Si alguien puede pensar que una serie con más de diez años no es capaz de mantener el nivel que ha marcado anteriormente debe pensar con más calma. 'Cuéntame cómo pasó' ha vuelto a cubrir el hueco de los jueves por la noche en La 1 y, una vez más, su regreso ha resultado ser todo un acierto para la cadena. Los episodios de 'Cuéntame cómo pasó' se mantienen por encima de los cuatro millones de espectadores pese a que tenemos que hablar ya de su décimotercera temporada. Y lo mejor de su regreso han sido las ganas que ya ha demostrado tener la ficción de la cadena pública para no defraudar a su fiel audiencia.
Ya hemos hablado de los recursos que utiliza 'Cuéntame cómo pasó' para, además de incluir las tramas propias de cualquier ficción, mostrar el período histórico en el que esta se ambienta. Esta temporada, además, encontramos una salvedad que no hace más que la serie gane razones para ser seguida. Y es que este año 'Cuéntame cómo pasó' va a hacer hincapié en un tema que, además de permitirnos viajar al pasado, sirve como reflejo de la situación actual por la que pasa nuestra sociedad. La temible crisis económica también ha llegado a los barrios de Salamanca y San Genaro, dándonos más de una situación con las que muchos nos sentiremos identificados en la actualidad.
Si la temporada pasada pudimos observar las consecuencias que tuvo el puesto en el Gobierno que consiguió el padre de familia, en la actualidad Antonio Alcántara está al borde de la ruina. Ahora se ha convertido en un parado más que sumarse a la cola, que debe luchar para solventar los problemas de encontrar un nuevo trabajo a sus 53 años y que además no quiere verse obligado a perder el nivel de vida que siempre aspiró conseguir. Y, a partir de esta premisa, todas las consecuencias que se han mostrado hasta ahora nos deja con la intuición de que esta podría tratarse de una temporada de las buenas. Los episodios que hasta ahora hemos visto así nos lo demuestran, que nos han ofrecido el dibujo de un gran drama con pinceladas cómicas bien marcadas.
Es 'Cuéntame cómo pasó' una de las pocas ficciones que no le pesa los noventa minutos de duración de cada uno de sus episodios. No digo con esto que la serie no ganara puntos si el tiempo por capítulo se redujera (ninguna serie española hoy en día se libraría de esta recomendación). Tampoco hay que olvidar que el hecho de que se emita sin publicidad hace que no nos resulte tan pesado como el resto de ficciones. Pero 'Cuéntame cómo pasó' tiene un guión tan cuidado que muy pocas escenas están incluidas como relleno. Un guión al que cada actor hace justicia. Qué podemos decir de actores como Ana Duato, Imanol Arias o Juan Echanove que no se haya dicho ya (si a alguien se le ocurren piropos nuevos que los vaya comentando) y que nos dejaron con un fantástico broche al capítulo emitido el pasado jueves (incluyendo a María Galiana, esa abuela observando muda todo lo que ocurre a su alrededor).
Si la serie se ha mantenido en todos los buenos aspectos también lo ha hecho en esa premisa que siempre he criticado y que es la que más chirría. Me refiero al hecho de que todos los personajes tengan que vivir en algunos capítulos las mismas circunstancias de su entorno. Aunque era lógico que en un tema como la crisis económica se diera este resultado, ya que una de los aspectos más atractivos de esta temporada es observar las distintas respuestas que se dan en cada familia a la crisis. Pero ha habido alguna ocasión en la que esta situación se ha metido con calzador. Me refiero a ese incendio (demasiado fortuito) que destrozaba el nuevo local de videojuegos y hundía en la miseria a Desi, incluyéndole en la lista de personajes que van a tener que sortear a los acreedores durante esta temporada.
Ojalá que todas las quejas que tenga la nueva temporada de 'Cuéntame cómo pasó' sean como esta, porque eso significará que la serie ha sido capaz de mantener el alto nivel que ya se ha marcado tiempo atrás. El resto de tramas que están por venir (Inés trabajando con chicos con problemas, el bar de copas que Carlos va a abrir con Felipe o el nuevo trabajo de Merche) se observan como buenas oportunidades que la serie puede exprimir en un futuro reciente. Y mientras tanto, veremos como Antonio Alcántara sigue luchando consigo mismo para vencer los miedos que le muestran que no es el señor que él pretende ser en la vida. Nosotros, los espectadores, estamos de enhorabuena. Llevamos diez años disfrutando de una de las mejores series que ha parido nuestra televisión. Y lo mejor es que aún le quedan fuerzas para seguir batallando en el futuro.
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