La televisión británica es una referencia audiovisual que todos tenemos siempre en mente cuando pensamos en la mejor ficción. Sus propuestas temáticas resultan de las más interesantes y atractivas y nos hemos acostumbrados a que nos planteen premisas de las que hacen volar nuestra imaginación. Series como 'Black Mirror' o 'Utopia' son ejemplos de planteamientos "fantásticos", que luego, y esto es muy interesante, tienen un desarrollo lógico y naturalista, convirtiendo un punto de partida asombroso en una reflexión con implicaciones sociales. Cuando 'In the flesh' se estrenó en 2013, muchos nos sentimos totalmente atraídos por la trama. Ahora que están muy de moda (y aún eso es decir poco) las historias de zombies, resultó una interesantísima vuelta de tuerca tratar con la temática que nos presentaba esta miniserie en apenas tres emocionantes y emotivos episodios. El reto era repetir hazaña en su segunda temporada.
Igual pero diferente
Muchos pensábamos que la historia de Kieren acabaría su recorrido con aquellos tres capítulos que nos contaron una historia llena de simbolismo. El planteamiento de la narración fue deslumbrante y su peripecia parecía tener todos los ingredientes para cerrar un ciclo. Cuando nos enteramos de que habría segunda temporada, además de alegrarnos, claro está, se nos plantearon muchas dudas sobre cómo sería su desarrollo.
La segunda temporada ha resultado igual porque supone una continuidad de ese universo, esos personajes y ese Roarton tan complejo; pero, a la vez, totalmente distinto, pues el argumento ha debido encontrar nuevos vuelos, desarrollarse en seis entregas de casi una hora de duración con personajes que aportaran matices y tramas aún no vistas. No sé si me estaré sabiendo explicar, quiero decir que no me ha parecido una segunda temporada "normal" sino una temporada en la que, en verdad, hemos visto una serialidad, a diferencia de la primera tanda de capítulos, cuando la recepción era la de una historia completa y cerrada.
Un lugar llamado Roarton
Se ha puesto de nuevo en el ojo del huracán a Kieren y el Síndrome del Parcialmente Muerto. La manera en que se cuenta esta trama de "zombies rehabilitados" me ha gustado mucho, por todas las implicaciones que desarrolla. Convierte un argumento de ciencia ficción en una historia con anclaje social, porque todos podemos ver las costuras de lo que de verdad se nos está contando con 'In the flesh' y cómo las temáticas de la marginación, la solidaridad, el miedo al otro, el racismo, la exclusión social... son los verdaderos protagonistas.
Hemos podido ver cómo, a pesar de los buenos propósitos de muchos, los resucitados siguen siendo víctimas de la incomprensión. Se ha desarrollado un plan institucional para tenerlos permanentemente vigilados, para que ganen de nuevo su "ciudadanía" (ahora mismo, no son ni eso) y, como en la primera temporada, las ramificaciones han resultado bastante importantes: desde la prostitución de mujeres SPM, a ese olvido azul de efectos devastadores, pasando por las fiestas en las que se comen cerebros de oveja y, por supuesto, las relaciones entre vivos y no muertos.
La importancia de los personajes
Si bien en la primera temporada el protagonista absoluto fue Kieren Walker (interpretado por Luke Newberry), en esta segunda temporada se ha dado mucha más relevancia a otros personajes. De hecho, Kieren se ha mantenido bastante estable y ha sido catalizador para muchos de sus compañeros. La presencia de Amy, un gran personaje activo y lleno de matices de los que nos gustan, ha cobrado mucha importancia. Su trama ha versado en torno al miedo a que la medicación dejara de producir efecto, con ese giro final que nos indica que, precisamente, el proceso de cambio de Amy iba en sentido totalmente contrario.
Ha tenido una bonita historia de amor con Phil, otro personaje que es un auténtico bombón y su "muerte" final nos llena de dudas respecto a lo que puede venir en una futura tercera temporada. Simon ha sido también una buena revelación. Todos sabemos que nuestro protagonista necesita vivir un romance y el flashback que nos ha contado la historia de Simon nos ayudó a querer un poco más a este nuevo galán: cómo empieza a surgir efecto la medicación, cómo se ve abandonado por su familia y cómo es captado por la gente del Profeta-no muerto, un personaje cuyo misterio no deja de crecer.
Algunos giros raros
A pesar de que la serie tiene un buen desarrollo, unos personajes interesantes y un universo bien construido, he de señalar ciertos problemas (o al menos a mí me lo han parecido) en esos mecanismos de guion tan sencillos y difíciles, tan necesarios, que se llaman secuencias de causa-efecto. Y es que mientras estaba disfrutando de 'In the flesh' me han chocado algunas decisiones de los personajes que, aunque estaban posteriormente justificadas para llegar a otros giros, no he podido evitar que me parecieran totalmente patilleras.
La desconfianza de la familia de Kieren ha sido para mí uno de los peores defectos de esta serie, algo que no comprendía y ni creía bien justificado. Ya el hecho de que Jem vuelva a la HVF no me pareció lógico. Que eligiese a ese novio matón (y de pocas luces) no me cuadraba con la forma de ser del personaje. Pero que a Kieren le acusen de golpe y porrazo de haber atacado el centro médico y su propio padre se pongan en su contra, para mí no ha sido comprensible de ninguna de las maneras.
Claro está que esto viene a engrandecer el giro final en el que Kieren es capaz de dominarse en su estado "zombie" y no atacar a Steve delante de toda la comunidad; pero, ¿cómo es posible que ese personaje lleno de sensibilidad y amor hacia su hijo que vimos en la primera temporada estuviera ahora decidido a internarlo? A internarlo por haber hecho nada malo en absoluto, además. Que los personajes no reaccionen con la lógica con la que se han construido para mí no es, precisamente, un defecto menor.
En fin, la verdad es que, a pesar de estos fallos de guion, que yo creo justificados para llevarnos a los giros de trama que el drama necesitaba, en mi caso, no me han hecho perder interés en una serie con muchas virtudes. Tengo mucha curiosidad por ver cómo avanza la historia, por ver al profeta, por saber quiénes son esos que ha desenterrado el cuerpo de Amy y por qué y por seguir observando a una sociedad que ha de enfrentarse a unos hechos que es incapaz de asimilar.
En ¡Vaya Tele! | 'In the Flesh', gran idea que se queda a medias
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