Abogados. Los abogados nunca pasan de moda en la televisión. Con los médicos y otros colectivos suele ser distinto: si alguna serie triunfa, entonces aparecen más series del estilo hasta debajo de las piedras. Pero no con las series de abogados que, sean un éxito o fracasen, siempre hay un puñado de ellas en emisión. La última en apuntarse a esta perenne moda ha sido la cadena de cable americana TNT, que la semana pasada estrenó el drama legal ‘Franklin & Bash’.
Los protagonistas de ‘Franklin & Bash‘ son, lógicamente, Franklin y Bash, dos jóvenes abogados que se las arreglan como pueden para conseguir clientes para su pequeña firma… y para ganar los casos. Si saben que un juez es mujeriego, no tienen reparo alguno en pedirle a su clienta que se abra más de la cuenta la camisa, por ejemplo. Son inmaduros, como niños, y por eso sorprende que, un buen día, un importante buffete de abogados les haga una oferta que no pueden rechazar.
En su nueva compañía tienen a un nuevo jefe excéntrico y completamente chiflado (interpretado por el gran Malcolm McDowell), quizás el único personaje que merezca la pena en la serie. A fin de cuentas, alguien normal no les contrataría ni en broma, así que podéis imaginaros cómo es el personaje de McDowell. Y, como contraste, está el sobrino del jefe, un abogado estirado y formado a la vieja usanza, que choca con Franklin y Bash constantemente. ¿A que no lo esperábais?
Esto último es un ejemplo de lo previsible que es la serie, y no sólo con algunos personajes. Los casos, al menos en los dos episodios que llevan emitidos, son aburridos y se ven venir a kilómetros. Lo intentan, pero el ver cómo los dos jóvenes letrados hacen el tonto y meten la pata para al final conseguir salvar el caso no es suficiente para ver la serie semana tras semana, al menos para mí.
‘Franklin & Bash’ es el prototipo de serie veraniega: pretende ser divertida y no lo es, pretende ser graciosa y no lo es, y pretende ser poco convencional (de hecho la TNT la define así en su nota de prensa) y, adivinad qué: no lo es. Es una serie más de abogados, con Mark-Paul Gosselaar (‘Salvados por la campana’) y Breckin Meyer interpretando a dos personajes que deberíamos encontrar entrañables pero que, con el paso de los minutos, llegan a hacerse hasta algo insoportables.
Entonces, ¿es recomendable verla? Pues, como en todo, depende. Si te gustan los dramas legales y quieres ver algo ligerito (porque no lo he comentado, pero a estas alturas supondréis que parece que el guión lo haya escrito un niño pequeño) que no haga pensar demasiado, entonces puede que te parezca interesante. ¿Y el resto? Pues al menos a mí me ha parecido entretenida a ratos (ratos bastante pequeños), por lo que en mi opinión no merece la pena. Lo siento, TNT, pero no me parece que ‘Franklin & Bash’ sea la serie innovadora y poco convencional que nos intentabas vender.
En ¡Vaya Tele! | Nuevas series verano 2011