Netflix ha encontrado uno de sus últimos grandes éxitos con 'Detrás de sus ojos', una miniserie británica que adapta la novela homónima de Sarah Pinborough. Hace unos días ya os comenté mi opinión sobre sus tres primeros episodios, con los cuales conseguía despertar la curiosidad por ver cómo evolucionaba la historia, sobre todo sabiendo lo muy comentado que estaba siendo su desenlace. Una vez visto, es lógico que así sea.
Cuidado con los spoilers de 'Detrás de sus ojos' de aquí en adelante.
Un salto al vacío sin red
Y es que el final de 'Detrás de sus ojos', en especial sus últimos 15-20 minutos, es uno de esos que te hace replantearte por completo todo lo visto hasta entonces. Es cierto que antes hay pequeñas pistas que van yendo progresivamente a más sobre ese componente fantástico vinculado a la proyección astral que se apodera entonces totalmente de la serie, pero la forma de presentarlo hace que la serie termine de venirse abajo por completo.
La cuestión no es tanto lo loco y disparatado que es asumir todo lo relacionado con la proyección astral, ya sea como método de espionaje o incluso para llegar al intercambio de cuerpos, lo que realmente derrumba la serie es el estúpido proceder de Louise, quien básicamente toma la peor decisión posible, la única que puede ponerla en peligro, abandonando su cuerpo para intentar salvar a Adele. ¿De verdad alguien se va a exponer a una situación así teniendo en cuenta la peculiar relación entre ambas?
Ahí siempre existe la posibilidad de atacar a la serie por el hecho de poco menos que demonizar al único personaje LGTBIQ de la serie -siendo además algo que no se termina de concretar hasta entonces-, pero yo lo veo más como que es el único que demuestra tener la suficiente inteligencia para conseguir lo que busca. A partir de ahí llega ese elemento fantástico chocante de entrada que quizá la serie de Netflix podría haber desarrollado con mayor fortuna. Ahí el problema estaba en equilibrar la importancia entre mantener informado al espectador y la necesidad de sorprenderle.
Sin embargo, lo que no tiene perdón de Dios tal y como está presentada en la serie es que Louise abandone su cuerpo literalmente al lado de la casa de Adele cuando sabe muy bien que ella también es capaz de hacerlo. A fin de cuentas, es consciente de que la ha estado manipulando todo este tiempo y que los ha estado espiando, más que probablemente usando la técnica de abandonar su cuerpo, ¿qué clase de persona se expone entonces a la posibilidad de lo que acaba sucediendo?
Detrás de sus ojos (Runas)
Habrá quien acepte todo tal y como está planteado en la serie, porque a fin de cuentas llega un punto en el que te exige dejarse llevar ante la cantidad de disparates que llegan a sucederse, pero también quien simplemente llegue un punto en el que no acepte lo que propone la serie. En mi caso fue eso que os comenté pese a que ya el salto de fe estaba siendo descomunal antes, ¿y a vosotros?
Dos importantes detalles de la novela ausentes en la serie
Por si el final de 'Detrás de sus ojos' no da suficientes motivos para discutir al respecto, me gustaría destacar que hay dos detalles de la novela ausentes en la serie que la hubiesen convertido en algo todavía más retorcido. Por un lado, el gato de Marianne era asesinado por Adele en el libro de una forma bastante gráfica, una buena forma de mostrarnos hasta dónde está dispuesta a llegar para mantener a David a su lado. De eso no hay rastro alguno en su adaptación televisivo, donde el gato es probablemente es uno de los únicos personajes que puede decirse que tiene un final.
El otro cambio llamativo tiene lugar justo al final de todo cuando Adam, el hijo de Louise, nota que hay algo raro en su madre y hasta comenta que “Si odias los barcos. Siempre has dicho que odias los barcos”, a lo que ella responde “A lo mejor he cambiado”, sembrando así la duda sobre si Adam va a ser realmente una molestia para él con ese primer plano centrado en el personaje interpretado por Simona Brown.
En el libro eso resulta mucho más explícito ya que es la forma de poner la guinda a un recurso que la serie de Netflix ignora por completo, ya que allí son habituales las reflexiones en off de Louise y Adele -en realidad Rob- y en esa escena final, Pinborough añade una aclaración muy reveladora del triste futuro que le espera a Adam: “Sacar a Adam de mi vida será un poco más dramático. No debería costarme demasiado, porque todo el mundo sabe que los niños son muy dados a los accidentes. Además, de todos modos, la tristeza une a las personas, ¿no?”.
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