Puede que influyera que había visto una de las mejores películas de lo que llevamos de 2016 apenas unas horas antes o quizá porque ese día recibí una noticia personal bastante negativa, pero lo cierto es que ‘Nadie’ me pareció el capítulo menos inspirado de lo que llevamos de sexta temporada, como si se quedara un poco a medias por mucho que siguiera siendo entretenido. Sin embargo, me olvidé de ello en cuanto pude ver el tráiler de ‘La batalla de los bastardos’.
He comentado en varias ocasiones que disfruto muchísimo con los tejemanejes, algo que a algunos espectadores parece que les desespera porque creen que no pasa nada. La cuestión es que todo eso resulta esencial de cara a las grandes batallas que es algo que creo que todo el público está deseando ver. Eso es lo que ha sucedido hoy y describirlo como impresionantes es quedarse corto, siendo más apropiado decir que hemos asistido a historia de la televisión y al mejor episodio de ‘Juego de Tronos’ hasta la fecha.
El espléndido aperitivo con Daenerys
‘Juego de Tronos’ había sabido manejar bastante bien las grandes batallas, siendo todo lo espectacular que era necesario, pero sin llegar nunca a saturar con demasiado combate. Mi principal miedo era que eso sucediera en ‘La batalla de los bastardos’, ya que todo apuntaba a que la lucha por Invernalia iba a tiranizar todo el episodio. Al final no ha sido el caso, ya que también ha habido espacio para el conflicto en Meereen con el que Daenerys ha terminado de, por decirlo así, coronarse.
Además, Miguel Sapochnik, también director del aclamado ‘Casa Austera’, tiene ahí la oportunidad de equilibrar la intensidad emocional -grandioso el momento en el que Tyrion recuerda a Daenerys que se arriesga a convertirse en su padre si sigue adelante con su destructivo plan- con el espectáculo visual, sobre todo con la entrada en escena de los dragones, pero también con Daario encabezando el ataque contra los Hijos de la Arpía.
Por si fuera poco, las propias necesidades del episodio han obligado a una economía narrativa que ha encontrado el punto de equilibrio perfecto entre la tensa calma y la necesidad de hacer progresar la historia, de ahí que se haya obviado la llegada de Theon y Yara -tampoco hacía falta mostrarlo, la verdad- para centrarse en sus negociaciones con Daenerys y Tyrion en la que el episodio ha seguido remarcando el dominio de las mujeres en un episodio que parecía destinado a ser un derroche de testosterona.
En total no creo que esta única otra historia que ha abordado ‘La batalla de los bastardos’ haya superado los 15 minutos de los casi 60 que dura el episodio -lógico entonces que la season finale vaya a ver el capítulo más largo de la serie hasta ahora, que aún hay muchos frentes abiertos-, pero es que por sí mismo ya ha sido impresionante, tampoco me olvido de que lo que propone es perfectamente compatible con la trama dominante y además ha servido para liberar de cierto peso a la misma. La jugada perfecta.
El choque entre Jon y Sansa
Ramsay lo tenía todo a su favor para aplastar al ejército de Jon y Sansa, tanto la superioridad en efectivos como la retorcida inteligencia para llevar la batalla a su terreno. Él mismo se da cuenta de los astutos movimientos de Jon para contrarrestarlo y el episodio deja caer la posibilidad de que quizá simplemente haya vuelto de entre los muertos para volver a morir ahora -hasta ese pequeño momento de Davos sin duda recordando lo que le pasó a Stannis apunta en esa dirección-. Sería un tanto absurdo de haberse consumado, pero sí que añade un elemento dramático bastante jugoso.
Ahí es donde los diferentes criterios de Jon y Sansa chocan de forma irremediable, con el primero empeñado en luchar de la única forma que sabe y la segunda avisándole de que va a meter la pata si se deja llevar por Ramsay. Lo único que me chirría aquí es que no termino de ver la necesidad de Sansa de seguir ocultando a Jon que ha pedido ayuda a Meñique, ya que es un detalle esencial en el que entiendo que han preferido jugar con el factor sorpresa de cuándo aparecerían, porque que iban a hacerlo era algo que todos dábamos por sentado.
Salvado ese detalle, que a mi juicio no empaña el resultado final de ‘La batalla de los bastardos’ -como tampoco lo hace un par de momentos contados en los que los que los efectos especiales no terminan de llegar al nivel requerido-, lo que nos queda aquí es otro ejemplo de ese magnífico ensalzamiento femenino realizado por el episodio, ya que Sansa demuestra primero una gran madurez y visión estratégica -no le queda otra que aceptar la pérdida de Rickon- y más tarde para superar todo el daño sufrido a manos de Ramsay. La semana pasada le tocó a Arya -aunque su ejecución fue un tanto mejorable- y esta vez ha sido su turno.
‘La batalla de los bastardos’, Jon contra Ramsay
En el titular de este artículo hablo de la madre de todas las batallas y la verdad es que creo que no exagero lo más mínimo. La ejecución de Rickon en una escena antológica marca el punto de inicio de una partida sangrienta en la que Ramsay está en todo momento varios pasos por delante de Jon, primero con la lluvia de flechas, sin importarle la posibilidad de matar a muchos de sus hombres -total, tiene muchos más, se lo puede permitir-, y luego llevando el cuerpo a cuerpo hasta donde él desea.
Quizá sí que fuera el destino de Jon volver a morir tras una excitante batalla, pero antes nos sumerge al espectador en el fulgor de la misma, tanto en la fuerza de las imágenes como en lo emocional, donde sufrimos especialmente cada vez que alguno de los personajes esenciales corre peligro de muerte. Todo raya a un altísimo nivel y lo hace con un presupuesto contenido, dejando así más al descubierto las vergüenzas de muchas otras propuestas como una ridícula y delirante bien reciente y encabezada por uno de los actores de la serie.
Imagino que algunos se quejarán de que Jon hace exactamente lo contrario a lo que le ha aconsejado Sansa, pero ahí es donde entra la grandeza de Ramsay -en mi opinión hace bastante que superó a Joffrey en cuanto a lo de ser odioso y como personaje es mucho más fascinante- para manipular a alguien con la sangre caliente por mucho que haya regresado de entre los muertos. Ahí entra la visión racional frente a la emocional, y creo que es perfectamente entendible que Jon simplemente se deje llevar por las ganas de venganza.
Todo ello es además de la base para llevar la épica inicial con Daenerys mucho más allá, sabiendo incluso cómo reflejar el agotamiento en el campo de batalla en lo formal -pienso sobre todo cuando Jon está aturdido y todo apunta a una derrota segura- sin llegar a caer en la confusión. Si a eso le aliñamos con mostrar los efectos de la guerra sin miedo -inmejorable y vibrante la dirección de Sapochnik-, lo que nos queda es una lucha grandiosa, impactante en todos los sentidos, emocionante y entretenidísima.
La cuestión es que incluso saben mantener la tensión física y emocional cuando la batalla ya se ha decidido, empezando por el emotivo sacrificio del gigante Wun Wun para no alargar la contienda de forma innecesaria y ofreciéndonos además un último ejercicio de magistral crueldad por parte de Ramsay, quien acaba cayendo víctima de sus propias argucias. El karma que dirían algunos, pero que además permite a Sansa vengarse sin la necesidad de hacer realmente nada. Bravo.
La grandeza de los diálogos
Esto es algo a lo que ‘Juego de Tronos’ nos tiene más acostumbrados, pero me gustaría hacer especial hincapié en los diálogos de ‘La batalla de los bastardos’, ya que el libreto de David Benioff y D.B. Weiss alcanza una nueva cima en ese apartado sin la necesidad de darle un dominio absoluto sobre el episodio.
Ya no es sólo que reflejen de forma milimétrica lo que los personajes han de transmitir, es que además permiten a los actores lucirse especialmente sin la necesidad de buscarlo de forma directa. Tampoco me olvido de la significación especial detrás de muchas frases, algunas más evidentes -aquí pienso sobre todo en Yara- que otras, pero todas tocando el cielo y siendo la guinda definitiva para convertir a ‘La batalla de los bastardos’ en mejor que seguramente cualquier blockbuster cinematográfico que se estrene a lo largo de todo este 2016 y compitiendo con sus mismas armas.
Va a ser difícil que el final de temporada logre superar a ‘La batalla de los bastardos’, pero el adelanto de ‘Vientos de invierno’ no podría dejarme con más ganas de ver todo lo que está por venir. A fin de cuentas, el juego de tronos continúa y aún hay demasiados jugadores con vida...
En ¡Vaya Tele! | Seguimiento de la sexta temporada de 'Juego de Tronos'
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