¡Mucho ojo! ¡Este artículo es un campo minado de SPOILERS de 'La maldición de Hill House'!
Que la maravillosa 'La maldición de Hill House' ha levantado pasiones entre propios y extraños al género de terror es un hecho. Pero —aunque no sea mi caso— incluso entre sus férreos defensores, el último fenómeno de Netflix ha suscitado algún que otro comentario negativo referente a su final, excesivamente positivo y edulcorado para muchos, sobre todo si se compara con la idea original de Mike Flanagan.
Pero mucho ojo, porque puede que el director y guionista nos haya hecho un 'Inception' en toda regla; porque el último episodio de la serie contiene un puñado de sutiles detalles que podrían indicar que el cierre del arco de la familia Crain no es el camino de rosas, sonrisas y buen rollo que se describe en su última secuencia de montaje.
Recordemos que en el último capítulo de 'La maldición de Hill House' —como recapitula el vídeo que podéis ver sobre estas líneas—, los hijos de la familia Crain permanecen encerrados en el interior de la habitación roja, donde sufren una serie de pesadillas que les hacen enfrentarse a sus traumas y fantasmas personales. Ensoñaciones que esconden algo más de lo que puede percibirse en un primer y superficial vistazo.
Ha sido Oliver Jackson-Cohen, el actor que interpreta Luke en la serie, el que ha hecho saltar la liebre en una entrevista con el medio The Wrap. En ella desveló un matiz que ha pasado desapercibido para muchos durante el primer visionado y que estaría relacionado con susodichas visiones y con el maldito color rojo.
"Está este detalle que se ve cuando estamos todos en la habitación roja —uf... creo que tengo que tener cuidado diciendo esto ahora mismo—. Cuando cada hijo, cada hermano está en la habitación roja, algo en sus fantasías es rojo. Y será algo muy, muy pequeño. Para Luke, cuando le llevan a la habitación del hotel, lleva puestas unas Converse durante toda la serie pero, de repente, sus Converse son rojas".
Nada más leer esto he acudido corriendo a revisitar 'Silence Lay Steadily' —así se titula el décimo y último episodio— y, en efecto, todas las pesadillas de los hermanos Crain contienen algún elemento rojo. En el caso de Steve es su chaqueta, Luke calza unas converse, Shirl viste una blusa roja y Trish lleva puesta ropa interior del mismo color en el caso de la visión de Theo.
Hasta aquí todo correcto. Simples guiños de los departamentos de arte y vestuario sin mayor trascendencia, ¿verdad? Pues puede que lo que viene a continuación no os convenza lo más mínimo, pero estos guiños podrían tener mayor injundia de la que aparentan; sobre todo cuando enfocamos nuestra vista sobre el último plano con personajes de la serie, en la que vemos a la familia Crain al completo celebrando los dos años limpio de Luke. Momento en el que vemos... ¡Una tarta roja!
Este hecho no pasó desapercibido para Katie Siegel —actriz que da vida a Theo—. Así contó Jackson-Cohen el momento del descubrimiento en el plató de 'La maldición de Hill House'.
"Fue [Katie] Siegel. Dijo, 'La tarta es roja'. Y en el set empecé '¡Oh, Dios!', y ella se puso en plan '¡No lo sé!'. Pregunté a Mike [Flanagan] y contestó con un 'No lo sé'. Así que no puedo decir si sólo estoy loco o no, o si esto es algo que puede ser real o no".
Pero, ¿qué implica todo esto? La presencia de la tarta en la secuencia de montaje con la que clausura 'La maldición de Hill House' confirmaría el final por el que muchos espectadores de la serie estaban clamando: uno en el que, finalmente, los Crain nunca llegaron a abandonar la habitación roja, dándoles un cierre de arco más funesto de lo que Flanagan nos ha hecho creer de buenas a primeras.
¿Os convence la idea u os quedáis con el happy ending "original"?
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