Queda justo una semana para los Emmy y en Vaya Tele, como ya hiciéramos el año pasado, comenzamos hoy una semana en la que nos vamos a dedicar a analizar las principales categorías de los premios. Empezamos por la mejor serie dramática, que si en 2007 fue una categoría discutida por las series que no estuvieron nominadas, en este 2008 casi lo ha cuadrado.
No en vano, son varias las series que, por méritos propios, podrían ganar el Emmy. Las que se queden con la miel en los labios tendrán complicado superar el nivel mostrado este año. La decisión ahora es complicada: ¿premiamos la originalidad, la sorpresa, como en Mad Men? ¿O los muchos años en los que lleva aguantando una serie con una calidad enorme, como pasa con Perdidos?
Vamos una por una.
Boston Legal: En España no ha siso recibida con mucha euforia y, personalmente, las series sobre abogados hace ya tiempo que me cansaron, pero Boston Legal se mantiene aún entre las favoritas de la crítica estadounidense. ¿Se ganará el premio a mejor serie dramática justo antes de su última temporada en antena? Ya sabemos lo mucho que les gustan los homenajes a quienes premian en EEUU, así que no se puede descartar nada. En todo caso, me sigue pareciendo el patito feo de la familia de nominadas.
Dexter: Si hay una serie dramática que esté dando que hablar, ésa es Dexter. Las aventuras de un forense convertido en asesino en serie han revitalizado el género del thiller televisivo, han aportado un patrón muy novedoso a los guiones con asesinos en serie y su protagonista comienza a ser tan influyente que ya le empiezan a salir hasta imitadores. Cuidada de principio a fin (¡esos títulos de crédito!), Dexter se merece el Emmy. Damages: Tengo un problema con Damages. No aguanto a Glenn Close; le tengo un paquete tan irracional e injustificado que me hace muy difícil disfrutar del todo de Damages. Pese a todo, está claro que la suya ha sido una temporada muy cuidada, donde ese laberinto de trampas para el espectador que es el guión sigue funcionando. En todo caso, a mí no me hace tilín.
House: Otra serie basada en un personaje único que ha creado escuela. ¿Sigue manteniendo un buen estado de salud? Pues sí: puede que las historias del doctor Gregory House sigan siempre un esquema demasiado rígido y que a la serie ya le hayamos visto los trucos hace tiempo, pero aún mantiene un nivel muy notable. ¿Tanto como para darle el premio principal? Personalmente, creo que no. Ya tuvo sus mejores años.
Lost: No hay duda. Lost sigue siendo la serie más abrumadora desde hace muchos años. Podéis sacarle todos los defectos que queráis, pero el funcionamiento de todos sus engranajes sigue siendo perfecto. Grandes personajes, una trama compleja, con varias capas y niveles de lectura, una ambientación perfecta y una capacidad de sorpresa que se mantiene después de cuatro temporadas. Perdidos está logrando superar todos sus límites, como ha demostrado en una campaña sin respiro para el espectador. Mad Men: Una de las grandes sorpresas de la televisión más reciente. ¿Se puede hacer una serie sobre el mundo de la publicidad de hace décadas y mantener el interés? De todas las nominadas, quizás Mad Men sea la que más se apoya en el fenomenal trabajo de sus actores. Un plantel sensacional, en el que nadie destaca, porque todos lo bordan.
En última instancia, apuesto por Perdidos. ¿Y vosotros?