Este año se estrenaron en Estados Unidos dos series con un planteamiento bastante similar, ambas tratando casos relacionados con la ciencia. Se trata de Fringe, apuesta de la cadena FOX y de la que ya os hemos hablado varias veces por aquí, y Eleventh Hour, una serie de la CBS de la que no se ha escuchado hablar mucho pero que es remake de una serie inglesa de mismo título. A continuación vamos a repasar los puntos en común que tienen ambas, los que no y cuál de las dos sale mejor parada de la comparación.
El argumento
De la historia de Fringe ya hemos hablado varias veces: una agente del FBI descubre que hay casos que no se pueden explicar salvo que cuente con la ayuda de Walter, un científico que trabajó para el gobierno en su día pero que ahora está completamente loco, y Peter, su hijo. Curiosamente, todos esos casos sin explicación parecen tener relación con la poderosa compañía Massive Dynamic. En el caso de Eleventh Hour, la historia se centra en Hood, un científico al que el gobierno asigna los casos más difíciles relacionados con avances científicos, y en la agente Young, a la que encargan su protección.
Las agentes protagonistas
Algo que ambas series tienen en común es el mismo estilo de protagonista. Tanto la agente Rachel Young de Eleventh Hour como Olivia Dunham de Fringe parecen estar creadas bajo el mismo patrón: chicas guapas, inteligentes y duras que saben hacer muy bien su trabajo. La principal diferencia que podemos encontrar entre ambas es la historia que hay tras ellas. Mientras que sabemos algo del pasado de Olivia, como su relación con John o su pasado en el FBI, de Rachel no sabemos absolutamente nada.
Los doctores protagonistas
Otro punto en el que las series son similares: lo extravagantes que son los científicos que las protagonizan. Por un lado tenemos a Walter, un científico brillante que fue encerrado durante años en una institución mental y que, como consecuencia de ello, ahora está bastante loco. Si pasamos a hablar de Hood, nos encontramos los mismos problemas que he comentado en el apartado anterior, y es que apenas sabemos nada sobre su pasado salvo que es un científico al que el gobierno acude en casos poco comunes. Quizás si Eleventh Hour profundizara un poco en ello podría conseguir ser más interesante. Otro añadido que tiene Fringe es la presencia de Peter, el hijo de Walter, que, si bien es verdad que muchas veces está de relleno, hay que reconocer que las escenas que protagoniza con su padre suelen ser de lo más divertido.
Las tramas
Aunque las dos series tratan casos relacionados con la ciencia, existe una diferencia fundamental entre ambas, y es que mientras Fringe se centra en experimentos más vanguardistas y menos reales, Eleventh Hour utiliza casos de ciencia más posibles a día de hoy. En Fringe, por ejemplo, vemos un avión lleno de personas que han fallecido en pleno vuelo, un tipo teniendo visiones de experimentos, un corazón funcionando con un parásito mecánico pegado a él, alucinaciones que se hacen realidad… En Eleventh Hour tienen los pies más en la tierra y los casos son más normales, como la aparición de una bacteria muy peligrosa, niños que mueren misteriosamente por ataques al corazón o el acecho de enfermedades peligrosas.
Las estructura
Ambas series estructuran sus capítulos de forma bastante similar y repetitiva. En el caso de Eleventh Hour, se plantea el caso, los protagonistas acuden a resolverlo y, una vez solucionado, se marchan. No hay más, y hasta el momento han sido todos capítulos autoconclusivos. Aunque Fringe también es bastante procedimental, intentan mantener un elemento común entre los capítulos, como el famoso ‘patrón’ o el ‘observador’ que aparece oculto en todos los capítulos.
El presupuesto
Como mera curiosidad, mientras que el episodio doble que sirvió como piloto de Fringe dispuso de 10 millones de dólares de presupuesto (similar al que en su día tuvo Perdidos), a Eleventh Hour tan sólo se le concedieron 4 millones por el primer episodio y 2 por los sucesivos.
Los responsables detrás del producto
Tanto Fringe como Eleventh Hour son obra de grandes conocidos de la ficción internacional. En el caso de Eleventh Hour, el responsable de la adaptación americana ha sido Jerry Bruckheimer, que ejerce como productor ejecutivo de esta serie, además de las tres CSI, Caso Abierto y Sin Rastro, entre otras. Fringe, en cambio, es obra de J.J. Abrams, conocido por Perdidos, Alias y Felicity, y al que acompañan dos de sus guionistas habituales, Alex Kurtzman y Roberto Orci.
Conclusión final
Aunque Fringe aún tiene que mejorar, creo que es la ganadora del enfrentamiento entre estas dos series. La estructura de Eleventh Hour es quizás demasiado repetitiva y la falta de un argumento común la hacen ser demasiado procedimental. Aunque el doctor Hood apunta maneras, Walter de Fringe le supera con creces, y lo mismo podemos decir de las protagonistas. En definitiva, si queréis un procedimental al más puro estilo CSI pero de ciencia y algo más flojo, entonces Eleventh Hour es vuestra serie. Si preferís una serie también de caracter procedimental pero menos marcado y con capítulos algo relacionados entre sí, entonces deberíais darle una oportunidad a Fringe.