‘Cómo conocí a vuestra madre’ hace tiempo que llegó a un punto en el que lo que menos nos importa es la madre. Cierto es que cada vez que vemos un paraguas amarillo los fans de la serie nos volvemos como locos, pero las mínimas revelaciones que la serie nos va ofreciendo no hacen sino complementar las historias que cada semana nos cuentan Ted Mosby y compañía. Lo bueno de todo esto es que, en esta quinta temporada, hemos tenido grandes dosis de ambas cosas.
A la continuidad de gags del pasado como el “acción de bofetadas”, el acoso de Scooter a Lily o el blog y las teorías de Barney se han unido esta temporada nuevas referencias al pasado que afianzan aún más a ‘How I met your mother’ como una comedia serializada disfrazada de procedimental. Me refiero, por ejemplo, al “But am…“ de Robin en su programa nocturno o a la teoría de los dobles, que se ha tornado definitiva en la resolución del final de temporada.
Un comienzo suave
La cuarta temporada nos dejó a Robin y Barney comenzando una relación que empezaba a afianzarse en los primeros capítulos de la quinta. Sin embargo, todos sabíamos que esto no iba a llegar a buen puerto; ni Robin está preparada para una relación ni Barney está dispuesto, al menos de momento, a dejar de picar de flor en flor (su “perfect week” bien lo demuestra), por lo que los guionistas no tardaron mucho en cargarse su relación.
Lo cierto es que fue genial ver a ambos fingir que todo iba bien cuando en realidad no se soportaban el uno al otro, y el capítulo donde se ve cómo progresivamente van engordando por culpa de relación es realmente digno de mención. Finalmente, ambos se dieron cuenta de que el amor sólo les estaba haciendo mal, así que aun a pesar de los intentos del grupo por separarles, tanto Barney como Robin pusieron una nota de cordura y ellos mismos cortaron por lo sano. Por cierto, genial la escena de Barney volviendo trajeado al bar y susurrando eso de: “Daddy’s home“.
El “Lorenzo Von Matterhorn“, enésima teoría escrita de Barney, retomó un poco el vuelo de la serie, devolvíendonos al señor Stinson en todo su esplendor, y a sus disfraces que empiezan a ser ya innumerables. “Slapsgiving“ siguió la senda con la cuarta bofetada (nos queda la quinta y última), y tras un par de capítulos con más relleno que otra cosa, ‘How I met your mother’ se preparaba para el capítulo 100. Un capítulo que prometía respuestas a punta pala.
El capítulo 100
Y las dio, vaya si las dio; 99 capítulos hubo que esperar hasta saber algo verdaderamente tangible sobre la madre de los hijos de Ted. Ya sabíamos que era alumna de Ted, y la aparición de Summer Roberts (para mí Rachel Bilson siempre será Summer) nos dejaba a la candidata perfecta para convertirse en madre de los chicos.
Poco nos duró la alegría de conocer por fin el misterio de la serie, ya que la verdadera candidata es realmente su compañera de piso. La lástima de todo esto es que, a pesar de todo, tan sólo alcanzamos a ver el pie de la chica, por lo que a efectos prácticos, seguimos como al principio. Pero eso sí, al menos ya sabemos dónde vive.
Y si por ese lado ya teníamos emociones fuertes, Barney se supera a sí mismo en este capítulo. Se ve obligado a elegir entre sus dos pasiones: las chicas y los trajes. Una decisión difícil tratándose del rubiales más mujeriego de la televisión, pero parece que dos tetas tiran más que dos carretas, y Barney tiene una opinión bien formada al respecto.
Por esos dos… quiero decir, por eso… es decir, por ella… dejaré de llevar… (wait for it)... trajes
Ni él mismo era capaz de creérselo. Tras una magnífica escena en el baño utilizando los trajes como droga, Neil Patrick Harris nos deleita con un genial número musical donde nos explica, de forma muy gráfica, por qué prefiere los trajes a las chicas. ¿Una olla de oro? ¿La eterna juventud? ¿Un millón de mujeres? ¿La paz mundial? Nada de eso, Barney se queda con sus trajes... o no. Pudiendo mentir y quedarse con ambas cosas, ¿para qué elegir?
Una segunda parte en ascenso
Las respuestas al enigma principal de la serie no se quedaron en el capítulo 100. Tras ‘Girls Vs Suits’ tuvimos ‘Home Wreckers‘, que nos contaba cómo, después de que Ted comprara compulsivamente un piso en ruinas, éste se convertiría finalmente en la casa familiar junto a su mujer y sus hijos. Por su parte, Robin decidió dejarse llevar finalmente por el amor, y comenzó a salir con su compañero presentador en el programa, aun a pesar de que todavía seguía pasándolo mal por Barney.
El regreso de Scooter, el novio del instituto de Lily, nos dejó momentos verdaderamente hilarantes con el cerdito y su cara adorable; y por otro lado, el regreso de Stella en forma de película con la historia transformada de su relación con Ted nos permitió evocar una vez más el pasado de una serie que tira mucho de argumentos antiguos para desarrollarlos todavía más en el presente.
La season finale nos dejaba a Robin teniendo que elegir entre el amor y su carrera; hace un par de temporadas, la decisión habría sido muy fácil, pero ahora vemos a una Robin mucho más evolucionada y madura, y como tal renuncia al trabajo de su vida por permanecer en la ciudad junto a su novio. El problema viene cuando, tras el rechazo, la oferta pasa al tejado de él, y decide aceptarla. Robin se siente estafada, con razón, y no sé si después de esto volverá a ser la mujer fría y alérgica al compromiso de temporadas anteriores. Ya veremos.
Por otro lado, el “acuerdo” de Lily y Marshall con los dobles tuvo resolución en el final de temporada. Al principio de la quinta vimos cómo Lily encontró a su doble siendo una stripper en un club de alterne; más tarde, a la Robin lesbiana y, finalmente, al Ted de la lucha libre. La pareja acordó que, cuando encontraran al cuarto quinto doble, al de Barney, lo interpretarían como una señal de la naturaleza para que ambos se pusieran al lío y trajeran un bebé a este mundo. En el último capítulo lo encontraron (no sin dificultades por culpa del propio Barney), por lo que los primeros compases de la sexta temporada parece que irán encaminados a engendrar ese ansiado bebé.
Y hasta aquí la quinta temporada. Quizá sea cierto eso de que Ted es probablemente uno de los protagonistas más sosos de las series americanas y que ‘How I met your mother’ se centra cada vez más en la figura de Barney, pero lo único que a mí me importa es que cada martes voy corriendo a ver un nuevo capítulo de la pandilla de amigos por excelencia tras el final de ‘Friends’. Queda por ver si en la sexta temporada conoceremos finalmente, de cuerpo completo, a la madre (a ver si le ponen nombre ya de una vez); desde luego, me gustaría poder disfrutar de ella y de su relación con Ted durante varios capítulos antes del fin de la serie (que no sabemos cuándo será) , por lo que quizá sería interesante incluír desde ya a ese sexto miembro del grupo. ¿Y vosotros? ¿Qué pensáis?