En 2006, la ABC estrenaba en Estados Unidos ‘Ugly Betty’, una serie que en su momento llamó mucho la atención no sólo porque Salma Hayek era una de sus productoras, sino porque se atrevía a trasladar a la televisión estadounidense una telenovela colombiana, algo mucho menos habitual de lo que podría parecer en esta época de remakes varios. ‘Betty la fea’ había sido un enorme éxito a nivel mundial para cuando llegó a la ABC, y su versión norteamericana tuvo una primera temporada que destacó enormemente por su parodia de los clichés de los culebrones, su estilo desenfadado y el enorme encanto de su protagonista, una actriz hispana semidesconocida entonces fuera del circuito indie, llamada América Ferrera.
‘Ugly Betty’ aguantó cuatro temporadas en antena, en las que acabó languideciendo lentamente en audiencias y perdiendo parte de su frescura inicial, pero resulta difícil no acordarse de ella al ver ‘Jane the virgin’, la serie de The CW que produce también uno de los responsables de Betty, Ben Silverman, y que adapta otra telenovela, en este caso venezolana, con una de las premisas más locas que oiréis en mucho tiempo hasta para un culebrón. Y al igual que ‘Ugly Betty’, el arranque de ‘Jane the virgin’ muestra ser más de lo que parece a simple vista, y tiene también una protagonista central con un encanto a prueba de bombas; Gina Rodríguez.
Humor y corazón
‘Jane the virgin’ sigue a Jane, una joven universitaria con un buen novio que quiere mantenerse virgen hasta el matrimonio (cosas de tener una abuela que te lo repite sin parar desde que tenías diez años). Sin embargo, un día va al ginecólogo a una revisión rutinaria y, por accidente, es inseminada artificialmente y voilà, acaba embarazada. ¿Loco? Por supuesto, y la serie es muy consciente de ello. Con un narrador un poco a lo ‘Pushing daisies’, ‘Jane the virgin’ se dedica a parodiar buena parte de las convenciones de los culebrones y, por ahora, demuestra tener un sentido del humor bastante refrescante.
El tono de la serie es muy difícil no ya de conseguir bien, como se hace en el piloto, sino de mantenerlo durante toda una temporada, pero por ahora, parece ir por el buen camino. Maneja un montón de subtramas, porque además de Jane, su madre obsesionada con Paulina Rubio (y que ha ocultado la identidad de su padre) y su abuela, tenemos la historia urdida alrededor del padre del niño, que es demasiado enrevesada para resumirla aquí, y a todo eso hay que unirle el narrador, que pone el toque de metacomentario, y la parodia de los culebrones. Son muchos elementos que manejar, pero puede salir algo realmente notable si logran encajarlos todos bien.
Por lo menos, y como decíamos antes, lo que 'Jane the virgin' tiene enseguida a su favor es que Gina Rodríguez se hace con el papel, y con la serie, rápidamente. Es capaz de transmitir los momentos más emocionales, los toques de humor y de presentarnos a Jane como alguien inteligente y que sólo quiere tener una vida provechosa. Evidentemente, todo el castillo de naipes puede desmontarse en cuestión de una subtrama mal llevada (como le puede pasar a cierta historia policial), pero de momento resulta una bienvenida bocanada de aire fresco en las networks estadounidenses.
En ¡Vaya Tele! | 'Arrow', 'Jane the virgin' y cómo The CW dejó de ser el hazmerreír
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