Alucinante. Sólo puedo decir que es muy difícil hacerlo peor. A ver si llego, la nueva serie de José Luis Moreno para Telecinco que se estrenó anoche, es un cúmulo de despropósitos, desde el aspecto hasta las interpretaciones pasando por los guiones. Por más vueltas que le he dado no consigo salvar nada.
No es que esperase la serie del siglo, para qué nos vamos a engañar, pero si de partida tenía las expectativas bajas, A ver si llego logró convencerme de que las cosas aún pueden ser peores de lo que una se las imagina. Y no es que yo no sea público objetivo de la serie, que no lo soy, es que la producción es tan endeble en todos sus aspectos que no hay por dónde cogerla.
Chistes malos, decorados de opereta, interpretaciones de revista, numeritos mal montados, tramas ridículas…,. Y José Luis Moreno, que ha dejado claro en todos los medios que la serie es obra suya, cubriéndose de gloria una vez más, demostrando que es capaz de lo peor y haciendo televisión mirando al pasado, andando hacia atrás como los cangrejos.
No quiero dejar pasar los aspectos de la crisis que, teóricamente, sirven de base para la ¿comedia? Tópicos y más tópicos sin orden ni concierto encaminados, sin demasiado disimulo, a poner en la picota al Gobierno. Pero esto qué es, que diría Matías Prats, ¿una serie o un panfleto? Y para colmo Telecinco programó dos capítulos seguidos que terminaron a las tantas en una suerte de tortura moderna. Os prometo que si alguien me lo cuenta, no me lo creo.
En ¡Vaya Tele! | La parrilla de Telecinco, ese caos nervioso