué ser un cumplido, que conste.
En principio, el argumento (sin spoilers ni nada, que tampoco los creo muy necesarios) parece sacado de una peli de la legendaria categoría ‘Antena 3, domingo por la tarde, sofá, mantita y siesta en ciernes’: un tipo que resulta tener la cara de Kevin Kline mata a su pareja y se ve condenado a cumplir 15 años entre rejas. Al salir de la cárcel, que es justo el momento en el que conocemos al personaje, el hombre intenta rehacer su pasado y se pone a buscar a sus viejos amigos y tal. No me pronunciaré más sobre el argumento hasta haber visto el producto final, si es que lo veo, que tampoco es que me llame mucho la atención a priori, para qué nos vamos a engañar.
No soy precisamente el socio fundador del club de fanes de Kevin Kline aunque confieso que me gusta “lo bien que trabaja ese artista”, que diría mi abuela, pero me sorprende ver cómo un actor oscarizado por su intervención en ‘Un pez llamado Wanda’ y nominado al Emmy del año pasado por ‘Cyrano de Bergerac’ puede prestarse de buena gana para estos festines de moco tendido. ¿Que todos tenemos un banquero al que complacer a final de mes? De acuerdo, pero no sé hasta qué punto es necesario complicarse la carrera con planteamientos tan cutres como este.
Ojo, que no me refiero ahora solamente del caso de este buen hombre, sino que a veces pienso que Estelle, la inolvidable pero peculiar agente ¿artística? de Joey Tribbiani, nunca murió sino que sigue haciendo crecer su negocio día tras día a base de dar a cada vez más actores trabajos imposibles para que luego los espectadores sintamos que alguien algún día mató la gracia de la tele.
Porque la pregunta es sencilla: ¿De verdad necesitamos más telefilmes baratos? Luego nos quejaremos de que no hay nada que ver en la pequeña pantalla…
Via | Variety