Menos continuidad, más riesgo
Hay un estado de ansiedad generalizada en torno a la salud de las franquicias, sobre todo las que parecían dinosaurios inamovibles como Star Wars o Marvel. La primera ya terminó quemada en el terreno de la gran pantalla, pero después encontró una oportunidad de revitalizarse vía el streaming con series como 'The Mandalorian'. Finalmente, da la sensación de que estas también han agotado la paciencia de los espectadores, con la tercera temporada de esta serie estrella firmando números decepcionantes.
Sobra hablar de Marvel. Salvo casos excepcionales, la percepción es de una fábrica indiscriminada de series que funcionaban como versiones extendidas de sus películas, y son las principales señaladas para comentar el bajón de calidad y el desinterés por las nuevas fases de su universo. Lo que debía ser una oportunidad para expandir y establecer elementos argumentales y personajes para que no sea necesario hacerlo a través de las películas ha terminado dañando el interés por estas.
Buscando un camino propio
Quizá el problema sea partir de esa base. Que las series tengan que servir a un plan supremo y que el fan tenga que estar constantemente enganchado si no quiere perderse. Y con un ritmo de producción tan elevado, seguirlas resulta agotador, dejando una enorme sensación de que tienes una pila de deberes por cumplir. Y nada mata más la capacidad de entretener de algo que sentir que estás ahí por obligación, sólo para no sentirte perdido en el proyecto siguiente.
Aunque se vendan como proyectos de personajes aislados, se sienten como un capítulo más en una historia mayor. Volviendo a Star Wars, flaquísimo favor ha hecho el estreno de 'El libro de Boba Fett' como un apéndice de 'The Mandalorian', especialmente teniendo que ser mandatorio su visionado si se quiere entender que pasa de la temporada 2 a la 3 de la serie principal. Nunca se ha sentido como una obra en sí misma, y casi lo mismo ha lastrado a 'Obi-Wan Kenobi', cuya reverencia a uno de los personajes más importantes de la saga ha puesto todo tipo de corsés a lo que se podía contar de él.
Irónicamente, en este largo proceso de producción por obtener contenido encontraron la mejor solución a la fatiga. Fue, por desgracia, en su serie menos vista y la que menos expectación generaba, pero presentaba no sólo lo mejor del universo galáctico en terreno de series sino que entra fácilmente entre lo mejor que ha hecho Lucasfilms desde la trilogía original. Sí, esa serie es 'Andor'.
¿Es paradójico pensar que el mejor antídoto para el cansancio con las franquicias esté en una de las series que menos interés despertaron? Totalmente. El personaje no era precisamente venerado, más allá de que 'Rogue One: Una historia de Star Wars', la película de la que salió, tenga bastantes fans (aunque probablemente lo que les guste sean otras cosas distintas a los personajes principales). Pero Tony Gilroy aprovechó eso de la mejor manera para hacer una serie que realmente se siente diferente.
Contratado inicialmente para arreglar la desastrosa producción de 'Rogue One', a Gilroy se le ofreció la oportunidad de tener su propia parcela dentro del universo de Lucasfilms, preparando una precuela con destino final bien marcado (ya sabemos cómo termina el personaje principal). No obstante, consigue desprenderla de excesivas conexiones con la saga principal más allá de lo imprescindible. Y esto incluye tanto personajes como el tono.
Gilroy es uno de los principales arquitectos de la saga Bourne y también dirigió la imprescindible 'Michael Clayton', thrillers de marcado carácter político con personajes asfixiados en las cuatro paredes impuestas por un sistema más poderoso. Ese espíritu se respira en 'Andor', acentuando el mensaje revolucionario que ya tenían las películas de la saga, haciendo que las presencias del imperio o de la senadora Mon Mothma no se sientan como guiños reglamentarios sino que asientan los pilares de la propuesta.
No obstante, el verdadero corazón de la serie reside en cómo se acerca al pueblo llano, a aquellos en los márgenes del conflicto central de las películas. Algo que reflejaba bastante bien 'The Mandalorian' en sus inicios pero a lo que fue renunciando para que sus ramas se entrelazasen con las de la saga Skywalker. Aquí la clase obrera, los rebeldes de a pie, los presos políticos y hasta los funcionarios de escalafones menores que trabajan para el mal tienen su ocasión de ser protagonistas y tener desarrollo.
'Andor': el verdadero precio de la revolución
Y no porque haya grandes planes para ellos en el futuro Star Wars, ya que Gilroy y su equipo han establecido desde el principio que esta serie van a ser dos temporadas y se acabó. Estos personajes se colocan al frente porque hay una oportunidad de contar una historia emocionante con esos personajes que viven en los márgenes de la galaxia muy, muy lejana. Colocar la serie a pie de "calle" le permite ir más lejos en el mensaje de rebelión de la franquicia, explorando esa sensación de radicalización en una sociedad oprimida que vuelve a 'Andor' casi una serie sobre los orígenes del IRA (hay escenas directamente inspiradas por este movimiento).
El tono realista y crudo ayuda a hacer creíble la voluntad de explorar los aspectos menos amables de una revolución, mostrando los extremos a los que a veces hay que recurrir para el avance. 'Andor' explora de maravilla las entrañas de la rebelión y del imperio, empleando para ello una sólida estructura donde cada tres episodios se elabora un nuevo arco argumental que nos muestra otra cara diferente de este mundo sin dejar de avanzar la trama principal. Esta estructura permite observar mejor a los personajes en su situación, y estos se muestran llenos de vida y complejidad a través de acciones (incluso las más cotidianas) y decisiones que deben tomar.
Estas decisiones tomadas desde el guion, sumada a la exquisita ambientación para recrear tanto la suciedad de las calles como las instalaciones del imperio más estériles y asfixiantes, muestran un cuidado desde la producción que no se aprecia en otras series para Disney+. El uso de efectos está bien medido, no abusando de tecnologías como el volumen y no escatimando en el valor que dan los decorados construidos, dejando constantemente la sensación de una serie con ideas claras sobre qué es y qué puede aportar (no sólo a la saga de Star Wars, aunque sí que consigue engrandecerlas sin que sea su objetivo principal).
Y lo mejor de todo: no es demandante. No necesitas ver 3 o 4 películas y/o series previas para entender qué está sucediendo en la serie, ni vas a necesitar verla para comprender las 3 o 4 películas y/o series que vienen. Podrías hasta verla sin haber visto nada de Star Wars y hasta te podría enganchar. 'Andor' forma su propio microcosmos dentro de un universo mayor, ofreciendo una propuesta adulta que se siente diferente de verdad, pero no completamente distanciada de lo principal. Si a otras series se les permitiese esa libertad para simplemente existir por sí mismas, probablemente los espectadores se sentirían menos abrumados ante lo que se viene.
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