‘Entourage‘ está ya en la mitad de su octava temporada, con apenas cuatro episodios emitidos y otros tantos por emitir, y de momento parece que se están tomando las cosas con calma. Lo primero era resolver el embrollo en el que se metieron al final del año pasado, que no han tardado en resolver, y a partir de ahí toca ir estableciendo poco a poco el futuro de todos sus protagonistas. Sin embargo, lejos de solucionarse, parece que las cosas no hacen más que ir a peor.
No quiero pensar mal sobre una serie que nos ha dado tantas alegrías a lo largo del tiempo, y quiero creer que esta relativa calma en los primeros capítulos sólo sirve para deleitarnos con un final de temporada épico. No olvidemos que, tras esta octava temporada, es bastante probable que todavía nos quede una película sobre la serie que veremos más temprano que tarde, por lo que no sería descabellado pensar que ‘Entourage’ terminará con un final abierto. A mí me gustaría un epílogo de los que hacen historia, pero no todo se puede tener en esta vida.
En cualquier caso, y aun a pesar de que las cosas no empiezan a resolverse del todo, no voy a negar que la octava temporada de ‘Entourage’ me está pareciendo soberbia. Con un Vince reformado por completo, estamos viendo la otra cara de una estrella que, aunque no quiere dejar de serlo, sí prefiere quedarse en un segundo plano. Y parece que su séquito quiere seguir sus pasos; hasta ahora habíamos visto a unos cuantos caprichosos dispuestos a vivir la vida chupando de la teta de Vince, pero poco a poco van estableciendo sus propios caminos.
Salvando a Eric, que siempre ha ido por libre y parece la única cabeza con dos dedos de frente del grupo, el resto parece ir sentando cabeza. Empezando por Turtle, que lejos de querer vivir de las rentas del negocio de tequila quiere empezar su propio proyecto; también Drama, que aunque conserva su amor propio está haciendo todo lo posible para sacar adelante a ‘Johnny Bananas’, su propia versión en mono como dibujo animado; y, finalmente, Ari, que poco a poco parece superar su separación y se acerca algo más a Dana Gordon.
En cuanto a lo demás, ‘Entourage’ nos sigue ofreciendo todo aquello que la hizo grande en su momento. Las chicas, los cameos (impresionante Johnny Galecki interpretándose a sí mismo, o a una versión exagerada de quien realmente es), las mil referencias a la actualidad, la hierba, las drogas… y precisamente esto último nos está dejando las grandes escenas de la temporada. Por un lado, de forma dramática con el suicidio de Ertz por ir hasta arriba de coca; por el otro, de forma cómica con el falso pene de Vince para no dar positivo en el análisis de orina.
Poco más que contar. Tenemos cuatro episodios por delante, poco más de hora y media, y muchísimas cosas por resolver. El guión de Vince para Drama está en pañales, sus nuevos proyectos de cine también, no hay nada nuevo sobre Eric con Sloan (que tras echar el polvo de despedida se marchó sin más), y el resto empieza a encarar su futuro pero de forma muy lenta. Una de dos: o van de cabeza al epílogo, o se guardan la artillería pesada para la película. Eso sí, yo me lo estoy pasando de miedo con esta temporada.
En ¡Vaya Tele! | ‘Entourage’ se prepara para su octavo y último estreno