Movistar + estrenó este pasado viernes la segunda temporada de 'El fin de la comedia' -pinchad aquí para leer nuestra crítica- como antesala a su llegada a Comedy Central el próximo mes de junio. Como es lógico, sus responsables han iniciado la campaña de promoción y por dicho motivo tuve la ocasión de entrevistar a Ignatius Farray, su gran protagonista y también uno de sus creadores junto a Miguel Esteban y Raúl Navarro.
• ¿Tenemos que esperar que te pase algo malo para que haya nueva temporada de ‘El fin de la comedia’?
La verdad es que se puede ver de esa manera, ¿no? Que es necesario que suceda algo para malo para tener algo que contar. Nosotros, Miguel Esteban, Rául Navarro y yo, solemos decir que tenemos una visión de la comedia bastante realista y es el tono que le queríamos dar a la serie. Sí que pensamos que de esos momentos dramáticos puede salir comedia también, precisamente porque a veces esos momentos encierran quizá más autenticidad que otros más superficiales o frívolos.
Yo creo que si uno es honesto y enfrenta esos problemas, la comedia acaba surgiendo. Nos dedicamos a este oficio, que tiene cosas buenas y malas. Una de las buenas es esa, que te puede pasar cualquier desgracia en la vida, que antes de sentirte desgraciado, lo primero que piensas es “esto lo meto en el show o en el guion de la serie”. Intentar utilizar esas vivencias.
• La serie bebe mucho de tu vida, ¿cuál es el proceso que seguís para crear el episodio?
El estilo de la serie es que la frontera que hay entre la realidad y la ficción no queda claro. Como te digo, el reto principal nuestro es coger algo que cualquiera de nosotros tres haya vivido. El resto es recrear esas experiencias personales en la ficción. Cuando te pones a recrear eso de alguna lo acabas manipulando. Intentamos sobre todo contar las historias y que no parezca prefabricado, que te inventas algo.
Una de las cosas que nos habíamos puesto como regla es renunciar a cualquier chiste. En cuanto se nos ocurría una frase chistosa, era lo primero que se caía del guion. La filosofía era no renunciar a una situación de tensión, delicada o dramática porque se te ocurra de repente un chiste gracioso, sino aprovecharla y que la comedia surgiera de una manera más natural.
• ¿Ha habido alguna vivencia que quisierais meter en la serie de la que creíais que ibais a sacar algo para la serie y finalmente no hubo manera?
Sí, se nos ocurrieron muchas ideas que nos parecieron muy buenas, pero, por lo que sea, no las acabábamos de cerrar bien o una forma de llevar eso al rodaje y que quedara bien. Entonces esas ideas se quedaban por el camino, pero se nos ocurría otra y de repente todo va sobre ruedas y parece que no te cuesta ningún esfuerzo meterlas en la serie. La verdad es que no nos cuesta pensar en situaciones, porque siempre se nos ocurren varias. La dificultad empieza cuando tienes que llevarla al papel por escrito o al rodaje en vivo.
• ¿Recuerdas alguna en concreto que se quedara fuera?
Bueno, me acuerdo de una, que no te voy a contar mucho más por si lo utilizamos en un futuro, que se dio en el funeral de mi abuela. Es una situación personal muy íntima y de repente encuentras muchas dificultades para llevarlo a un rodaje. Creo que es una historia muy bonita y que a lo mejor en la tercera temporada, si tenemos suerte, se nos puede ocurrir cómo la podemos contar.
• ¿Hasta qué punto hicisteis la segunda temporada pensando más en los fans? Pienso por ejemplo en el momento en el que la doctora te llama “Mutante hijo de puta”
Es verdad que eso es un guiño a la gente de ‘La hora chanante’ cuando yo hacía el personaje de El loco de las coles. Ahora me encuentro en la situación que han visto que tengo una enfermedad del corazón, la microcardiopatía hipertrófica, y que lo que causa esa enfermedad son tres mutaciones que tengo en el corazón, que me hacen tenerlo más grande lo normal.
Ahora nos hace gracia decir que ahora oficialmente ya soy un mutante hijo de puta. Es verdad que a lo mejor no todo el mundo era espectador de ‘La hora chanante’ y ese gag se lo pierden, pero tampoco tiene mayor importancia y la gente que era fan de ‘La hora chanante’ a lo mejor lo agradece.
• Tienes un estilo muy personal y con recursos muy concretos como el grito sordo, lamer pezones, el choque de prepus… ¿ha habido algún momento en el que te hayas visto obligado a hacerlo en lugar de salirte como algo natural?
Sí, hay momentos en los que notas como que te sale automáticamente en lugar de algo natural, como debería ser. Es verdad que te sientes un poquito falso en esos momentos. Intentas que no vuelvan a suceder y mantener cierta frescura en tu show, pero a veces te puedes llegar a sentir así.
Tengo la suerte de que la gente me da mucha confianza y complicidad en los shows y ellos piden directamente que eso pase en el escenario. Por ahí ya sale la cosa de una manera más natural, una cosa lleva a la otra, pero a veces si intentas meter alguna cosa con calzador y notas que la cosa no está saliendo con espontaneidad.
• ¿Cómo te ha cambiado la vida desde que empezaste en la comedia hasta ahora que eres ya más conocido?
La verdad es que llevo quince años desde que empecé a actuar y es verdad que este último ha sido el más liado en cuanto hay más cosas que hacer. Tengo la suerte de estar con Miguel y Raúl en ‘El fin de la comedia’ y con David Broncano y Quequé en ‘La vida moderna’, luego con Buenafuente, que me llama a veces para ir al programa. Son cosas muy bonitas y la verdad es que te sientes muy respaldado, que de repente salga todo así.
Por un lado sientes mucha responsabilidad por intentar hacer las cosas bien, pero te sientes con confianza. También, si somos realistas, ha sido uno que ha pasado esto. Creo que sigo siendo básicamente un puto loser. Si sacamos la proporción de uno a quince….
Pero dejemos de hablar de varices y pasemos a lo de la MIOCARDIOPATÍA HIPERTRÓFICA que me han detectado... ¿Soy un madurito interesante ya?
— Ignatius Farray (@IgnatiusFarray1) October 13, 2015
• Tú mismo has dicho que ahora es cuando estás trabajando más, ¿hasta qué punto te está afectando tu enfermedad?
Es verdad que han coincidido las dos cosas. De repente es la época de más trabajo y también la que más me tengo que cuidar. Yo intento compaginarlo y ese es uno de los temas de la segunda temporada. Se ve que yo tengo este problema de salud y tengo que cambiar mi estilo de mi vida para hacerlo todo compatible. Realmente te da muy mala vida a veces el oficio de cómico, pero ahora tengo que cuidarme un poco y esa es la trama principal de los seis episodios.
• Imagino que ‘Louie’ y ‘Seinfeld’ fueron algunos de los referentes, ¿teníais alguna otra serie en mente?
Sí, principalmente ‘Louie’. También somos fans de series como ‘Seinfeld’, ‘Larry David’, ‘Girls’… Hay una tradición allí de cómicos que llevan su vida a la pantalla, empezando por Woody Allen en ‘Annie Hall’, que su personaje se llamaba Alvy Singer pero todo el mundo lo interpretaba de esa forma.
Digamos que todo eso son influencias, diría sobre todo la de ‘Louie’, porque no era solamente la historia de un cómico que cuenta su vida, sino que eran episodios narrativamente especiales, porque cada uno te sorprendía porque no tenía un molde que se repetía en el siguiente. Es una forma de narrar las historias con mucha libertad. Era una manera especial porque no era lo normal en televisión.
Nosotros tenemos la suerte de que Comedy Central nos ha apoyado al máximo en eso. No es normal que haciendo una serie de televisión te den esa libertad para escribir los guiones, para rodar los episodios… Ese respaldo lo hemos tenido y lo hemos intentado aprovechar para hacer cosas similares a las que hizo ‘Louie’, en ese estilo por lo menos.
• En España lo más parecido que hay sería ‘¿Qué fue de Jorge Sanz?’, ¿qué opinas tú de ella?
No la he visto. Es verdad que queda un poco feo decirlo, pero no la he visto. Miguel y Raúl sí que la han visto y es verdad que puede recordar a nuestra serie, pero yo en concreto no he visto ningún episodio de ‘¿Qué fue de Jorge Sanz?’
• Siempre se asocia la comedia con la izquierda, ¿a qué crees que se debe?
Porque la comedia por naturaleza es transgresora. Un cómico no solo tiene el privilegio de poder pasarse de la raya, sino que también tiene la obligación de hacerlo. Alguien que se quede en una postura más conservadora, convencional y cliché, realmente no está haciendo bien su trabajo. Si eres cómico y te refugias en eso, no estás aprovechando la oportunidad que te da la gente. Es mi manera de ver la comedia.
- Muchas gracias.