La quinta temporada de ‘Fringe‘ es un poco especial. No porque sea la última, o vaya a tener sólo 13 episodios, o porque su trama haya dado un salto hasta 2036, hasta ese futuro distópico que vimos por primera vez en ‘Letters of transit‘, el 19º capítulo de la cuarta temporada. Es un poco especial porque es algo así como una miniserie, una historia más o menos independiente que va a echar el cierre a la serie pero que no va a resolver los principales interrogantes que podían colear desde el principio, porque esos ya se resolvieron al final de la cuarta temporada. Lo que no quiere decir que no haya asuntos que resolver, derivados principalmente de los 20 años que Peter, Olivia, Walter y Astrid permanecieron “congelados” en ámbar, años en los que Etta, la hija de Peter y Olivia creció sola.
¿Qué pasó con Etta después de aquella explosión en el parque en la que la perdieron sus padres? ¿Querrá decir algo que ella recuerde haberlos perdido a los cuatro años, mientras Olivia afirma que en realidad tenía tres años, cinco meses y un día? Esa peculiar dinámica familiar de reencontrarte con tus hijos cuando casi tienen tu misma edad (y que esta temporada parece estar de moda) es de momento el nexo emocional de los dos primeros capítulos de la quinta entrega, en los que hemos tenido nuestro primer contacto con el malvado Observador Windmark y en los que nuestros héroes inician el camino para recuperar las partes del plan que Walter y Septiembre idearon para expulsar a los Observadores de la Tierra.
Walter y Etta
Walter es, como de costumbre, el eje sobre el que gira todo, aunque, como hemos dicho antes, parece que la relación entre Olivia y Etta va a ser la otra “pata” sobre la que se asiente la temporada (por cierto, Georgina Haig está muy bien elegida como hija adulta de Olivia). La joven es la que tiene experiencia en este mundo dominado por los Observadores y, en esos 20 años en los que creció sin sus padres biológicos, se volvió más dura y más dispuesta a hacer todo lo necesario para resistir la invasión. El tira y afloja silencioso entre madre e hija durante el interrogatorio del guardia lealista ha sido uno de los puntos álgidos de este inicio de temporada, poniendo el acento en las emociones de sus personajes, que es lo que siempre les ha interesado más. Al fin y al cabo, la “caza del tesoro” de las cintas de Walter no tendrá ningún interés si sus protagonistas no se muestran interesantes.
¿Cuál será el papel de Broyles y Nina, a los que aún no hemos vuelto a ver, en todo esto? ¿Qué tipo de plan idearon Septiembre y Walter, que mantiene la mayor conexión con Olivia de la cuarta temporada? ¿Y en qué momento dejaron de gustarle los regalices rojos y pasó a comer de uva? La distopía futurista que presenta “Fringe” bebe de muchos clásicos de la ciencia ficción, y si en el 4×19 había homenajes explícitos a ‘El prisionero‘ o ‘La guerra de las galaxias‘, en ese comienzo de temporada los ha habido a ‘Blade Runner‘ y otro más a ‘Star Trek‘, y parece que su futuro postapocalíptico va a ser, también, menos imaginativo que el universo alternativo que, francamente, se echa un poco de menos. Los dejà vús a ‘1984‘ y hasta ‘Fahrenheit 451‘ están ahí, y lo que sí es de esperar es que veamos algún flashback, aunque sea fragmentado, a los momentos inmediatamente posteriores a la invasión de los Observadores.
Y sí, las audiencias están siendo malas, como de costumbre, pero Fox ya lo sabía cuando le concedió esta prórroga. No parece que vaya a haber riesgo de que no emitan toda la temporada del tirón, parones de los playoffs de la liga de béisbol y de Navidad mediante.
En ¡Vaya Tele! | ‘Fringe’ abre un nuevo capítulo
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