Nunca es tarde si la dicha es buena. El refrán puede aplicarse sin miedo para describir la nueva etapa de ‘Preacher’. En el fondo, algo nos decía que sí, que esta serie tenía opciones de remontar. El último episodio de la primera temporada fue un halo de luz dentro de la oscuridad y decepción de una adaptación que trataba de servir de precuela a la propia serie de cómics pero olvidaba el factor principal que la hizo grande.
Decía Kevin Smith, en la editorial de alguno de sus números, que leer ‘Preacher’ era lo más parecido a ver cine en el mundo del cómic. Los guiones de Garth Ennis fluían como el fuego en la gasolina y la sencillez del dibujo de fallecido Steve Dillon (A quien va dedicado el primer capítulo) dotaban a la historia de una narrativa pulcra y veloz. Lamentablemente, nada de esa concisión se tradujo en el medio televisivo y, pese a que trataba de resultar innovadora por todos los medios, tenía un grave problema de fondo.
Volver a empezar
Establecer toda una temporada en Anville pretendía sentar las bases de lo que sería la posterior road movie que corresponde a la colección de tebeos, pero fallaba al captar el espíritu cáustico de la obra en pos de un sobrereflexivo ejercicio de estilo, que diluía casi todo lo que hacía grande al cómic, entendiéndolo solo a medias. Como una revelación, el último episodio derruía sobre sus cimientos todo el pueblo y servía como rendentor del espíritu original, dando esperanzas para una segunda temporada diferente.
Bien, la segunda temporada ha llegado y, como era de esperar, ha logrado devolver una buena parte de la fe a los apóstatas de Seth Rogen, ofreciendo con bastante precisión, mucho de lo que echábamos de menos en la primera intentona. En primer lugar, Jesse es mucho más Jesse. Sabe que tiene el poder de Génesis y lo utiliza. Lo utiliza sin miedo, probablemente más en estos noventa primeros minutos que en los diez episodios anteriores. Esto muestra a un personaje más confiado, mucho más sólido.
La exploración del personaje de Tulip es de las pocas inversiones que realmente dan su rédito en esta nueva etapa y, después de haberla visto en ‘Loving’ (2016), contar con Ruth Negga solo puede ser descrito como un auténtico lujo. No tanto es así con Cassidy. El Vampiro irlandés no está mal interpretado, pero su concepción general es bastante más vulgar e impostada que en el material de origen. Su relación de camaradería con Custer no está lograda y siendo uno de los personajes más complejos y memorables de Ennis, sigue apareciendo como una pequeña espinita.
Tónico revigorizante
Otra de las piezas clave en este regreso es que, por fin, hay una sensación de tarea, dirección y propósito para el grupo. Una justificación tan simple como la búsqueda de Dios ofrece una sensación de urgencia que se echaba mucho en falta. También ayuda a esto el elemento contrarreloj constante que ofrece el santo de los asesinos. Esta mezcla entre un Terminator y pistolero de Clint Eastwood es el revulsivo perfecto para que ‘Preacher’ no se duerma en los laureles. Además, sus tiros como cañonazos y su invulnerabilidad dan miedo.
Sus dos principales apariciones abren cada capítulo con un festival de tiroteos dignos del salvajismo de la línea Vértigo. El tono está más macerado y en general, el ritmo está más afinado. El primer capítulo es como una explosión y el segundo, aunque más tranquilo, da esperanzas del posible devenir de toda la temporada. La búsqueda implica la visita a diferentes escenarios y situaciones. La pista de Dios va dejando un hilo que el trío protagonista rastrea.
Aún cierra algún hilo suelto de la anterior temporada y siguen apareciendo ciertos tics narrativos del equipo creativo que juegan algo en contra del potencial del nuevo planteamiento. Siguen tendiendo a enredarse en ciertas escenas de diálogo y la introducción de las subtramas, no se perciben con tanta naturalidad como la misión principal. Pese a todo, es un buen comienzo y da ganas de avanzar y, aunque no sea la gran adaptación que merecían las viñetas, viene con más nervio, creatividad y un gusto musical extraordinario.
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5 comentarios
letee
Yo tampoco he leído ni se de que va el comic, y la primera temporada me enganchó y me gustó, es una serie diferente a lo habitual, autoconsciente, que trata temas delicados desde varios puntos de vista con ayuda de la ciencia ficción, con la locura y la sátira que la caracterizan.
Mr.Floppy
No sigo el comic, ni se nada de él. La primera temporada fue un rollo impresionante, que no abandoné (como Outcast este año) porque todo el mundo decía que en la segunda tendría que mejorar.
Y vaya si lo ha hecho. A falta de ver el episodio de esta noche, el primero ha estado bastante bien por todo lo que comentas. Eso sí, a mi Cassidy sí me gusta. Quizás tenga que ver el que no siga el comic y no tenga con qué comparar.
kaledorn
Me ha encantado los 2 primeros episodios de la Segunda Temporada, bastante mejor que cualquiera de la 1ra. El Jesse Custer de la primera era para darle un par de guantazos.
golo
Me quedo con mitad y mitad de los comentarios que van por ahora, yo tampoco he leído el cómic, me encantó la primera temporada aunque es cierto que se nutre más de momentazos épicos por lo que le falta ritmo, y me encanta el personaje de Cassidy, aunque no puedo elegir un favorito entre los 3 porque los 3 me parecen geniales. Sólo he visto el primero de la segunda temporada y la verdad es que me sigue flipando esta serie, a ver qué tal sigue.