La cuarta temporada de ‘Community’ tuvo todo tipo de reacciones, desde aquellos que renegaron de ella porque ya no era lo mismo hasta los que defendían que no era para tanto y seguía siendo una sitcom divertida. Personalmente siempre suelo coger con pinzas los comentarios que afirman cuánto se nota la marcha de un showrunner de su serie pero en el caso de Dan Harmon sí me colocaría entre aquellos que consideraron que se había convertido en una mala copia de sí misma. El problema era que estaba empecinada en demostrar que seguía siendo esa serie plagada de referencias a la cultura pop, autoconsciente y con la capacidad de plantear un mundo nuevo en cada episodio, y en ese afán de probarlo se dejaron la frescura. Sí, los elementos estaban ahí pero no funcionaba; la presión de estar a la altura era palpable. Por mucho que mi abuela me explique cómo hacerla, la tortilla de patata no me sale como a ella.
Bien pues, contra todo pronóstico, Dan Harmon está de vuelta en Greendale junto a Chris McKenna y se nota en muchos aspectos. Primero, en esa frescura que se echaba en falta; el fluir de estos dos primeros episodios de la quinta temporada ha resultado más orgánico, más natural y, en definitiva, menos forzado. Autoconsciente pero en el buen sentido porque como no podía ser de otra forma, este relanzamiento de la serie no han escatimado en guiños y pullas a lo sucedido en la pasada temporada, tanto fuera como dentro de cámara.
Vuelta a los inicios
Repilot es un título que ya deja claras las intenciones de Harmon y McKenna con respecto a esta quinta temporada, algo que queda patente ya desde esa primera secuencia con Jeff como la parodia del típico fracasado desaliñado y borracho. Este primer episodio lidia satisfactoriamente con las dificultades que se presentaban de base: ¿cómo justificar el regreso a Greendale? Una virtud de ‘Community’ que siempre consideré básica es lo bien que estaban establecidos los perfiles de cada personaje: siempre estáticos (algo que intentaron cambiar el año pasado y no funcionaba), siempre predecibles y con un papel muy claro en la química de grupo. En Repilot rápidamente se reestablece la dinámica, justifican el regreso de todos ellos a la Universidad, colocan a cada uno en su nuevo lugar a la vez que se ríe de dónde acabaron la temporada anterior y deja todo bien atadito en 20 minutos.Tras ese primer episodio de vuelta a Greendale y de dejar la mecánica de nuevo en su sitio, Introduction to teaching no sólo confirma que ‘Community’ ha vuelto con fuerza, sino que deja claro que tiene cosas nuevas que ofrecer. Hasta ahora el mundo del profesorado ha sido terreno poco explorado más allá de algún personaje o trama esporádicos, pero con Jeff al otro lado la cosa promete más tramas locas de profesores desfasando, de confirmar que la manía a un alumno influye en sus notas y de rebelión en las aulas bajo grandes estandartes como ese ¡Queremos notas ligeramente mejores!. Incluso sorprende cómo enfrenta a Jeff con esa versión cínica exagerada en la que podría convertirse que es Hickey, un divertido Jonathan Banks que casi hace pensar que estemos viendo a Mike de ‘Breaking Bad’ convertido a profesor.
El Show de las pullas
Todo lo ocurrido tras las cámaras (los problemas en el set, el regreso de Harmon, la marcha de Chevy Chase y, próximamente, de Donald Glover) había creado mucha expectativa respecto a cómo se vería reflejado en el contenido. Repilot ha sido un episodio plagado de indirectas, directas, guiños y pullas de las que todo el mundo ha salido escaldado, desde la ausencia de Pierce (¿no os sentís mal de hacer esto sin…. Magnitude?) hasta la próxima marcha de Glover (Abed: ¡Esto es como la novena temporada de Scrubs, Zach Braff estuvo sólo en seis episodios! Troy: ¡Hijo de…! Después de lo que ‘Scrubs’ hizo por él…). A propósito de esto último; es algo que se va a notar mucho en la dinámica de la serie. La química entre Abed y Troy ha sido siempre el centro de la parte más gamberra y más geek de ‘Community’, y la marcha de uno de ellos seguramente hará que se resienta, pero ya en Introduction to teaching se percibe cierta anticipación en cómo se enfrentarán al cambio en el breve diálogo de Abed con Shirley sobre ‘Hellraiser’.
No falta un Pierce a modo de holograma o la aparición de Chang ya curado de su changnesia pero la cosa no acaba ahí. Jeff hace un repaso personaje a personaje cuando intenta probar cómo Greendale les ha destrozado la vida riéndose de dónde la anterior temporada había dejado a cada uno de ellos, referencia que culmina con esa mención al año de la gotera, si así podemos traducir más o menos lo de gas-leak year, al que culpan de todos los males de su destino.
No lo achaques todo a un año de goteras. Esto es un proceso de cuatro años. Entramos por un lado como personas de verdad y salimos por el otro como una versión caricaturizada.Estas son algunas de las perlitas que hemos podido disfrutar en este regreso de 'Community', que de momento ha vuelto con la esencia gamberra y paródica que tanto nos gustaba pero sin dejar de lado esa parte de pequeño corazoncito que nos mantenía pegados emocionalmente a sus personajes. Porque ese equilibrio perfecto entre la payasada y el trasfondo real de un puñado de fracasados que intentan hacer algo con sus vidas era uno de los factores que más se echaba de menos la temporada anterior (que fue más de una cosa o la otra), y este arranque de temporada de momento promete volver a darnos al mejor Greendale; el de las guerras de Paintball, el de las aventuras en 8 bits o el de las diferentes líneas temporales. Go Human Beings!
En ¡Vaya Tele! | Nueve razones en formato gif para apuntarse a la vuelta de 'Community'
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