'Gossip Girl' ha optado esta temporada por la vía rápida que utilizan muchas series cuando empiezan a desvariar un poco: volver al pasado. Con este pretenden volver a llamar la atención de aquellos desencantados que, como yo, perdieron el rumbo de la historia en la tercera temporada, sin dejar de lado las señas clásicas de la serie; la moda, los eventos sociales todos los días de la semana y, por supuesto, los mensajitos de la mosca cojonera que da título a la serie, la "reina cotilla". Y lo mejor de todo es que ha funcionado.
Lo comenté al comenzar la temporada, que veía unos primeros signos de recuperación en la serie, y aunque no puedo afirmar que me haya reconciliado con ella, sí puedo decir que este cuarto año está siendo mucho más entretenido. El viaje a París de nuestras chicas el pasado verano sirvió para airear un poco el viciado ambiente que se respiraba en Nueva York, y la desaparición de Jenny Humphrey (aunque no por mucho tiempo) dio un poco de tranquilidad tanto a los protagonistas como a nosotros mismos. Los cliffhangers absurdos del año pasado se resolvieron pronto, y dieron paso a nuevas historias que, esta vez sí, son más propias de 'Gossip Girl'.
El acierto de este año ha sido introducir un misterio que implicaba al grupo en general y a Serena en particular. El fallo ha sido que quizá han tardado demasiado en desvelarlo. Teníamos a una chica, Juliet, que se infiltraba en el grupo para hacerle la vida imposible a Serena como venganza para su hermano, en la cárcel por culpa de la joven Van Der Woodsen. Lo cierto es que Katie Cassidy ha encajado muy bien en la serie como "mala malérrima", ha dado todo lo que se esperaba de ella, y no ha costado nada verla como una más en la serie (por encima de Vanessa, que siempre me ha sobrado un poco).
Entre líos, montajes y traiciones tan propias de la serie, finalmente (y muy tarde) se acabó desvelando la implicación de Serena, y sobre todo de Lily, en la encarcelación de un antiguo profesor, acusado falsamente de abuso sexual para que Serena pudiera conservar su plaza en el colegio. Quizá si hubiéramos conocido antes toda esta trama podríamos haber comprendido mejor los movimientos de Juliet en estos capítulos, pero este misterio combinado con los constantes y cansinos líos intrínsecos a 'Gossip Girl' han hecho que todo volviese a estar un poco confuso.
En el terreno sentimental, es curioso cómo no hemos tenido ninguna pareja estable en toda esta primera mitad. Serena, mientras elegía entre Dan y Nate, se codeaba con Collin, su nuevo profesor de la Universidad; Vanessa, siempre detrás de Dan, se centró más en eliminar a la rubia del mapa; y Blair, en su particular "ni contigo ni sin ti", se dedicó a romper la relación de Chuck con Eva para después iniciar una guerra que terminó en un maravilloso sexo entre amigos. La escena del polvo en el piano queda ya para la historia de la serie.
Si de algo ha servido esta primera tanda de capítulos ha sido para coronar a Lily como la nueva mala de la serie. En primer lugar, por conocerse su implicación en el caso que llevó al profesor de Serena a la cárcel; y en segundo lugar, por la traición a Chuck en las acciones de Industrias Bass. La mirada al pasado que está realizando la serie parece que se va a confirmar definitivamente tras su regreso; con Serena decidida a sacar a su antiguo profesor de la cárcel (me juego el cuello a que entre estos dos habrá rollito) y la aparición en escena de Jack Bass, con el recuerdo de la jugarreta a Blair de la pasada temporada todavía en la mente, queda claro que viejas heridas van a volver a salir a flote. Veremos si con esto consiguen revitalizar una serie alicaída o, por el contrario, terminan por hundirla definitivamente.
Por cierto, no sé si fui yo el único que lo vio o ha sido algo generalizado, pero no me gusta nada el camino que está cogiendo la inesperada amistad entre Blair y Dan. Sólo faltaba que estos dos acabaran juntos...
En ¡Vaya Tele! | 'Gossip Girl', plan B, plan Blair
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