'Doctor Mateo' comienza a flaquear

Algunas ficciones españolas tienen el privilegio de contar con un descanso muy breve entre el inicio de una temporada y el comienzo de otra. Para el seguidor de una de esas series, este hecho disminuye esa agonía que irremediablemente aparece cuando una ficción se va pero promete volver con nuevos capítulos. Y, aunque resulta positivo para el espectador, un corto parón también puede provocar que se continúe la historia exactamente cómo y por dónde se quedó, cometiendo los mismos aciertos de siempre pero también cayendo en algunos errores.

Que una serie vuelva tan pronto gusta, y mucho. Pero también hay que ser conscientes de que a veces para reflexionar hace falta tiempo. Algo de eso es lo que ha ocurrido con la quinta temporada de ‘Doctor Mateo’, que Antena 3 estrenó hace unas semanas en la noche de los domingos. Mateo y todos los habitantes de San Martín del Sella se marcharon el pasado diciembre y han vuelto con los mismos líos y mecánica de siempre, como si el tiempo no hubiera pasado o como si ‘Doctor Mateo‘ haya decidido continuar explotando su fórmula hasta donde la audiencia le permita llegar.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

Y a los espectadores parece que les sigue gustando. Es cierto que los dos primeros episodios de la quinta temporada han marcado audiencias por debajo de lo conseguido en la recta final de la cuarta temporada. Pero aún así, la ficción de Notro TV ha vuelto por encima de los dos millones de espectadores y del 12% de share, unas cifras que en otras ocasiones ha demostrado ser capaz de remontar con el paso de las semanas. Los próximos datos de audiencia habrá que mirarlos con lupa, ya que de ellos puede depender que esta sea la última temporada de ‘Doctor Mateo’.

En cuanto a las tramas, decir que siguen sin cambios, tanto para bien como para mal. Para bien porque siempre es bueno que una ficción sea fiel a su esencia y no se deje tentar por otras fórmulas que podría atraer más a la audiencia. Para mal porque de todo se cansa uno, hasta de las buenas series. Hay que tener en cuenta que lleva ya cinco temporadas y es esa fidelidad a su manera de hacer la que consigue que a veces ‘Doctor Mateo’ sea algo repetitiva, llegando a conseguir que se eche de menos las primeras temporadas.

Soy de los que piensan que cuando un espectador comienza a recordar los inicios de una serie con añoranza es hora de decir adiós con la cabeza alta, antes de que un desastre lo obligue a hacer de otra manera. Pero la nostalgia no aparece porque los capítulos que nos ofrezcan en la actualidad sean peores que los del pasado, sino porque ‘Doctor Mateo’ ha perdido algo de ese factor sorpresa o de esa frescura que tanto nos gustaba. Tengo la sensación de que conocemos tan bien a los personajes que ya no nos pueden sorprender y si lo llegasen a hacer sería a través de arriesgadas decisiones por parte de los guionistas que podrían no tener un buen resultado.

Algo de esto lo he notado con el personaje interpretado por Rafael Amaya, una de las tres nuevas incorporaciones de esta temporada. El papel de cura jovencito que atrae a todas las mujeres del pueblo no me termina de convencer y creo que llega a desentonar dentro de los vecinos de San Martín del Sella. Tampoco me ha gustado que se continúe con ese triángulo amoroso entre Mateo, Adriana y Nico que tanto nos mareó la temporada pasada. Es sobre esta decisión sobre la que menos se ha reflexionado durante el descanso que ha tenido la serie, ya que parece que se le va a seguir dando importancia al trío en los nuevos capítulos.

‘Doctor Mateo’ me ha hecho pasar tan buenos momentos que tengo miedo de que no tenga un final digno o de que todo se vaya al traste por querer explotar la gallina de los huevos de oro hasta sus últimas consecuencias. La ficción tuvo un inicio muy bueno y un nudo que nos hizo disfrutar a lo grande. Por eso, y viendo que comienza a flaquear, apostaría por un final a la altura de las circunstancias, una digna decisión que nos dejaría en la memoria que fuimos fieles a una serie de buena calidad, y que no nos haría caer en los soporíferos recuerdos que otras ficciones han conseguido a base de prolongar lo improlongable.

En ¡Vaya tele! | El error de la cuarta temporada de ‘Doctor Mateo’

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