Pensar en dramas deportivos, por norma general, nos invita a hacerlo directamente en la vistosidad inherente a disciplinas físicas y dinámicas como pueden ser el automovilismo, las competiciones de atletismo, el fútbol, el baloncesto, o unos combates de boxeo que han servido como base a clásicos imperecederos del séptimo arte como 'Toro salvaje' o 'Más dura será la caída'.
Pero, entre tanto sudor y tensión muscular, la excelente producción de Netflix 'Gambito de dama' ha conseguido materializar con éxito un logro harto complicado dentro del subgénero: transformar el ajedrez en un espectáculo audiovisual tan apasionante y tenso —o incluso más— que una pelea en un cuadrilátero una vez traducida al lenguaje catódico.
A continuación, en el nuevo vídeo que acabo de sacar del horno, os propongo un repaso a los recursos utilizados por el realizador Scott Frank y todo su equipo técnico y artístico para elevar los juegos ajedrecísticos de 'Gambito de dama' al Olimpo televisivo y, de paso, convertir la miniserie en una de las mejores de este 2020.
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