Por quinta vez, despedimos temporada de 'Homeland' y es hora de hablar de todo eso que nos ha regalado. Esta serie se ha convertido en imprescincible para los seriéfilos no sólo por sus tramas, arriesgadas y de mucha actualidad, sino también, por esos personajes con los que no nos queda más remedio más sufrir: Carrie, Saul, Peter...
Después de que la aventura de Brody llegara a su fin (con mayor o menor acierto, según a quien se le pregunte), 'Homeland' se dio cuenta de que para poder seguir mirando hacia adelante y prolongar su vida, tenía que reinventarse totalmente. Así fue en su cuarta temporada, y así ha sido en esta quinta, con un trama que ha abierto y cerrado, dando así lo mejor de sí misma.
Carrie
Ha sido horrible ver a Carrie peleada con Saul durante una buena parte de la temporada. Este padre "profesional" tuvo que distanciarse de una hija que, de todas maneras, ha vuelto al redil porque no sabe estar alejada de la acción. Para Carrie, todo empieza como una cuestión personal, alguien intenta asesinarla pero, después, ya lo sabíamos, las ganas de estar en el meollo y desentrañar ese secreto que sólo ella puede revelar, son mayores.
Y siempre paga un precio demasiado alto, como con Frannie. Parece que el personaje de Claire Danes no tiene derecho a tener familia, ni hijos, ni compañero, ni nada, sólo esa silenciosa lucha que lleva a este tipo de hombres y mujeres, entregados a una causa mayor, a dedicar sus vidas al servicio en favor de la humanidad, ¿por qué está salvando a la humanidad, no?... o a salvarse a sí misma a través de lo único que parece saber hacer bien.
La vida de la ex agente de la CIA está en peligro y eso le hace abrirse a Jonas, el hombre perfecto. Error. Porque Carrie tiene muchos cadáveres sobre sus espaldas, y Jonas descubre el díficil hilo ético sobre el que camina su amada. Además, tuvimos la oportunidad de ver entrar en brote otra vez a nuestra chica, somos un poco sádicos, pero disfrutamos esos momentos. Y la peluca. Las idas y venidas de una mujer que trata de mantener un equilibrio que se le escurre tienen un símbolo en esa peluca despeinada con la que ha viajado a lo largo de muchos capítulos.
Allison
Esta temporada hemos tenido un magnífico personaje interpretado por la estupenda Miranda Otto, que casi ha sido más protagonista que la propia Carrie (y eso es mucho decir) en la mayor parte de la trama. Como si de un crossover con 'The Americans' estuviéramos hablando, hemos asistido al descubrimiento de una doble vida que, como se veía venir, no ha terminado nada bien.
El buen hacer de esta agente de la CIA que trabaja para la inteligencia rusa espera colocarla en lo más alto de la organización. Para ello, manipular y mentir son las herramientas fundamentales de su día a día, con la consecuente cara de panoli que se le ha quedado a Saul cuando ha comprobado cómo ha sido utilizado. Una trama apasionada, llena de recovecos y momentos estupendos, como cuando Allison se dispara a sí misma para fingir una agresión.
Peter
Una de las cosas que más me ha chirriado de la temporada es la forma en que Quinn llega a la cédula terrorista. Moribundo, camina perdido por las calles hasta que un tipo le encuentra. Casualmente, le lleva al centro de la acción, al núcleo de quienes preparan un atentado que hará temblar los cimientos de Alemania. La casualidad existe en la vida real, pero no la aceptamos tan bien en las series, así somos los espectadores.
Pero lo pasamos por alto, porque nos ha llevado a la trama más importante de la temporada, la que ha puesto voz a aquellos que deciden atentar contra otros seres humanos por una cuestión de fe (y muchas otras cosas). Y también nos ha llevado a Qasim, la redención para todos ellos, la mirada tierna y bucólica de quien tiene una conciencia que no le permite según qué cosas.
Además, nos ha conducido hasta la última secuencia de la temporada en la que NO vemos a Carrie acabar definitivamente con la vida de este agente al que nunca acabamos de conocer del todo. Eutanasia que no llega a mostrarse del todo, que tenemos que intuir con esa silla bloqueando la puerta y que no puede resultar más triste y conmovedora después de la voz en off de Quinn y su declaración de amor que acompaña la acción. "Lo nuestro no ha pasado", mucho romanticismo truncado en esta temporada.
Como siempre, 'Homeland' está llena de detalles y aspectos fundamentales. No quiero dejar pasar por alto el personaje de Laura Sutton, que nos hace reflexionar sobre el papel del periodismo en las relaciones entre los gobiernos y los gobernados. Honesta, comprometida, leal a sus principios, finalmente, ha de ceder. La telaraña del poder es mucho más compleja que lo que el idealismo puede conseguir.
En ¡Vaya Tele! | 'Homeland', el pasado te persigue
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