Ni la abuela de Las chicas de oro, ni Sophia Petrillo ni nada que se le parezca. Ha sido Estelle Getty la que ha muerto a los 84 años aquejada de una enfermedad degenerativa. Mirando su ficha de actriz me doy cuenta de que, a pesar de que pudiera parecer lo contrario, su papel en Las chicas de oro fue el que más tiempo de su vida le ocupó, el que le dio la fama y el que la convirtió en el símbolo que es; poco más hay que destaque en su carrera pero ha sido suficiente.
Su personaje en Las chicas de oro generó una serie de frases que ya resultaban hilarantes sólo con escuchar la introducción: "Imagínate..., Sicilia, 1920...", y que fuese menor que Beatrice Arthur, la actriz que interpretaba a su hija en la serie, también resultaba chocante. Sobre todo, el carácter agrio y borde del personaje, sus comentarios sarcásticos y cortantes, su socarronería y su ternura, hicieron que se convirtiese en una de las claves de la serie, apoyada en un instinto brutal para la comedia y en una presencia escénica apabullante de la actriz.
En la lista de creadores de la serie nos encontramos a gente como Winiferd Hervey, que luego estuvo en El príncipe de Bel-Air, Christopher Lloyd, que luego trabajó en Frasier, o Marc Cherry, el de Mujeres desesperadas, profesionales que ha demostrado sobradamente su capacidad para crear personajes y en Las chicas de oro los personajes fueron la clave. Yo tuve el corazón partido entre Sophia y Rose (Betty Whitte), pero sin el resto ellas no habrían brillado tanto como lo hicieron.
Vía | Telemanía En ¡Vaya Tele! | TVE cambia Lluvia de estrellas por series clásicas