Si estos últimos años se han caracterizado por algo en lo que a nuevos proyectos televisivos respecta, es por la aparentemente interminable llegada de adaptaciones de todo tipo. Remakes de clásicos, adaptaciones de cine, de cómic o literatura y/o versiones de ficciones ajenas. Uno de los resultados más positivos de la globalización de contenidos gracias a internet ha sido la apertura de esa ventana a otras ficciones, ventana que las cadenas han aprovechado para hacer suyos planteamientos e ideas de nuevas series.
Esto no es de ayer, por supuesto. La moda de la adaptación existe hace mucho tiempo como una respuesta natural al éxito de algo que triunfa fuera de las fronteras de un país, que decide hacer caso de ese auge y preparar su propia versión. Claro, no todo es importable. Hay que tener en cuenta las posibles barreras culturales o estructurales que puedan entrar en juego, algo que explica muy bien por qué nuestras ya tradicionales dramedias no han sido demasiado exportadas o adaptadas por otros países. El abismo que crean elementos como el formato o el estilo de humor imposibilita la venta de nuestros formatos, que requerirían de tanto cambio que acaba resultando absurdo comprar derechos.
Versionar una serie viene con otro hándicap y es, ¿cuánto nivel de derivación con respecto al material original aplicamos? ¿Intentamos aportar algo nuevo o trasladamos tal cual lo que ya ha funcionado? Este detalle es vital cuando se trata de llamar la atención a aquellos espectadores que hayan visto el título original. Algo así ocurre con ‘Shameless US’, una adaptación de la británica del mismo título que, tras una primera temporada muy similar a la inglesa, ha encontrado su propio camino y tono pero sigue costándole un mundo encontrar notoriedad por sí misma. Otras lo tienen más fácil. ‘The Office’ o ‘Betty la fea’ (otra idea exportable definitiva) tienen conceptos tan claros y básicos que son adaptables a cualquier situación sin necesidad de repetir tramas, planteamientos o incluso personajes, aunque al final se acabe haciendo en cierta medida.
Alguna hay que por intentar diferenciarse demasiado descarrila o que no aporta nada ('Skins US', 'Being Human US'), y cuando hablamos de Hollywood, en 'Episodes' cuentan muy bien todos los factores que acaban desvirtuando del todo el material original. O todo lo contrario; se quiere amortizar tanto la compra de derechos que en muchas ocasiones podríamos hablar más de copia que de adaptación.
Una idea clara, libetad total
Y en ese sentido es en el que ‘Bron Broen’ tiene una gran ventaja para ser exportada a cualquier país sin que ninguna de sus copias tenga absolutamente nada que ver con las demás. Tiene una idea muy clara: un caso con unas circunstancias muy especiales que obligan a dos países a colaborar en la investigación. L> Pon tu texto aquí... > > as posibilidades de expandirse a partir de esto son infinitas. En el caso de la versión original sueco-danesa, el detonante se utilizaba para poner a trabajar juntos a dos policías diametralmente opuestos pero con mucha química. Las diferencias culturales o procedimentales son meramente anecdóticas (y lingüísticas, algo que a los foráneos se nos escapa), sin embargo, cuando Estados Unidos se enfrentó a ‘The Bridge’, tenía claro que su relación con México daba más de sí en cuanto a los dramas fronterizos de refiere.
Francia e Inglaterra tienen su propia versión, ‘The Tunnel’, que ha buscado una similitud más cercana con el producto nórdico pero aplicado a las rencillas de los dos países vecinos, y seguro no será la última. Porque al igual que EEUU, cualquier pareja de países con conflictos interesantes por explotar puede colocar un cuerpo sesgado en mitad de una frontera y relatar esos conflictos políticos, sociales, económicos o culturales a partir de esa idea tan simple. Y lo mejor es que ahora la idea, El Puente como concepto, tiene notoriedad como para generar titulares por sí sólo sin que esto suponga ataduras formales o de contenido más allá de esa imagen. España podría hacerlo con Francia, con Portugal o con Gibraltar (aunque quizá en un futuro tengamos la posibilidad de una con mucha más chicha y más polémica, con Cataluña). Incluso Melilla.
De hecho, alguien podría echarle narices y poner el foco en alguno de esos muros que siguen en pie, muros que dividen países, comunidades y familias como el de Corea, Cisjordania, India y Pakistán o Irlanda del Norte. Poco probables todas ellas porque habrá pocas televisiones que quieran meterse en semejantes fregados, pero hay formas de que la realidad inspire la ficción y aquí hay un filón por explotar simplemente con esa idea de frontera+colaboración.
Volviendo a ‘Bron Broen’, no hay que engañarse. Gran parte del éxito cualitativo de este oscuro thriller sueco son sus dos personajes principales, dos policías interesantes, diferentes, con química y con una amistad desarrollada de forma exquisita alrededor de buenos casos policiales. La idea es buena pero el talento detrás de su desarrollo es más que evidente y en ningún pretendo afirmar que sólo con la idea sea sencillo dar con el discurso y el contenido adecuados y estimulantes. Pero lo que sí es cierto es que 'Bron Broen' ha dado con una de esas ideas de oro que la industria televisiva global puede explotar más de lo normal hasta que se resienta. Y por si aún no os habéis asomado a esta fabulosa serie, ayer mismo se estrenó en AXN la primera temporada de 'Bron (El puente)' y se emitirán nuevos episodios todos los miércoles por la noche.
En ¡Vaya Tele! | Saga y Martin se adueñan de nuevo de una fabulosa y equilibrada segunda temporada de 'Bron Broen'
Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com
VER 13 Comentarios