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Como cada domingo, echamos una vista atrás en el tiempo para rescatar de la memoria algún título televisivo que nos evoque buenos recuerdos. Hoy nos vamos hasta los Estados Unidos de los noventa, época de sitcoms de manual, donde tuvo lugar la serie que nos ocupa: ‘Infelices para siempre’.
Esta comedia habitualmente es comparada y confundida con ‘Matrimonio con hijos’. Os refresco la memoria: ‘Infelices para siempre’ era la del conejito de peluche y la otra la de la libidinosa esposa de peinado imposible. No obstante, es normal que las confundamos porque ambas tenían prácticamente los mismos decorados, unos personajes parecidos y unas relaciones entre ellos similares. El hecho de que el creador de ‘Infelices para siempre’, Ron Leavitt, hubiese trabajado previamente en ‘Matrimonio con hijos’ explica el evidente nexo entre ambas series. Pero aun siendo parecidas, eso no quita para que ‘Infelices para siempre’ fuese una comedia bastante entretenida, con su punto de originalidad, que supo aguantar cinco temporadas en antena.
Una sitcom convencional sobre una familia desestructurada
Como decíamos antes, la serie se desarrolló en la década de los noventa, concretamente se estrenó en 1995 y acabó en 1999, atendiendo a un esquema de sitcom convencional. ‘Infelices para siempre’ tenía todos los elementos típicos del género que tan bien funcionó en la época, una familia como protagonista, una grabación multicámara con público en directo, escasos exteriores y ese decorado de una casa presidida por el sofá, con la puerta de la calle a un lado, las escaleras detrás y la puerta de la cocina al otro lado.
Es un estilo televisivo que hemos dejado atrás con la aparición de comedias grabadas con una sola cámara y mucha presencia de exteriores, como ‘Me llamo Earl’ o ’30 Rock’ por poner algún ejemplo. Las sitcoms de los noventa tenían un aire teatral que no escondían, y que no es mejor ni peor, simplemente distinto a lo que se hace ahora.
Y como tantas series del género, de antes y de ahora, ‘Infelices para siempre’ puso el peso de la acción sobre una familia muy desestructurada. No resulta cómico tener una familia perfecta, nos gustan los perdedores y los personajes imperfectos, lo vemos desde ‘Los Simpson’ hasta ‘Modern Family’ pasando por la genial ‘Malcolm in the Middle’. Con ejemplos de familias desestructuradas como lo era la de ‘Infelices para siempre’. Ellos tenían a un padre esquizofrénico, una madre un poco bruja, una hija buenorra e inteligente pero muy trepa, un hijo mayor idiota y uno menor que no pintaba mucho, y cómo no, una suegra cabrona.
Charlas con Mr. Floppy
Pero además de los componentes “oficiales” de la familia, en el sótano de la casa de los Malloy habitaba Mr. Floppy, un viejo conejo de peluche gañán y malhablado, pero a través del cual se atrevían a poner las líneas de guión más interesantes, directas y mordaces. Mr. Floppy sólo podía ser oído Jack, quien podía hacerlo gracias a su incipiente esquizofrenia.
El conejo de peluche no era otro que el alter ego de Jack, y por tanto el cabeza de familia acudía a él para contarle sus penas, desahogarse y buscar consejo. Mr. Floppy era a la vez la parte más segura e inteligente de Jack y la parte más chabacana y cínica, y sus conversaciones suponían el punto álgido del capítulo, con diálogos realmente cómicos. Lo que no representaba Mr. Floppy era la cordura de Jack, pues el conejo estaba también algo perturvado psicológicamente, y en particular tenía una extraña obsesión con Drew Barrymore.
Tal era la popularidad de Mr. Floppy que no sólo aparecía durante la serie hablando con Jack, sino que también protagonizaba la escena de cierre de cada episodio. En ella, Mr. Floppy hablaba directamente a la audiencia, contestaba sus cartas y les daba consejos, siempre con ese espíritu macarra tan característico del personaje.
Cambios de rumbo en el guión
Originariamente, el peso de la serie recaía en el personaje Jennie, de la madre de la familia, mientras que Jack se presentaba como su ex marido que vivía en un motel. Pero a los pocos capítulos se decidió que Jack se instalaría en la casa familiar y el matrimonio volvía a estar unido. Paulatinamente, el protagonismo de Jennie Malloy desciende en favor del de otros dos personajes, Tiffany y Mr. Floppy.
Así, el eje de la serie cambia y cada capítulo se estructura en dos tramas principales que giran en torno a estos dos personajes. Por un lado tenemos las tramas de instituto protagonizadas por la hija mayor, virginal pero nada inocente, que recurre a su físico para conseguir sus propósitos, y por otro lado tenemos las descacharrantes conversaciones de Jack y Mr. Floppy, que aportan a ‘Infelices para siempre’ el objeto diferencial con respecto a otras comedias, y llegando a un punto en que el peluche se convierte en la verdadera estrella de esta sitcom, incluso superando los escotes de Nikki Cox.
Mientras que los otros dos hijos de la familia solían estar implicados en las tramas de Tiffany, la madre empieza a quedarse fuera y es por ello por lo que los productores de la serie deciden acabar con su personaje, el cual muere. Sin embargo los fans de ‘Infelices para siempre’ no estuvieron muy contentos con el cambio y se volvió a traer a la vida al personaje de Jenny. Y os preguntaréis, ¿cómo hicieron para traer de nuevo un personaje ya muerto? Pues aprovechando el toque surrealista que la serie tenía, se tiraron a la piscina y escribieron una escena en la que aparecía un ejecutivo de la cadena diciendo que el personaje de Jennie no estaba muerto. Con un par.
Pero aun así, el personaje de Jennie se mantendría en segundo plano y finalmente la actriz que la encarnaba dejaría la serie y el personaje a su familia.
Más adelante entró en escena el personaje de Barbara Caufield, una rubia explosiva que se convierte en la rival de Tiffany tanto en los estudios como con los chicos, e incluso por el protagonismo de la serie. Las dos chicas y el peluche fueron la principal atracción de esta sitcom hasta su final, tras cinco temporadas y cien episodios.
Ficha Técnica: Infelices para siempre
Como cada domingo, echamos una vista atrás en el tiempo para rescatar de la memoria algún título televisivo que nos evoque buenos recuerdos. Hoy nos vamos hasta los Estados Unidos de los noventa, época de sitcoms de manual, donde tuvo lugar la serie que nos ocupa: ‘Infelices para siempre’.
Esta comedia habitualmente es comparada y confundida con ‘Matrimonio con hijos’. Os refresco la memoria: ‘Infelices para siempre’ era la del conejito de peluche y la otra la de la libidinosa esposa de peinado imposible. No obstante, es normal que las confundamos porque ambas tenían prácticamente los mismos decorados, unos personajes parecidos y unas relaciones entre ellos similares. El hecho de que el creador de ‘Infelices para siempre’, Ron Leavitt, hubiese trabajado previamente en ‘Matrimonio con hijos’ explica el evidente nexo entre ambas series. Pero aun siendo parecidas, eso no quita para que ‘Infelices para siempre’ fuese una comedia bastante entretenida, con su punto de originalidad, que supo aguantar cinco temporadas en antena.
Una sitcom convencional sobre una familia desestructurada
Como decíamos antes, la serie se desarrolló en la década de los noventa, concretamente se estrenó en 1995 y acabó en 1999, atendiendo a un esquema de sitcom convencional. ‘Infelices para siempre’ tenía todos los elementos típicos del género que tan bien funcionó en la época, una familia como protagonista, una grabación multicámara con público en directo, escasos exteriores y ese decorado de una casa presidida por el sofá, con la puerta de la calle a un lado, las escaleras detrás y la puerta de la cocina al otro lado.
Es un estilo televisivo que hemos dejado atrás con la aparición de comedias grabadas con una sola cámara y mucha presencia de exteriores, como ‘Me llamo Earl’ o ’30 Rock’ por poner algún ejemplo. Las sitcoms de los noventa tenían un aire teatral que no escondían, y que no es mejor ni peor, simplemente distinto a lo que se hace ahora.
Y como tantas series del género, de antes y de ahora, ‘Infelices para siempre’ puso el peso de la acción sobre una familia muy desestructurada. No resulta cómico tener una familia perfecta, nos gustan los perdedores y los personajes imperfectos, lo vemos desde ‘Los Simpson’ hasta ‘Modern Family’ pasando por la genial ‘Malcolm in the Middle’. Con ejemplos de familias desestructuradas como lo era la de ‘Infelices para siempre’. Ellos tenían a un padre esquizofrénico, una madre un poco bruja, una hija buenorra e inteligente pero muy trepa, un hijo mayor idiota y uno menor que no pintaba mucho, y cómo no, una suegra cabrona.
Charlas con Mr. Floppy
Pero además de los componentes “oficiales” de la familia, en el sótano de la casa de los Malloy habitaba Mr. Floppy, un viejo conejo de peluche gañán y malhablado, pero a través del cual se atrevían a poner las líneas de guión más interesantes, directas y mordaces. Mr. Floppy sólo podía ser oído Jack, quien podía hacerlo gracias a su incipiente esquizofrenia.
El conejo de peluche no era otro que el alter ego de Jack, y por tanto el cabeza de familia acudía a él para contarle sus penas, desahogarse y buscar consejo. Mr. Floppy era a la vez la parte más segura e inteligente de Jack y la parte más chabacana y cínica, y sus conversaciones suponían el punto álgido del capítulo, con diálogos realmente cómicos. Lo que no representaba Mr. Floppy era la cordura de Jack, pues el conejo estaba también algo perturvado psicológicamente, y en particular tenía una extraña obsesión con Drew Barrymore.
Tal era la popularidad de Mr. Floppy que no sólo aparecía durante la serie hablando con Jack, sino que también protagonizaba la escena de cierre de cada episodio. En ella, Mr. Floppy hablaba directamente a la audiencia, contestaba sus cartas y les daba consejos, siempre con ese espíritu macarra tan característico del personaje.
Cambios de rumbo en el guión
Originariamente, el peso de la serie recaía en el personaje Jennie, de la madre de la familia, mientras que Jack se presentaba como su ex marido que vivía en un motel. Pero a los pocos capítulos se decidió que Jack se instalaría en la casa familiar y el matrimonio volvía a estar unido. Paulatinamente, el protagonismo de Jennie Malloy desciende en favor del de otros dos personajes, Tiffany y Mr. Floppy.
Así, el eje de la serie cambia y cada capítulo se estructura en dos tramas principales que giran en torno a estos dos personajes. Por un lado tenemos las tramas de instituto protagonizadas por la hija mayor, virginal pero nada inocente, que recurre a su físico para conseguir sus propósitos, y por otro lado tenemos las descacharrantes conversaciones de Jack y Mr. Floppy, que aportan a ‘Infelices para siempre’ el objeto diferencial con respecto a otras comedias, y llegando a un punto en que el peluche se convierte en la verdadera estrella de esta sitcom, incluso superando los escotes de Nikki Cox.
Mientras que los otros dos hijos de la familia solían estar implicados en las tramas de Tiffany, la madre empieza a quedarse fuera y es por ello por lo que los productores de la serie deciden acabar con su personaje, el cual muere. Sin embargo los fans de ‘Infelices para siempre’ no estuvieron muy contentos con el cambio y se volvió a traer a la vida al personaje de Jenny. Y os preguntaréis, ¿cómo hicieron para traer de nuevo un personaje ya muerto? Pues aprovechando el toque surrealista que la serie tenía, se tiraron a la piscina y escribieron una escena en la que aparecía un ejecutivo de la cadena diciendo que el personaje de Jennie no estaba muerto. Con un par.
Pero aun así, el personaje de Jennie se mantendría en segundo plano y finalmente la actriz que la encarnaba dejaría la serie y el personaje a su familia.
Más adelante entró en escena el personaje de Barbara Caufield, una rubia explosiva que se convierte en la rival de Tiffany tanto en los estudios como con los chicos, e incluso por el protagonismo de la serie. Las dos chicas y el peluche fueron la principal atracción de esta sitcom hasta su final, tras cinco temporadas y cien episodios.
Una sitcom convencional sobre una familia desestructurada
- Título Original: Unhappily Ever After
- Género: Sitcom
- Cadena: The WB (1995–1999)
- Emitida en España: La2
- Disponibilidad DVD: Ninguna en España
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Título Original: Unhappily Ever After
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Género: Sitcom
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Cadena: The WB (1995?1999)
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Emitida en España: La2
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Disponibilidad DVD: Ninguna en España
En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV
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