Pues sí, mañana decimos adiós a ‘Fringe‘ a eso de las 2:00 de la madrugada, hora española, en Canal+ Acción (y en FOX en Estados Unidos, a las 20), y ayer ya pudisteis ver la primera parte del recordatorio que mi compañera Adri y yo hemos decidido hacer a esta serie, eligiendo diez de nuestros capítulos favoritos. La imagen que abre la entrada, por cierto, es otro de los pósters de Fringe Benefits, esa iniciativa benéfica por la que los fans elegían qué capítulos querían ver plasmados en forma de ilustración.
La segunda y última parte de esta despedida de ‘Fringe’ incluye algunos de los episodios fundamentales en la evolución de la serie hacia lo que es ahora, algunos de esos “guiños” a ‘Expediente X’ con los que yo siempre disfruto mucho y alguna que otra de las pequeñas excentricidades que se permitían de vez en cuando, jugando con nuestras expectativas, con los márgenes de la historia que querían contar y trufándolo todo de multitud de referencias a la ciencia ficción clásica y hasta al cine negro. Vamos a ello.
There’s more than one of everything (s01e22)
Aunque a partir de la mitad de la primera temporada empezamos a darnos cuenta de que el mundo de ‘Fringe’ era más amplio de lo que parecía, y de que había secretos en Olivia y Peter que sólo nos habían insinuado, no es hasta su episodio final cuando de repente se abre por completo la serie y tenemos nuestro primer vistazo a lo que será su gran hallazgo: el universo alternativo, ese Over There en el que se esconde William Bell. Pocas imágenes tan potentes ha dejado ‘Fringe’ como ese plano de las Torres Gemelas, en pie en el Manhatan (con una sola T) del otro lado.
Con este cliffhanger, que venía precedido de lo que parecía un accidente de coche de Olivia y de su primer salto entre universos, ‘Fringe’ entró definitivamente en el radar de todos los que, hasta ese momento, no estaban demasiado convencidos con ella. De repente, la que en teoría era protagonista de la serie, que había sido eclipsada hasta entonces por Walter, se situaba en primer plano y teníamos un avance de lo que Bell y Walter habían estado haciendo en sus experimentos. Y todo esto sin haber mencionado el auténtico shock del capítulo, que es ver al doctor Bishop llorando delante de la tumba de su hijo Peter. ¿Quién era entonces ese joven que se paseaba por el laboratorio y por el que Walter estaba siempre tan preocupado?
Peter (s02e16)
Como ya hemos comentado muchas veces, la mitad final de la segunda temporada fue la de Peter, fue el momento en el que se nos confirmó lo que nosotros ya sabíamos, pero él todavía tenía que descubrir; que en realidad procedía del otro universo, y que Walter lo robó de allí después de que su Peter muriera de niño. Walter está desesperado por evitar que su hijo lo descubra, más todavía después de que Olivia, que puede distinguir las cosas del otro lado en éste, se dé cuenta de lo que pasa, y aunque la historia nos la cuentan de una manera u otra durante esa segunda temporada, no la habíamos visto hasta este ‘Peter’, un episodio que nos traslada a 1985 hasta cambiando sus títulos de crédito en el proceso (una práctica que luego sería habitual cada vez que la serie se mudaba de dimensión o de línea temporal).
Aquí vemos por fin explicitado uno de los temas que recorre la serie, el de las consecuencias indeseables que puede tener la arrogancia intelectual (una variación de ese famoso “el sueño de la razón produce monstruos”), el saberse en posesión de un intelecto y unas capacidades superiores y creerse capaz de saltarse todas las reglas éticas, morales, legales, sociales y personales sólo porque se puede, y porque el dolor por la pérdida de alguien que queremos nos nubla por completo el juicio. ‘Peter’ nos mete de lleno no sólo en la raíz de la culpabilidad que siente ahora Walter, sino en la guerra entre universos que Walternate quiere lanzar como venganza. Con este episodio y el anterior, ‘Jacksonville‘, arranca el mejor tramo de ‘Fringe’, que llegó hasta ‘Marionette‘, ya en la tercera temporada.
Brown Betty (s02e20)
La tradición de las digresiones locas de los capítulos 19 se inició con ‘Brown Betty’, un delicioso musical steampunk noir que la serie hizo dentro de una iniciativa de FOX llamada ‘Fox Rocks‘, y en la que otros títulos de la cadena, como ‘House‘ y ‘Bones‘, tuvieron capítulos más o menos musicales para apoyar la primera temporada de ‘Glee‘ (sinergias empresariales, eso que tanto le gusta a Jack Donaghy). Como buena heredera de ‘Expediente X‘, que también se entregaba en cuerpo y alma a digresiones que la llevaban a autoparodiarse o a homenajear ‘Frankenstein’, ‘Fringe’ se lanzó también de cabeza a esa propuesta de la cadena y envolvió en una mezcla de ‘Chinatown‘ y ‘El detective cantante‘ una historia que, a primera vista, paraba en seco la trama de la temporada, en la Peter se había marchado tras descubrir quién era en realidad, pero que en el fondo estaba avanzando los sentimientos de los personajes y, especialmente, los de Walter.
Disfrazada de un cuento para la sobrina de Olivia, la historia de ‘Brown Betty’, con su Olivia a lo Philip Marlowe, Astrid cantando ‘A chorus line‘, sus cadáveres cantantes y su corazón de cristal, resume los conflictivos sentimientos de Walter en 42 minutos, su convencimiento de que merece cualquier castigo por lo que hizo con Peter y esa culpabilidad que nunca termina de abandonarle. Los fans se dividieron radicalmente en la recepción de este capítulo (que también inició la tendencia de que ‘Fringe’ haya tenido, probablemente, las promos más imaginativas de toda FOX), que es una pequeña diversión original que nos demostró la voluntad de Jeff Pinkner, J.H. Wyman y compañía por hacer evolucionar la serie y por arriesgarse a probar cosas nuevas, aunque no funcionaran, que estancarse en lo que ya sabían que iba bien.
Olivia (s03e01)
Para muchos, los nueve primeros episodios de la tercera temporada son el punto álgido de la serie, el momento en el que mejor se alinearon todos los elementos que manejaba ‘Fringe’ desde el principio, explorando asuntos de identidad personal, emociones reprimidas, responsabilidad por nuestros propios actos, la percepción que se tiene del otro en un conflicto… Todo eso arrancaba con Olivia Dunham, nuestra Olivia Dunham, no sólo atrapada en el Otro Lado por Walternate, sino sufriendo un lavado de cerebro en toda regla para hacerle creer que en realidad es BOlivia (o Fauxlivia, Zorrivia, Olivia’ u Olivia 2, lo que queráis llamarla), mientras BOlivia estaba infiltrada en nuestro lado, espiando para Walternate, una circunstancia que permitió, por fin, que se luciera la que en teoría es la protagonista principal de la serie, Anna Torv.
Este ‘Olivia’, trufado de homenajes a ‘El prisionero‘ y a ‘Alias‘ (a la que ‘Fringe’ debe mucho más de lo que parece), nos muestra a la agente Dunham luchando por no perder su identidad con la asistencia de ese taxista llamado Henry Higgins, y perdiendo la batalla al descubrir que su madre aún vive en el Otro Lado, por ejemplo. Aquí empezamos a conocer mejor a los döppelgängers y a verlos trabajar en diferentes casos que nos muestran la espiral de destrucción que causó el cruce de Walter para robar a Peter. ‘Olivia’ es la primera piedra en la construcción de todo ese universo alternativo que ha sido el mayor hallazgo de ‘Fringe’, un universo muy pensado, lleno de simpáticos detalles (como que ‘El ala oeste de la Casa Blanca‘ fuera a empezar su 11ª temporada, creo) y habitado por personajes tan humanos como los que conocíamos desde la primera entrega.
Welcome to Westfield (s04e12)
Entre los muchos capítulos con aroma a las aventuras de Mulder y Scully que tuvo ‘Fringe’, éste pudo ser uno de los más claros, con ese inicio que parece tal cual una abducción terrestre, con ese tiempo perdido y esos coches que de repente ya no funcionan. Con Olivia, Walter y Peter intentando averiguar qué se trae entre manos David Robert Jones y cuáles son sus planes para destruir ambos universos, acaban llegando a un pueblo del que, misteriosamente, nadie puede salir, y en el que sus habitantes tienen unas extrañas lagunas de memoria. Luego descubrimos que esas lagunas, en realidad, se deben a que las dos versiones de cada habitante se están fusionando en una sola, con resultados catastróficos, algo que Olivia está experimentando al empezar a tener los recuerdos de la Olivia de la línea temporal original, antes de que Peter fuera eliminado de ella.
‘Welcome to Westfield’ es una pequeña historia clásica de ciencia ficción con toques hasta de la ambientación de las películas de zombies, una historia en la que lo de menos es descubrir qué tiene que ver Westfield con los planes de David Robert Jones y lo mejor es dejarse llevar por esa atmósfera tan de ‘Expediente X’, por ver de nuevo a Walter, Olivia y Peter trabajando juntos como en los viejos tiempos y por ver cómo el equipo de efectos especiales de la serie lograba aprovechar al máximo el presupuesto que tenían, no demasiado elevado. Aquí volvía a tocarse el tema de qué cosas nos hacen ser quienes somos, nos dan nuestra identidad personal y propia como individuos, un tema que resulta todavía más importante en la lucha contra los Observadores de la quinta temporada.
Bonus: An origin story (s05e05)
Y en la “bola extra” que dedicamos justo a la quinta temporada, nos acordamos de uno de los episodios emocionalmente más complicados para los personajes, el que nos muestra cómno Peter y Olivia afrontan la pérdida, por segunda vez, de su hija Etta. Matarla nada más empezar la entrega fue, desde luego, un impacto, y el modo en el que se ha llevado la reacción de sus padres ha sido, en su mayor parte, uno de los aciertos de estos últimos capítulos. ‘An origin story’, además, traza un claro paralelismo entre Peter y Walter, pues el joven Bishop reacciona igual que su padre (Walternate, en este caso) ante la muerte de su hija; buscando venganza a cualquier precio y sin importarle el coste personal no ya sólo sobre él, sino sobre su relación con Olivia.
Ella, precisamente, ha sido en esta temporada la ejemplificación de cómo las emociones humanas van a tener la clave para el final de la serie, además de que cada vez que ‘Fringe’ nos la enseña derrumbarse ( lo que ha hecho en muy contadas ocasiones), es inevitable que a los fans se nos encoja un poco el corazón. Esos planos de Peter implantándose el chip de los Observadores, mientras Olivia llora al ver un vídeo con el cumpleaños de Etta de niña, figuran entre los momentos emocionalmente mejor conseguidos de la serie, y los que nos indican qué es lo que le interesa más a ‘Fringe’ en su recta final.
Hasta aquí llega nuestro recordatorio a la serie, uno de los mejores títulos de ciencia ficción que hemos podido ver en televisión en los últimos años, demostrando que el género puede tomarse con seriedad (pocas series pueden presumir de basar algunas de sus ideas en teorías de la física cuántica) y, al mismo tiempo, divertirse con él, una serie imaginativa con una gran voluntad por evolucionar que siempre estuvo anclada en las emociones de sus personajes. Te echaremos de menos, Gene.
En ¡Vaya Tele! | Diez episodios para rememorar ‘Fringe’ (I)
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