Apagad las luces, poned un par de velas en la repisa, abrid la ventana y dejad que el viento remueva los visillos y haya titilar las llamas. Si tenéis una máquina de hacer humo, mejor que mejor; pero como seguramente no sea el caso, nosotros os vamos a ayudar a crear esa atmósfera oscura y terrorífica que tanto se lleva en la última noche de octubre.
Marina empezó ayer esta lista de episodios con los que pasar miedo y hoy cojo el relevo para seguir enumerando esos capítulos que nos han hecho querer encender la luz o abrazarnos fuertemente al cojín. Por supuesto, es una lista muy personal que deja fuera otros títulos que encajarían perfectamente y por ello os invito a que uséis los comentarios para compartir los vuestros. Compartamos el miedo. Pero mientras os lo pensáis, aquí van los míos.
‘Hospital Kingdom’ – Butterfingers
ABC decidió en 2004 contar con Stephen King para escribir una adaptación de ‘Riget’, una serie danesa dirigida por Lars Von Trier. King se basó en algunos elementos de la trama de la serie original y mantuvo a varios de los personajes pero realizó algunos cambios. Ya sabemos que le encanta introducirse de alguna manera en sus historias y ‘Hospital Kingdom’ arranca con el atropello de un pintor famoso que acaba en un hospital de Maine en el que ocurren cosas muy extrañas. Después de varios episodios en los que peca de lenta y abstracta (pero cuya atmósfera malrollera es impecable), las posibilidades de la serie estallan por fin en Butterfingers, el noveno capítulo, uno muy autoconclusivo en el que todo el personal del hospital está emocionado por la final del World Series de baseball. Todos menos un exjugador (interpretado por Callum Keith Rennie) que intenta suicidarse.
Es un episodio que se vive desde el punto de vista de Dedos de Mantequilla y que nos lleva de paseo por ese Reino, el hospital alternativo, esa especie de inframundo que existe en el lugar. Este no sólo es uno de esos capítulos que se pueden ver y disfrutar sin haber seguido la serie; funciona en sí mismo y exprime esa atmósfera enrarecida, la tensión, algún que otro susto y el yuyu general que tiene la serie, sino que también es un episodio clave para entender las posibilidades espacio-temporales del Hospital Kingdom y es el punto a partir del que la serie explota definitivamente.
‘Fringe’ – Marionette
Me aventuraría a afirmar que este será uno de los episodios que más se recuerden de la serie cuando pasen los años, uno que aparece con frecuencia al rememorar ‘Fringe’ (y que nosotras mismas lo incluimos en aquel homenaje-despedida a Walter y compañía). Marionette coge sentimientos como el amor, la pérdida y la negación y los convierte en un espectáculo deprimente y grotesco.
Un episodio donde la identidad y la humanidad son claves para los protagonistas en ese punto de la historia y que se refleja en este Frankenstein moderno. De nuevo en ‘Fringe’ confluyen vida y muerte, hombre y máquina. Marionette tiene varias de esas secuencias en las que te gustaría no mirar pero no puedes evitar hacerlo. Esa joven convertida en marioneta que baila toscamente a ritmo de unas manivelas. Perturbadoramente macabra y tremendamente emotiva al mismo tiempo.
‘Nightmares and Dreamscapes’ - Battleground
Más Stephen King, no lo puedo evitar. Esta miniserie adaptaba relatos cortos del escritor en ocho episodios independientes y autoconclusivos. Si bien el nivel de los episodios es muy irregular, varios de ellos merecen mucho la pena en el terreno del terror psicológico y/o la ciencia ficción - Last Umney’s Case o Crouch End son dos ejemplos-, pero Battleground es sin duda de los más memorables. Nunca un patito de goma dio tanto miedo.
William Hurt interpreta aquí a un asesino a sueldo que mata al dueño de una compañía de juguetes. Una noche, recibe un paquete en su casa que contiene una colección de soldaditos de juguete que resultan ser algo más que eso. Es un episodio que arranca en pura tensión, evoluciona hacia el terror psicológico y acaba en la acción loca, todo ello con ausencia casi total de diálogos y una dirección fantástica. El mejor de ‘Pesadillas de Stephen King’ junto con el fa-bu-lo-so The end of the whole mess. No os los perdáis, son conclusivos y no es necesario verlos en orden.
‘Supernatural’ – The Kids Are Alright
Una de las cosas que más me gustaban de ‘Sobrenatural’ (antes de abandonarla tras la sexta temporada) es que nunca sabías por dónde iba a salir. Era capaz de darte un chorrisodio marca de la casa seguido del capítulo más creepy de la temporada, y de éstos ha tenido más de lo que podría parecer por ese aura gamberra que tan bien le sentaba. Su versión de la leyenda urbana de Bloody Mary fue uno de los primeros episodios que captaron mi atención en la primera temporada, Home fue otro que además era clave en el pasado de los dos hermanos.
Pero Los niños están bien tiene un añadido único y es que hay pocas cosas que den tanto mal rollo que unos villanos infantiles. Dean va a visitar a Lisa, una chica con quien tuvo una relación –y que tendrá cierta relevancia- y, casualidades de las series, comienzan a ocurrir accidentes extraños; los niños empiezan a cambiar y los padres a morir. Tensión, terror e implicación emocional, la mejor combinación para un capítulo de este estilo.
‘Hannibal’ – Coquilles
Confesaré una cosa, ‘Hannibal’ es una de las series más grotescas que he tenido el placer de ver. No sólo porque sea macabra, explícita y tenga escenas absolutamente perturbadoras, sino porque las convierte en arte, en algo con cierta belleza; malsana, pero belleza. De su primera temporada aún tengo grabadas a fuego ciertas imágenes como ese cello humano o el tótem de extremidades, y es que no sólo es el qué sino el cómo; esa atmósfera desasosegante.
Y todo ello está en Coquilles. El quinto episodio sigue esa pauta de convertir al humano en obra de arte de la escena del crimen de la misma forma que Lecter lo convierte en su visualmente delicioso menú. Las víctimas se convierten en ángeles guardianes y son expuestas con su piel convertida en alas. Colgadas y terroríficamente celestiales.
Cinco episodios y cinco formas muy diferentes de pasar miedo. Pero quiero cerrar yo también con un trauma de la infancia. Podría resultar difícil que venga de ‘Punky Brewster’ pero no se si recordáis aquel episodio en el que iban al bosque y se metían en una cueva en la que ocurrían cosas extrañísimas, había mucho humo verde, cabezas en las paredes, arañas gigantes y ojos que espiaban. Y ahora os toca. Nosotras ya os hemos dejado una ración de miedo, es momento de que nos comentéis las vuestras en los comentarios.
En ¡Vaya Tele! | Diez capítulos de miedo para Halloween (I)
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