La Operación Nécora fue un despliegue policial sin precedentes en la historia del narcotráfico en España. La detención masiva de decenas de narcotraficantes, incluyendo algunos de los capos gallegos, fue el acontecimiento elegido para abrir y cerrar 'Fariña', la magnífica serie con la que Antena 3 nos ha amenizado estas últimas semanas.
Así, anoche pudimos ver la resolución de la serie de diez episodios en los que nos hemos adentrado en la historia de la cooperativa de Terito (Manuel Lourenzo) y cómo por iniciativa de Sito Miñanco (Javier Rey) del contrabando de tabaco se pasa al tráfico de fariña.
Toda una organización hermética con aliados, cómplices y gente comprada en todos los estratos de la sociedad gallega. Para los habitantes de la ría, son grandes empresarios que traen riqueza, pero en el último tramo de la temporada empezamos a ver las consecuencias de la llegada de la droga a Galicia a toda una generación de jóvenes.
Este tramo final se centra en las pesquisas para intentar crear un caso sólido, detener a los narcos y tratar la alerta social que es incipiente gracias a la aparición de las conocidas como Madres de la droga, lideradas por Carmen Avendaño (Iolanda Muíños).
A veces se necesita más
Siendo consciente de que el libro de Nacho Carretero tiene su propio hilo centrado en el auge y eventual caída del narcotráfico en Galicia, uno echa en falta algo más de chicha en la serie. Desde el primer minuto se ve que 'Fariña' va al grano, a los hechos importantes. Sin embargo, me hubiera gustado que fuese algo más ambiciosa.
Ambiciosa en sus ganas de ir más allá de ciertos acontecimientos y de profundizar e incluso iconizar a sus protagonistas. Tirar más hacia el planteamiento de 'Narcos' que hacia la recreación "histórica". La muestra está en que 'Fariña' es un repaso de diez años, con cada episodio cubriendo una historia o un momento concreto de ese año. No hay hueco para más.
Aquí 'Fariña' ha pecado de ignorar este paso del tiempo más allá de algún comentario suelto por ahí y el título de sus episodios, usando esos momentos fuertes (como el asesinato de Braulio) y sus consecuencias directas como puentes entre episodios. De tal manera que unos diez años de historia parecen, a ojos del espectador, apenas unos cuantos meses.
También es verdad que la decisión de los guionistas ha sido la correcta, por lo que dedicar más episodios a 'Fariña' hubiera derivado seguramente a tirar de los típicos rellenos y tramas vacías que no hacen otra cosa que rellenar metraje y cansar al espectador.
Pero quizá hubiera sido la solución para no ser tan esquemáticos en sus episodios. Parece que durante todo el tramo central de la temporada es siempre lo mismo, por lo menos en la parte policial: Castro (Tristán Ulloa) investiga, averigua que se va a producir una descarga y como hay topos en su organización algo sale mal, hay cambios de planes, etc.
En cuanto a desarrollo de personajes, Cristóbal Garrido y compañía han querido centrarse, me imagino que por tiempo, más en Sito y en los Charlines, liderados por un inamovible Manuel Charlín (interpretado por el magistral Antonio Durán "Morris") y con su hija Pilar (Isabel Naveira) intentando ganarse el respeto de su padre.
Solo los Charlines podrían llevar el peso absoluto de la serie, e incluso un spin-off. El resto de narcos quedan muy diluidos, parecen caricaturas de personas ya de por sí peculiares en la realidad (Oubiña, por ejemplo, es todo un personaje). Por lo que también me hubiera gustado un poco más de exploración en este sentido.
Esto no quiere decir que la serie se vuelva mala. Solo que el factor sorpresa se diluye y del enamoramiento inicial pasamos a cierta sensación de rutina.
Pero ojo, que de principio a fin 'Fariña' ha tenido un nivel envidiable: las actuaciones han dejado momentos memorables, los encaramientos entre Javier Rey y Tristán Ulloa están llenos de una tensión deliciosa. A nivel de producción muy pocos peros ya que técnicamente es superior. Un guion que no deja respiro y una gran dirección.
Cuando comenzó 'Fariña' no dudé en decir que prometía ser una de las series del año. Ahora que ha terminado, puedo afirmar que sí. Por lo menos a nivel español.
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