No hay nada como empezar temporada con invitados de excepción. Eso sirve para crear expectación y para llamar la atención sobre los programas o series que buscan una buena salida para hacer frente a la feroz competencia en la temporada. Si en España practicásemos al modo americano los barridos de audiencia (sweeps periods), el inicio de la temporada sería un momento clave.
María Teresa Campos empezará con José Luis Rodríguez Zapatero en La mirada crítica y el Presidente aparecerá también en un Desafío extremo con Jesús Calleja (no se pierde una este hombre), Pablo Motos inaugura otra vez con Javier Sardá, los de Camera Café prometen cameos, Patricia Conde hará doblete el lunes en La Sexta y saldrá en Sé lo que hicisteis... y en Buenafuente ha salido un momento, aquí acompañada de Gabino Diego para hablar de su obra de teatro. Y conforme se vayan estrenando programas irán apareciendo más celebridades dispuestas a apadrinar los espacios o a promocionar los suyos.
Cada vez me gusta menos esta imagen de los padrinos y parece que cada vez está más de moda. Antes era habitual que alguien influyente apadrinase un programa aprovechando la presentación de un libro o alguna cosa así, pero ahora la imagen y la publicidad quedan por encima de todo y ya ni se preocupan en disfrazar sus intenciones. A María Teresa Campos le viene de perlas la visita de Zapatero para confirmarse como periodista seria y rigurosa. Javier Sardá montará su show en El Hormiguero, un número que ya se repite demasiado. Qué ganas tengo de que se normalice todo porque entre estos invitados y el auge de los macroestrenos me parece estar asistiendo a un circo, una enorme cortina de humo con la que ya no engañan a nadie.
En ¡Vaya Tele! | El efecto promocional de las estrellas invitadas