El plano final del episodio más reciente de ‘True Detective’ ha generado bastante ruido y fascinación estos días; y no es para menos. El plano secuencia es un rara avis en la pequeña pantalla y toparse con uno tan dinámico y arriesgado como el que Cary Fukunaga ofrece como cierre al cuarto episodio del oscuro drama de HBO es un regalo que pocos se atreverían a plantear. Son muchos los motivos por los que la televisión huye de este tipo de apuestas de realización, que básicamente podríamos resumir en tiempo y formato.
‘True Detective’ es de por sí un producto muy poco televisivo. Ya se apreciaba en su primer episodio cómo la narrativa del guión y del acercamiento formal de la imagen, el ritmo y el tono se acercaban mucho más al cine –-no en vano hubo más de una comparación con títulos como ‘Zodiac’, una referencia que cada vez resulta más acertada. La televisión, incluso en los productos de cable que tienen unas limitaciones y exigencias menos marcadas, tiene un lenguaje más dinámico que suele ir hacia una edición picada que más planos cortos y medios en montaje rápido que encuadres más abiertos y continuados.
Tamaños y tiempos
Estas pautas son consecuencia, primero, de una cuestión de tamaño de pantalla. No es lo mismo una gran pantalla de cine donde los detalles de un plano general se identifican con facilidad, que una superficie más reducida donde es difícil que esa información se aprecie; no por nada ese tipo de encuadres se llaman planos de situación en televisión. Es más una herramienta de descripción de espacios antes de entrar a los planos más cerrados que una decisión creativa o formal intencionada.
Muchos estaréis pensando que todo eso del tamaño es historia antígua y la pequeña pantalla ya no es tal entre tanta televisión plana de 60 pulgadas. Aquí es donde entra el segundo motivo por el que el plano secuencia no es habitual en la ficción televisiva: el tiempo. Las series con cierta continuidad tienen una dinámica de rodaje muy estricta y pautada que se ajusta a una media de minutos de rodaje por secuencia del guión; ese tiempo dependerá del calendario de producción de cada una en concreto (y hay mucha diferencia entre comedia-drama, network-cable) pero siempre son unos calendarios muy estrictos donde el retraso de una secuencia puede descolocar varios días ya planeados, con exteriores contratados, jornadas de actores pactadas y demás aspectos del diseño de la producción.
En un principio podríamos pensar que plantear un plano secuencia en contraste con una puesta en escena desde diferentes encuadres no es tan distinto si se hace desde la fase del planteamiento del rodaje. Sin embargo, los planos secuencia requieren una precisión tan excepcional de todas las partes implicadas (cámara, actores, iluminación, atrezzo, figuración, etc) que el fallo de una sola hace que toda la toma se caiga y haya que empezar de nuevo; y cuando juegas con los tiempos con los que se mueven en televisión, es demasiado arriesgado. No se pueden permitir "tomas 8" en televisión.
El caso de ‘True Detective’ es un buen ejemplo de cuántas cosas se pueden torcer al rodar una secuencia sin corte como esa, con tanto movimiento de la cámara (mi enhorabuena desde aquí al cameraman de la steadycam) y tantos personajes implicados; de hecho, se detectan algunos encuadres que seguramente se hayan introducido para cubrirse las espaldas en caso de necesidad de falseo (el helicóptero o la cuerda de tender son dos ejemplos). Ojo, no digo que esté falseado, sino que, una vez rodadas varias tomas del plano secuencia ejecutadas como tal, si se topan con un error, se hayan preocupado de tener algún punto de anclaje que permita que todo quede como se ideó.
Las otras excepciones
Pensando en planos secuencias televisivos para citar como ejemplos hay pocos a los que recurrir. Alguno pensará en esos característicos Walk and Talk de Aaron Sorkin en sus series, sobre todo por esos pasillos de ‘El Ala Oeste de la Casa Blanca’, pero realmente, y aunque sean secuencias muy coreografiadas que sí alargan el plano, no podemos considerarlo dentro de la categoría ya que generalmente se graban con muchos otros encuadres de apoyo, planos cortos y demás. Es una puesta en escena algo más elaborada pero no tan arriesgada.
En ‘Hermanos de Sangre’ pudimos ver un plano secuencia en el arranque del magnífico noveno episodio, pero como podéis ver era un planteamiento mucho más sencillo, con una cámara cuyo movimiento es básicamente rotativo y de zoom, muy alejado del frenetismo que inyecta Fukunaga en su secuencia. Y, de nuevo estamos con ‘Band of Brothers’ ante una serie con un planteamiento de producción a otra escala, sin unas exigencias de serialidad que permiten más flexibilidad.
El episodio Triangle de ‘Expediente X’ fue diseñado para parecer que había sido rodado en cuatro largas tomas, sin embargo se consiguió gracias a la ilusión del montaje y todos son falseados, lo que no quita lo loable de haber rodado el episodio en planos largos que luego serían editados para dar esa sensación de inmersión. Porque en esto último está el verdadero significado del plano de 6 minutos de ‘True Detective’; más allá de la técnica y del diseño de la producción, lo que nos queda es una gran secuencia de acción que se alimenta de la falta de cortes para crear la tensión e integrar al espectador en lo que está pasando.
Fukunaga (que ya había empleado la técnica en sus películas anteriores) lo comentaba en una entrevista: el mejor plano secuencia es el que no se nota y es lo más cerca que vamos a estar de una experiencia en primera persona. Por cierto, en esa entrevista comenta cómo tuvieron que organizar la puesta en escena de la toma y se ve muy claro en el ejemplo las dificultades que conlleva un planteamiento como ese. Pudimos ver algo así también en Revelations de 'Battlestar Galactica', con una coreografía basada en movimientos de personajes, ¿recordáis algún otro ejemplo?
En ¡Vaya Tele! | 'True Detective', angustia, obsesión y muerte
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