Llega el momento de decir adiós. Hay ocasiones en las que el interior nos juega una mala pasada y nos debatimos entre el deseo de que una ficción termine en su momento justo y las ganas de seguir viendo más de ella en el futuro. Ocurra lo que ocurra con la serie en cuestión, es muy difícil terminar contentando al espectador, ya que se suele decir que no estamos a gusto con lo que tenemos. Ahora que 'Gran Hotel' ha dicho adiós, nos queda una sensación de vacío pese a que valoremos esas tres temporadas como un buen intervalo de tiempo para que nos conquisten con una historia, disfrutemos de ella y podamos decirle adiós como se merece.
También es cierto que si hablamos de que 'Gran Hotel' ha tenido tres temporadas podemos estar engañándonos a nosotros mismos, ya que la serie tuvo nueve capítulos a finales de 2011 y un total de 30 en el curso televisivo que ya da sus últimos coletazos, después de que Antena 3 jugara con su emisión para evitar la fuerte competencia. Desde la cadena hablan de tres temporadas, pero lo cierto es que ni siquiera las ficciones estadounidenses emiten 30 episodios de su serie estrella en un mismo curso y, viendo el resultado de audiencia que ha mantenido 'Gran Hotel', solo podemos estar impresionados por lo alcanzado.
Pero lo conseguido va más allá de unos datos de audiencia, ya que 'Gran Hotel' se ha despedido como la gran serie que ha sido, poniendo en valor la ficción española y ofreciendo una producción que ha sabido dar lo mismo que ofrecen otras pero que ha sido mostrado con un envoltorio de cuidado y calidez que muy pocas saben presentar. 'Gran Hotel' ha tenido su historia de amor imposible, sus personajes malvados y sus luchas de poder pero también ha tenido su riesgo, su originalidad y sus detalles, cientos de detalles que no han hecho más que aumentar la calidad de la historia que hemos seguido.
Cuidando los pequeños detalles
Uno de esos detalles, quizá el menos importante pero por el que me apetece comenzar a comentar es la manera con la que 'Gran Hotel' se ha vendido en su último tramo, a través de unas promos capaces de extraer lo mejor de la ficción y hacer que nos encandiláramos (aún más) con su puesta en escena. Hasta en sus anuncios 'Gran Hotel' ha sabido destacar y dar un golpe sobre la mesa, logrando poner al día a los espectadores sin dejar de entusiasmarnos y con un buenhacer visto en muy pocas ocasiones en España.
Pero esto solo ha sido la punta del iceberg. Mucho más apasionante ha sido lo que nos hemos encontrado cuando hemos profundizado en los pasillos del Gran Hotel, a través de una historia que ha brillado mucho más con el cómo que con lo que al final nos han contado. Ese cómo incluye a actores, dirección artística, música, fotografía... todo un conjunto de detalles que han pasado ante nuestro ojos en los 39 nuevos episodios que ha durado la ficción.
En ellos hemos visto, por ejemplo, un pequeño homenaje al cine mudo que nos llegó con el banquete de bodas de Diego y Alicia, la aparición de varios personajes históricos (Alfonso XII, Houdini o una jovencísima Agatha Christie que encontraba en el inspector Ayala la inspiración para crear al detective Poirot, su famoso personaje al que homenajeaba Ayala) o la llegada de diferentes inventos que revolucionaban la vida de principios del siglo XX. Todo introducido con especial cuidado sin abandonar las tramas principales, con una delicadeza que culminó en el epílogo fotográfico con el que nos contaron el futuro de los personajes.
La potencia de sus escenas, los giros de guión, el atrevimiento para llevar más lejos la maldad de algunos personajes o la fuerza de sus diálogos han sido el resto de aspectos que han conseguido encumbrar a 'Gran Hotel' como una de las mejores ficciones que han pasado por nuestra televisión. Esto lo ha logrado pese a que, como he comentado al principio de este artículo, ha tenido una emisión bastante accidentada, algo que le ha afectado incluso en la manera en la que el espectador ha percibido su desarrollo.
El final soñado
El último capítulo de 'Gran Hotel' ha servido para cerrar definitivamente las tramas, aunque tras su visionado hayamos comprobado que poco más quedaba por contar. La serie se despidió con un digno cierre en el que los malos acabaron mal y los buenos tuvieron su final soñado y donde quizá faltó un último giro de guión o algo que acabara por sorprendernos. La mayor parte del episodio se centró en el final de Diego y en la venganza de Cisneros, que llevó a cabo el asesinato con el que tanto tiempo había estado soñado en una escena en la playa que centró la mayor tensión del episodio.
Por su parte, el amor prohibido de Julio y Alicia tuvo su final feliz, al igual que el resto de la familia Alarcón, ya sea también marchándose del hotel (como Sofía y Alfredo), volviendo juntos (Laura y Javier), teniendo un inesperado romance (Maite y Andrés) o convirtiéndose en la directora del hotel, como le ocurrió a Doña Ángela. Pese a la amenaza del cólera, 'Gran Hotel' tuvo su final azucarado y cerró de forma correcta la mayoría de sus tramas.
No toda la serie ha mostrado pétalos de rosas. Por el camino también nos hemos encontrado con alguna espina que ha quedado más en evidencia debido a la seguida emisión que la serie ha tenido durante toda la temporada. Se trata del individualismo que han presentado algunas tramas, cuando quizá era necesaria la presencia de otros personajes para que el resultado fuera más creíble, el poco aprovechamiento que se ha dado con personajes como el de Violeta (Lydia Bosch) o algunas relaciones que no han terminado de explotarse como se esperaba. En la relación entre Belén y Diego observamos mejor este aspecto, que se ha terminado olvidando para centrar la atención en otras tramas.
Puede que algunos de estos olvidos se hayan dado principalmente por la cantidad de tramas que 'Gran Hotel' ha abordado en su trayectoria y que ha ido enlazando una detrás de otra. La ficción puede decir eso de que lo ha dado todo en cada episodio y no se ha reservado nada para el final (por eso en el capítulo final poco más había que contar), una elección que demuestra las ganas que había de sorprender al espectador cada semana. Las puertas del Gran Hotel quedan ya cerradas y los personajes pasan a formar parte de la historia seriéfila de nuestro país. Algunos han conseguido calar más hondo que otros (¿de verdad no es posible un spin-off sobre Ayala y Hernando?), pero nos quedamos con la sensación de que 'Gran Hotel' quería ser una ficción de calidad, lo ha logrado y nosotros lo hemos disfrutado.
En ¡Vaya tele! | Antena 3 cierra 'Gran Hotel' para siempre
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