Puff... espera, que me recompongo. No sé exactamente cómo comenzar a comentar este episodio, pero lo intentaré. Llegamos al noveno episodio de la tercera temporada de 'Juego de Tronos' y, como ya es tradición, es el episodio en el que todo estalla al más puro estilo de George R.R. Martin, David Benioff y D.B. Weiss y HBO mediante. Mucho de lo que hemos visto hasta ahora confluye en este episodio y, me imagino, en el siguiente. Pero me es muy difícil continuar sin soltar spoilers así que comenzamos a meternos en faena.
'Juego de Tronos' (3x09): Las lluvias de Castamere
Este noveno episodio era EL EPISODIO. Sin más. Sin trampa ni cartón. En HBO lo sabían y retrasaron una semana para subir el hype y pusieron en su lugar 'Behind the Candelabra' de Soderberg. ¿Pero qué ha pasado? Bueno, pues después de comenzar con el viaje de Samwell y su rescatada damisela tras cargarse al caminante volvemos a viajar al sur para ver cómo les están yendo las cosas a los Stark.
'Las lluvias de Castamere' es un episodio muy centrado en las aventuras de los Stark. Tanto que, quitando el comienzo con Sam y la obligada ración de Khaleesi con el asedio a Yunkai (que básicamente es Daario, Gusano Gris y Jorah Mormont) contra la ciudad entera, el resto es repasar cómo le van a los diferentes hijos de Ned a lo largo de Poniente... bueno, miento, Sansa no sale ya que no tenemos ración de Desembarco del Rey.
Por un lado tenemos a Jon Nieve que, al intentar salvar a un anciano de la furia salvaje se desvela que en realidad nunca ha cambiado la capa. A pesar de todos los sentimientos hacia Ygritte y el "aprecio" que ha podido sentir hacia sus compañeros de las últimas semanas. Además que las casualidades del destino han hecho que Bran, Rickon, los Reed, Osha y Hodor estuvieran refugiándose de la tormenta en un torreón cercano.
Hablando de lo cual, tras ver lo que es capaz de hacer Bran, al conseguir poseer el cuerpo de Hodor para poco después meterse de lleno en el de Verano, uno de los huargos. Y se produce el momento de la separación... Osha y Rickon intentarán llegar al Castillo Negro mientras que Bran, Hodor y los Reed atravesarán el muro para encontrarse con su destino. Arya por su parte sigue viajando con el Perro y demostrando que si pudiera o hubiera tenido oportunidad hace mucho se habría alzado con la cabeza de Joffrey. Arya y El Perro llegan a Los Gemelos justo cuando la boda de Edmure y una de las hijas random de Walder Frey se pone interesante. Y es que en esta serie, y en este universo en general todo acto tiene su consecuencia.
La Boda Roja
Qué pesaos hemos sido los que hemos leído los libros (incluyéndome a mí) con este pasaje de 'Canción de Hielo y Fuego'. Por un lado es normal, porque es uno de esos momentos grabados a fuego, ya sea en la retina, mente, corazón y todo para todos los que hemos leído 'Tormenta de Espadas'. Un capítulo narrado desde la perspectiva de Catelyn, lo que lo hace todavía si cabe más cruel y que será uno de los acontecimientos que cambiarán por completo el juego.
Y es que La Boda Roja... perdón... LA BODA ROJA es uno de los pasajes mejor escritos de toda la saga (por cierto, en el libro está en un momento "raro" simplemente porque ocurre a mitad de éste) y es perfectamente ejecutado en su adaptación televisiva (con ciertos cambios, como por ejemplo la presencia de Talisa). ¿De dónde viene el rojo? pues del rojo sangre, sangre de los Stark asesinados por los Frey.
Es una escena magistralmente trágica que he intentado ver con ojos inocentes y creo que sepas o no lo que va a pasar es toda una lección de crear ambiente. Durante toda la boda estuvo planeando un aire siniestro de que algo raro iba a pasar, los diálogos entre Catelyn y Roose Bolton son auténtico oro sobre todo cuando a este se le ocurre comentar que se ha casado con la más gorda de los Frey porque le daban de lote su peso en plata (no puede haber manera mejor de decir "no estoy con vosotros, mis alianzas han cambiado"). Poco después empieza a sonar los primeros acordes de The Rains of Castamere, la señal clave para empezar la escabechina.
"Fuck HBO!"
Un momento tan bruto (y sí, por mucho que me encante es un momento bruto) como este acarrea muchísima polémica. Hay muchos tipos de reacciones, algunas muy divertidas y mucha gente que amenaza con cancelar su suscripción a HBO (un ejemplo más razonado). Esto ya ha pasado con muchas series y volverá a pasar (sin ir más lejos, el final de 'Los Soprano' también provocó estos sentimientos).
Martin ya ha comentado alguna vez que tenía en mente la muerte de Robb desde el principio. A mí me parece una jugada muy arriesgada pero que prometía mucho cara a plantear una nueva era en 'Canción de Hielo y Fuego', que luego Martin haya sabido construir mejor o peor lo siguiente ya es otra cosa. En la cuarta temporada veremos las consecuencias, a parte de otros acontecimientos vitales que lograrán transformar de nuevo el panorama de los Siete Reinos.
Nos encontramos con uno de esos episodios redondos que nos ofrece la serie. Tan redondo que no me extrañaría que lo viéramos, al igual que 'Blackwater' la temporada pasada, en los diferentes premios televisivos. Ya de por sí, si quitamos todo el tramo final es un capítulo bastante notable con grandes momentos como la ¿batalla? de Yunkai o la trifulca entre Jon y lo salvajes. Un episodio lleno de acción en el que no se echa de menos, por increíble que parezca, a otro de los secundarios imprescindibles como es Tyrion. Pero claro nos espera un episodio en el que veremos las consecuencias de la Boda Roja en el resto de personajes.
PD. Ha muerto la primera de las sanguijuelas de Melissandre, quedan dos.
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