Este fin de semana hemos sabido que los Emmy han hecho unas pequeñas pero significativas modificaciones en alguna de sus categorías. En primer lugar, se ha ajustado la regla del 2% en las categorías de mejor serie de comedia y de drama; esto quiere decir que si el candidato que quede en séptimo puesto está dentro del 2% de los votos, saldrá nominado. Resumiendo, se ha ampliado el margen de la categoría de 6 a 7 nominados. Esta es una respuesta más que lógica al crecimiento exponencial en la producción y emisión de ficción de las últimas dos temporadas.
Es algo a lo que constantemente hacemos referencia cuando Netflix tiene nuevo proyecto o una cadena que originalmente no tiene producción propia se aventura en el terreno de la ficción: el panorama está cambiando. Rápida y drásticamente. Hay industrias (como la española) que desprecian internet por lo que está haciendo con la cultura en general y el entretenimiento en particular, pero lo cierto es que la globalización que ha llegado con la red es gran parte de la “culpable” del incremento en la producción de las series.
La ficción ha tirado todas las barreras y ahora más cadenas se están animando a tomar su pedacito de tarta, en parte alentadas por el éxito de Netflix (que ha entrado como un elefante en una cacharrería), las ventas internacionales y la realidad cada vez más patente de que el mundo demanda contenidos interesantes y los busca donde sea, aunque haya que recurrir a paises de idiomas muy ajenos. Menos pilotos, más series evento (es decir, más variedad) y producciones para todo tipo de perfil y público que incluso están tirando las barreras que separan formalmente al cine y la televisión.
El auge de la miniserie
De esto hemos hablado muchas veces en los últimos meses y por ello me interesa más centrarme en los cambios que ha habido en las categorías referentes a las miniseries y TV movies. Después de muchas temporadas de declive de ambos formatos, la Academia de Televisión decidió colocarlas juntas en cada categoría. Sin embargo, vuelve a tener sentido que cada una tenga consideración independiente cuando miramos la cantidad de miniseries o series evento que se han estrenado y, sobre todo, que están por venir.
Los cambios no se verán aplicados a todo el campo de las miniseries y TV movies; en el resto de las categorías (reparto, guión y dirección) se mantendrán unidos pero tendrán hueco para un nominado extra, habrá seis en lugar de cinco. Hasta hace nada, la miniserie y la TV movie era cosa del cable; lejos quedaban los éxitos en los 70, 80 y 90 que conseguían las networks con series como ‘Raíces’, ‘Hombre Rico, Hombre Pobre’ o ‘Norte y Sur’.
La miniserie tiene un problema y es que lograr un margen de beneficio es más complicado; producirlas supone un desembolso de dinero que no va a ser rentabilizado con el tiempo, no se va a traducir en millones de espectadores semana a semana. Depende de un éxito instantáneo. Es tan efímero que incluso hay que pensarse el hacer esfuerzos de promoción –en detrimento de lanzar series de larga duración- para algo tan temporal. Hasta hace nada, los pocos eventos de ficción de este estilo se reservaban para momentos que permitiesen obtener algo extra, como la temporada de sweeps.
La miniserie quedaba entonces para las cadenas de cable básico y premium, cuyo modelo de producción y amortización de las series es muy distinto y este tipo de eventos televisivos no sólo son rentables por las ventas internacionales y porque son financiados mediante suscripción en lugar de publicidad, sino que además contribuyen a algo vital para este tipo de cadenas: la imagen de marca.
Es curioso cómo los cambios en los hábitos de consumo que vivimos en la actualidad han dado la vuelta por completo a todo esto. Los argumentos por los que las networks antes no se animaban a producir miniseries se convierten en los motivos por los que el formato ha vuelto. Con el espectador envuelto en mitad de una vorágine creciente de opciones –como decíamos al principio-, el compromiso y la fidelidad se complican cada vez más y las series de larga duración se han convertido en el verdadero reto.
Todos estos factores se van uniendo haciendo la bola de nieve cada vez más grande: se multiplican las miniseries y series evento por lo que directores y actores estrellas de la industria del entretenimiento pueden comprometerse con los proyectos, de tal forma que los títulos toman aún más notoriedad. Quiero decir, es brillante: NBC trae de vuelta ‘Héroes’. Por muchas críticas que recibiese y por mucha bajada de audiencia que sufriese tras su primera temporada, la curiosidad y el poco compromiso que implica el formato, van a atraer a un número considerable de espectadores, al igual que con ’24: Live Another Day’.
Con las miniseries han vuelto también las antologías, un formato aún más olvidado y generalmente reservado para el género que ahora vemos con ‘American Horror Story’ y seguiremos experimentando con proyectos como ‘Los 10 mandamientos’y sus episodios independientes de directores estrella o 'Fargo'. Incluso ‘True Detective’, que ya se ha hecho un nombre por sí misma como marca, será una antología por temporadas. Conclusión: la serie de larga duración va a seguir siendo el pilar de las nerworks porque es lo que hace que el espectador vuelva a la cadena semana tras semana, pero preparaos para que el aluvión de miniseries siga por este camino.
Además de los cambios mencionados, los Emmy también han aplicado una escisión en la categoría de Reality para alcanzar una mayor variedad; ahora está dividido en dos categorías dependiendo de si es guionizado o no (no entremos en el debate, que os veo) - Outstanding Structured Reality Program y Outstanding Unstructured Reality Program (tipo ‘Duck Dynasty’). También hay algún otro cambio menor que podéis leer aquí.
En ¡Vaya Tele! | Sobre la migración de directores de cine a la televisión
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