- Este texto contiene spoilers del quinto episodio de 'The Last of Us'. ¡Sigue leyendo bajo tu responsabilidad!
Hace una temporada, Craig Mazin ya nos avisó de que 'The Last of Us', su extraordinaria adaptación del videojuego homónimo a la pequeña pantalla, iba a rompernos el corazón una y otra vez. Tan sólo llevamos cinco episodios de la producción, pero las promesas del showrunner ya se han cumplido unas cuantas veces, siendo la última de ellas en 'Resistir y sobrevivir'.
Tras la breve aparición en el cliffhanger del cuarto capítulo, la serie centra parcialmente su atención en presentarnos en condiciones a Henry y Sam; dos de los personajes no jugables que nos encontramos en la aventura de Naughty Dog que, como otros aspectos de la producción, han experimentado cambios sustanciales en su salto de medio.
Cambiando a mejor
Además de la historia previa de los dos hermanos, más compleja y dramática en su versión catódica —para más detalles, puedes leer el artículo de diferencias entre serie y juego—, el show de HBO ha introducido dos pequeñas diferencias que hacen funcionar aún más si cabe los momentos más intensos del episodio. Estas son la edad de Sam, que tiene cinco años menos que en el videojuego —ocho, concretamente—, y el hecho de que el crío es sordo.
Lejos de ser una decisión tomada a la ligera —como es comprensible, ninguna lo es cuando se trata de dar forma a un libreto—, Mazin y su compañero de fatigas Neil Druckmann meditaron las opciones para dar solución a un problema: cambiar el modo en que Henry y Sam se comunican en el original. Así lo explicó este último durante una conversación en directo con The Washington Post.
"A veces, algunas de las mejores narrativas en medios pasivos como la televisión y el cine se dan en escenas en las que no tienes ningún diálogo, y se limitan a leer la expresión de una persona. Uno de los cambios que hicimos para la serie fue hacer a Sam sordo. Empezó hablando con Craig [Mazin], en plan, '¿Y si pudiésemos usar menos diálogo?'. Esa especie de restricción nos condujo a tomar decisiones narrativas muy interesantes que hicieron las escenas [con Sam y Henry] más impactantes que en el juego".
Craig Mazin, en el podcast oficial que se publica semanalmente —y que recomiendo encarecidamente escuchar—, complementó la explicación de Druckmann.
"No quería repetir el modo en que se comunican Henry y Sam. En el videojuego no pasas tiempo con ellos a solas, pero queríamos que lo estuviesen y ver cómo sonaban sus discusiones. Es muy sencillo caer en la trampa de la figura paterna desesperada y la infantil preocupada y curiosa. Por eso queríamos cambiar su forma de comunicación.
Le dije a Druckmann, '¿Qué pasa si es sordo?'. Le dio automáticamente a las escenas una sensación de intimidad, porque son silentes. Ellie habla mucho, y es interesante ver cómo sería si fuese un poco más callada".
Para interpretar a Sam, el equipo de casting eligió a Keivonn Woodard, un intérprete de tan sólo 10 años con un talento asombroso que, al igual que su personaje, es sordo en la vida real y que durante una entrevista con The Daily Moth, animó a otros críos de su raza y condición con curiosidad por el mundo interpretativo a seguir su sueño.
"¡Diría que no tienes que tener miedo! No tengas miedo a probar, porque eso es lo que me dijeron mis padres. Al principio estaba algo asustado, pero seguí adelante y lo superé, hice la prueba y conseguí el papel en 'The Last of Us'. Estaba alucinando".
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