Will Arnett y Mitch Hurwitz son coleguis. Ya habían trabajado juntos hace un lustro en ‘Running Wild’, una comedia protagonizada por el primero y creada por ambos junto a Jim Vallely, con quien también compartieron mesa en ‘Arrested Development’. Después de devolver a la vida aquella comedia que FOX canceló en 2006, Hurwitz firmó un contrato de desarrollo con Netflix. Esta información serían datos curiosos en cualquier otro ejemplo, pero en el caso de ‘Flaked’ es vital para entender por qué existe algo tan insípido y vacío [1].
Es muy probable que Arnett y Hurwitz hayan tenido vía libre con esta dramedia sobre Chip, un (aparentemente) ex alcohólico que vive en Venice Beach, California, “trabaja” en su tienda de muebles y es el consejero oficial de los alcohólicos en recuperación del barrio. Cuando London, una chica muy mona, aparece en el barrio, a Chip y su mejor amigo Dennis les hacen los ojos chiribitas, pero es Debis quien se pide primer.
Ojalá pudiésemos argumentar que está en esa línea de historias de crecimiento que suele abordar el cine indie, convirtiendo el día a día de unos personajes en una reflexión sobre la madurez, el cambio, la superación de una etapa y todo tipo de abstractos sobre lo difícil que es darle sentido a nuestra vida. Pero no, ‘Flaked’ es una colección de momentos poco reseñables y diálogos sin gracia ni contenido y con una cantidad de pausas exasperante. Los silencios incómodos y pausas dramáticas son efectivos cuando tienen cierta elocuencia dentro de lo que está ocurriendo, pero cuando no estás contando nada sólo consiguen que los episodios se hagan aún más aburridos.
Una arranque sin chicha
Una cosa tengo que concederle a esta ¿comedia? ¿drama? ¿dramedia? ¿coso?, y es que a pesar de que ninguno de los personajes me transmitía nada ni emanaba nada atrayente, a pesar de que el estilo y la atmósfera no fuese destacable y a pesar de no tener claro que aquello fuese a ningún sitio, ‘Flaked’ ha conseguido que siguiese viendo capítulos. Probablemente haya sido puro morbo, sólo por confirmar que estaba vacía.
Son ocho episodios de los cuales la primera mitad presenta personajes planos y las mismas situaciones y diálogos repetidos una y otra vez. Es algo que algunos han achacado a la reciente tendencia de adaptar la narración a las características del streaming, a asumir que el espectador va a consumir la serie en un corto periodo de tiempo.
Yo discrepo mucho de esta crítica (y de que como práctica reciba tanto rechazo sistemático). El problema no es la decisión de afrontar el relato con un desarrollo más calmado, cuidado y consecuente; ajeno a las presiones conseguir que el espectador vuelva a la semana siguiente. ‘Jessica Jones’ ha sido acusada de estirar su contenido pero personalmente me parece una construcción de personaje, atmósfera y antagonista exquisita, que va aumentando en intensidad pero siempre tiene interés. Y podría decir lo mismo de ‘Daredevil’.
El problema de ‘Flaked’ es que no hay nada a lo que agarrarse en estos capítulos de introducción. No parece interesada en mostrar nada más que el intento de hacer que Will Arnett parezca el tío más guay de un barrio hipster-guay. No hay atisbo de iniciación de un arco de personaje. La descripción de Chip es vaga y generalmente expresada a través de los diálogos de los (unidimensionales) secundarios.
El autoboicot narrativo
En cuanto a la segunda mitad de esos 8 episodios, sufren el síndrome Parón de Skype; ya sabéis, cuando la conexión hace que una conversación por Skype se pare unos segundos y después todo se acelere mucho para alcanzar al “tiempo real”. La información del pasado de los protagonistas empieza a ponerse sobre la mesa de forma más repentina que orgánica, y uno tras otro empiezan a suceder giros y desvelarse sorpresas (que no lo son tanto) y tienen un efecto contrario al deseado.
Después de un primer giro, vienen otros dos a cual más loco. No quiero especificar para no arruinar la serie a alguien que tenga interés, pero con tanta vuelta argumental al final la poca chicha que tenía la historia acaba perdiendo el sentido el sentido. Después de varios capítulos vendiéndote que Chip es como es porque está roto, porque está intentando superar algo del pasado, los giros arruinan por completo esa premisa, dejando aún más sin razón de ser al conjunto. No ayuda que los personajes secundarios no tengan apenas construcción, sobre todo los femeninos, de los que apenas se cuenta nada que no esté en relación de lo que interesa para los personajes masculinos.
En fin, si os gusta Will Arnett y queréis ver una serie de Netflix, os invito a echar un ojo a ‘BoJack Horseman’, una comedia negra de animación que tiene varios puntos en común con ‘Flaked’ pero cuyo desarrollo de ideas y personajes es brillante. En cuanto a Hurwitz, esperemos que el otro proyecto que tiene con la plataforma, ‘Lady Dynamite’ con Maria Bamford, no sea tan mediocre como este.
[1] Porque Netflix se la ha tenido que comer así, y también porque están tan empeñados en publicar contenido propio con tanta frecuencia que no les importa la paja.
En ¡Vaya Tele! | 'Flaked', la nueva comedia de Will Arnett en Netflix, se presenta con un curioso trailer
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