En las categorías de interpretación de los Emmy encontramos este año a unos pesos pesados que van a complicar los pronósticos sobre los ganadores. Entre los actores y actrices dramáticos tenemos gente muy consolidada y respetada, y el asunto se antoja toda una lucha de titanes. De hecho, parece que serán dos actores más cinematográficos que televisivos los que se llevarán finalmente la estatuilla de alada, salvo sorpresa.
Podríamos decir que el favorito, a priori, para llevarse el premio al mejor actor de drama es Jon Hamm, que ya ganó el Globo de Oro por Mad Men y cuenta a su favor con el enorme revuelo que la serie continúa generando entre los críticos. Sin embargo, su rival más duro puede ser Gabriel Byrne, que durante todo In treatment se metió a los críticos en el bolsillo con su composición de ese psiquiatra con sus propios problemas. A mí me da la sensación de que Byrne puede ser el más que probable ganador final.
Con ellos, hay quien apunta que, tal vez, éste sea por fin el año de Hugh Laurie (House), al que los Emmys no terminan de reconocer. Algo que no le pasa a James Spader (Boston Legal), que cuenta sus nominaciones por victorias y ya dio la sorpresa el año pasado. El invitado inesperado a la fiesta es Bryan Cranston, reconocido por su trabajo en Breaking Bad y que se sacude de encima la imagen del padre de Malcolm.
La categoría de las actrices dramáticas (en la que resulta sorprendente que no esté representada Mad Men) se presenta, a priori, con una ganadora mucho más clara, Glenn Close. Su curso acelerado de maldad maquiavélica en Damages le ha reportado un Globo de Oro y sería toda una sorpresa que perdiera el Emmy, incluso aunque fuera a manos de la "defensora del título", Sally Field, que repite de nuevo por ser la matriarca de los Walker en Cinco hermanos.
Las otras tres actrices que completan la categoría son ya viejas conocidas de estos premios, y las tres, además, interpretan a policías. Mariska Hargitay (Ley y orden: UVE) es una fija que ya ganó hace dos años, y Holly Hunter (Salvando a Grace) y Kyra Sedgwick (The Closer) defienden el pabellón de una de las cadenas por cable con menos nominaciones, TNT.
En resumen, si tuviera que mojarme, diría que apuesto por Gabriel Byrne y Glenn Close para llevarse los Emmys en estos apartados, pero ni Jon Hamm ni Sally Field se deberían descartar tan a la ligera. Y ojo a James Spader, que si el año pasado le levantó la estatuilla a James Gandolfini, qué no puede hacer este año que no tiene a una familia mafiosa como rival.
En ¡Vaya Tele! | Emmys 2008