Hace ya más de una semana que 'Dollhouse' terminó, y lo hizo después de dos temporadas en la que la Fox y Joss Whedon (su creador) no hicieron otra cosa que llevarse como el perro y el gato. Que si cambios en los guiones, que si malos días de emisión, que si disconformidades en los capítulos encargados... un camino largo que solo hizo que la serie bajara de calidad y con ella los espectadores y la paciencia de la cadena que terminó cancelándola después de haberla renovado por sorpresa al final de la primera temporada.
Todos sabemos la calidad que tiene Whedon como creador, a la vista están maravillas como 'Firefly', 'Dr. Horrible' o 'Buffy Cazavampiros', pero también sabemos que a muchas de sus creaciones les cuesta arrancar y quizás ese fue el gran problema de 'Dollhouse', que sus comienzos no fueron del todo buenos y por eso la audiencia no terminó de acompañarle.
Pero si la primera temporada fue una tortura, esta segunda ha sido una auténtica delicia. Parece que Whedon y compañía, al ver que no iban a tener continuación, decidieron soltarse la melena y dar todo de dí para dejarnos un buen sabor de boca, y así lo hicieron.
Abajo el procedimental
Si de algo pecó 'Dollhouse' en su primera temporada fue de intentar ser una especie de procedimental con una trama importante en segundo plano. Ese intento se desechó en esta segunda temporada, en la que nos encontramos desde los primeros capítulos con una historia completa que se iba complicando semana tras semana, algo que era de agradecer después de sufrir la lentitud de la primera temporada.Pese a que la historia nos llevó en principio por otros derroteros, todos los eventos ocurridos en cada capítulo llevaban, contrariando a lo que nos habían dicho el año pasado, al irremediable final que habíamos visto en Epitaph One , la destrucción de la humanidad por culpa de las "dollhouse" y el intento de Echo y compañía por evitarlo.
Unos personajes más profundos
Gracias a la evolución de la historia hacia un frente fijo hemos podido conocer mucho más a fondo a todos los personajes de 'Dollhouse'. Desde una actitud más íntima de Ballard, descubriendo al increíble Topher, maravillandonos con la historia de amor de Sierra y Victor o viendo las dos caras contrapuestas de DeWitt y Boyd.Lo cierto es que los personajes en esta segunda temporada han tenido un papel mucho más activo, consiguiendo que nos identificáramos mucho más con ellos y que nos metiéramos mucho más en la historia.
Echo Echo y más Echo
En esta segunda temporada hemos conocido la verdadera personalidad de Echo, una "doll" que consiguió almacenar todas las personalidades que le habían sido impresas y desarrollar por sí misma una nueva y convertirse en un ser por sí misma.Su protagonismo como la propia Echo generó que los capítulos fueran todos más interesantes, ya que pasamos de tener a una protagonista muy plana y sin gracia (como tienen que ser las "doll") a tener un personaje que actúa por sí misma y que evoluciona a medida que pasan los capítulos. Si había gente que decía que Eliza Dushku era mala actriz, después de esta segunda temporada, les ha tocado retractarse porque ha superado con creces el listón que tenía.
Una historia decente
Vamos a ser sinceros, en la primera temporada, salvo la historia de Alpha, no nos contaron absolutamente nada. Muy al contrario de lo que hemos podido ver en esta segunda temporada donde nos lo han contado todo, desde el funcionamiento y secretos de la "dollhouse" donde están Echo y compañía, pasando por las oscuras intenciones de Rossum, la compañía que quiere dominar el mundo con su tecnología.A mí la historia me cautivó desde el principio, creo que fue sobre todo por saber como acabaría todo gracias a Epitaph One, ese episodio no emitido por la Fox y que fue directamente al DVD. Tengo que reconocer, que si la historia hubiera acabado sin "Epitaph Two", me hubiera parecido la mayor tomadura de pelo del mundo, ya que ese final feliz donde acaban supuestamente con todo, no se lo tragaba nadie.
Epitaph Two
Y que decir del capítulo final, ese capítulo post-apocalíptico donde todo se soluciona todo de una manera que no te esperas. Cierto es que siendo Whedon ya sabíamos que alguien iba a tener que morir (y murieron dos, aunque Ballard "resucitó" en la cabeza de Echo), pero ese final donde las personas con arquitectura de "doll" tienen que pasarse años bajo tierra debido a la reflexión de la onda que emite Topher y el resto vuelven a la normalidad, me pareció simplemente magistral pese a ser un final feliz.Me da mucha pena que la serie haya acabado, pero no sé vosotros pero yo me quedo con un buen sabor de boca después de esta temporada. Si es que cuando le dejan hacer las cosas a su manera, Joss Whedon nos regala auténticas obras de arte dignas de ser vistas una y mil veces.