Mis amigos y compañeros saben que veo muchas series y todos los otoños vienen a mí buscando recomendaciones de novedades para ver. Me preguntan qué estrenos merecen la pena, cuáles no, si durarán… Este año la respuesta la tengo muy clara: ‘Homeland‘. Para mí, sin duda, el mejor estreno de este otoño, aunque dicho así y viendo los flojos pilotos de este año puede parecer no tener mucho mérito. Pero creedme, se merece una oportunidad.
Reconozco que no sabía muy bien qué esperarme de esta serie. Es un drama de Showtime basado en una serie israelí, sí, pero todos esos misterios y conspiraciones que salían a relucir en los primeros tráilers me daban algo de miedo. ¿Sería una especie de ‘Rubicon 2’? ¿Sería un drama insustancial y con poco ritmo? El miedo estaba ahí, pero por suerte con el episodio piloto me convencieron totalmente de que no iba a arrepentirme de darle una oportunidad.
El argumento, a estas alturas, seguro que lo conocéis todos o casi todos: un marine norteamericano es rescatado después de llevar ocho años secuestrado en Afganistán por terroristas de Al-Qaeda. Cuando Brody vuelve a casa es tratado como un héroe nacional y se convierte en todo un “poster boy” para un gobierno que ve en él la manera perfecta de llevar esperanza a una población cada vez más decepcionada con la presencia de sus soldados en dos gerras para muchos injustificadas.
Pero no todos están cautivados por el ahora liberado soldado. Carrie, una empleada de la CIA que aún no ha superado los atentados del 11 de septiembre, tiene una fuente que afirma que un militar americano se ha pasado al otro bando y trabaja para Abu Nazir, el líder de los terroristas. ¿No es mucha casualidad que Brody aparezca justo ahora? Eso piensa ella, con el temor añadido de que vayan a activar de alguna forma alguna célula terrorista ubicada en suelo americano. Obviamente no tiene pruebas, así que tiene que arreglárselas por su cuenta para demostrarlo.
¿Culpable o no?
Desde un primer momento, a todos nos parece que la actitud de Brody es, cuanto menos, sospechosa. Parece enviar mensajes secretos, su actitud delante de su familia es totalmente distinta a cuando está en soledad y, para colmo, se ha hecho musulmán. La serie no pretende convencernos de que Brody es culpable porque sí, pero va dejándonos pequeños detalles que nos hacen no fiarnos demasiado de su personaje.
Pero la genialidad de ‘Homeland’ está precisamente en su planteamiento. Llegados a un punto descubrimos que Carrie tiene problemas y no ha sido capaz de asumir el fallo de las agencias de seguridad en los atentados del 11 de septiembre. Ella se siente culpable, y el hecho de que tenga esta inestabilidad psicológica y esté tomando medicación para ello nos hace a nosotros, como espectadores, poner en duda toda su investigación. ¿Será “sana” esa obsesión que tiene con Brody? ¿Verá fantasmas donde no los hay? ¿Es un terrorista, o no lo es?
Si algo hemos aprendido en estos primeros compases de ‘Homeland’ es que no hay que dar nada por sentado. Durante los siete primeros capítulos hemos visto como la historia argumental se movía hacia un lado y hacia otro, deparándonos cada vez más sorpresas. El séptimo capítulo fue, sin duda, el más revelador, con un final que nos deja mordiéndonos las uñas hasta la semana que viene y que puede ser todo un gamechanger en la serie.
El reparto, un lujo
Hacer de marine atormentado tras casi una década de secuestro no es tarea fácil para un actor. Y si encima tiene que añadirle esa capa de complejidad extra para resultar creíble como posible terrorista, es aún menos sencillo. Pero Damian Lewis interpreta el papel de Brody con una maestría que merece un Emmy. Ya le vimos dando vida a un policía distinto en ‘Life’, pero lo que está haciendo en ‘Homeland’ es una auténtica maravilla.
El resto del reparto, aunque ya en personajes más convencionales, mantiene perfectamente el nivel. Una reconvertida Claire Danes se luce como una inestable agente de campo de la CIA que nada tiene que ver con la Angela Chase de ‘My So-Called Life’. Cada frase, cada gesto parece estar medido al milímetro. Lo mismo que el conflictivo Mandy Patinkin, que da vida al amigo y compañero de Carrie, o los actores que interpretan a la familia de Brody, que a su vez han estado pasando su propio infierno todos estos años de incertidumbre.
Y para colmo… ¡engancha!
Diría que es imposible ver un capítulo de ‘Homeland’ de cada vez. Contrariamente a lo que podríamos esperar de una serie con esta trama, la historia es dinámica, fluye a la perfección y en ningún momento da sensación de lentitud. Parecen estar desvelándonos poco a poco piezas interesantes de un gran puzzle, haciéndonos disfrutar con cada una de ellas. ¿Es ‘Homeland’ una serie de acción? No. Que nadie se espere un nuevo ‘24’, pero la historia es igual de trepidante… o incluso más.
Lo único que me preocupa de la serie es cómo van a conseguir mantener el nivel y la intensidad de la historia al menos durante una temporada más, y es que si recordáis ya os hablamos por aquí de que había sido renovada. ¿Cerrarán el arco argumental de Brody en esta primera entrega? ¿O dejarán parte sin resolver para la segunda? Si es así, ¿no será demasiado estirar lo que parece a priori una historia cerrada? Quizás sea pronto para hacerse estas pregunta. Lo más correcto y más justo sería sentarse y disfrutar con uno de los pocos estrenos que realmente merecen la pena de la amarga cosecha de este año.
En ¡Vaya Tele! | ‘Homeland’, una conspiración que apunta muy alto
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