‘Happy Endings‘ fue una de las “víctimas” indultadas de la pasada temporada. ABC hizo todo lo posible por matarla antes incluso de estrenarla: la retrasó hasta abril, la emitió a toda prisa con doble capítulo semanal, desordenó los episodios para que no tuvieran ningún sentido y, por si fuera poco, dejó un capítulo sin emitir para darle salida en pleno agosto. Pero la calidad prevalece sobre el maltrato, y contra todo pronóstico y aprovechando el mal año de la cadena, ABC decidió renovarla.
En su segundo año en antena, ya con una emisión normal desde septiembre y enmarcada en su exitosa noche de comedias de los miércoles, ‘Happy Endings‘ ha florecido y encantado a los que ya nos habíamos enganchado, añadiendo también nuevos seguidores a este grupo de amigos. Sabedores de sus puntos fuertes y con un marco que les permitía lucirse mucho más, los responsables de la serie nos han regalado una temporada estupenda, que ha ido de menos a más para culminar como una de las comedias más rápidas y divertidas de la actualidad.
Toc, toc, toc… ¡Penny!
Comenzaba la temporada con una promesa por parte del personaje de Penny, la promesa de que este sería su año, y desde luego que lo ha sido. Quizá no para la persona a la que da vida, que ha ido dando tumbos de un lado a otro siendo incapaz de asentarse. Múltiples novios, una casa nueva con gatos y ‘The Good Wife’ grabada en TIVO “como las señoras mayores” (dolió mucho esta comparación), y una potencial relación con Dave que nunca terminó de concretarse; pero sí para el personaje, que se ha confirmado como la joya del grupo de seis.
El “Ah-Mah-Zing“ que ya ha pasado al léxico televisivo, su disfraz de Halloween con Max, el complejo de Peter Pan del que siempre que puede hace gala, o su pasado y presente musical junto a su madre (la gran Megan Mullally, que le ha pillado el gusto a hacer cameos por las comedias actuales) la convierten en la estrella de la serie. Ella sola saca adelante gran parte de los gags en cada capítulo, y permite al resto de personajes (sobre todo a Max) apoyarse en ella para salir adelante. No es lo único destacable, ojo, pero su histeria es realmente contagiosa y divertida.
El reparto coral de ‘Happy Endings’
Tener a un grupo de seis personajes y darle el mismo protagonismo a todos resulta complicado, cuando no imposible. ‘Friends’ lo consiguió a base de llevar hasta el final las peculiaridades de cada personaje, y ‘Happy Endings’ ha seguido la misma estela. Sin dejar de darle profundidad y coherencia a cada uno de sus protagonistas, se han centrado en sus particularidades y las han explotado. El pasotismo de Max, la inocencia de Dave, la estupidez de Alex, la puntillosidad de Jane y la cobardía de Brad son el pan de cada capítulo.
El acierto viene también a la hora de dar tramas en pareja, potenciando a los personajes que realmente casan entre sí. Max y Penny son uno, y así lo reflejó a la perfección su disfraz compartido de madre y bebé. Brad y Jane, la pareja perfecta que siempre compite consigo misma, también han tenido varias tramas conjuntas divertidísimas. Y finalmente, dejamos a los “tontos” Dave y Alex, con mucho los más prescindibles, pero asentados en una inocencia y estupidez que en pequeñas dosis no molestan. Son los más débiles, los que menos aparecen y, curiosamente, también los que sacan adelante una de las pocas tramas serializadas.
Los invitados, los premios y… ¿renovación?
Y aun a pesar de que los seis protagonistas pueden comérselo y bebérselo sin necesidad de ningún invitado, ‘Happy Endings’ se cuida en introducir personajes secundarios capítulo a capítulo, algunos de ellos recurrentes (como la propia Megan Mullally o la “locaza” de Derrick) y otros que se quedan en un sólo arco argumental, como le ha pasado a James Wolk, que sin ser especialmente divertido sirvió para alimentar al sector femenino de la serie con su pecho peludo. Con mucho éxito, debo decir.
Y sin que sea algo demasiado destacable, y desde luego no uno de los puntos fuertes de la serie, me ha sorprendido mucho la cantidad de veces que han empleado los disfraces para sacar adelante alguna trama. Max ha sido el especialista, disfrazándose de Miss con minibañador, de conductor de limusina, de bebé e incluso convirtiéndose en un “oso” durante su hibernación, pero no ha sido el único.
Y al final, ‘Happy Endings’ no es más que la historia de un grupo de amigos que se preocupan los unos por los otros, en los que surgen sentimientos más allá y que tienen que reprimir lo que sienten para no hacer daño al resto. Y decidme, ¿quién de vosotros no ha estado alguna vez en una situación así? En cuanto a su regreso, lo cierto es que no está nada claro. Hace unas semanas se rumoreó una batería de renovaciones por parte de la ABC que incluía a esta serie, pero la cadena no ha hecho ningún anuncio oficial. Y ahora, con ‘Dont Trust de B—— in Apartment 23‘ marcando también buenos datos tras ‘Modern Family’, habrá que ver cuál de ellas se salva. Y por último, ¿se acordarán de ella los Emmy este año? Si Casey Wilson no se merece una nominación, que venga dios y lo vea, que seguro que le gusta.
En ¡Vaya Tele! | ‘Happy Endings’ encuentra su punto definitivo “Ah-Mah-Zing”