El trailer no avisaba de nada demasiado bueno, pero uno seguía teniendo esperanza en que la adaptación televisiva de Crash mantuviese el pulso que tuvo la premiada película. Pero queda muy pronto claro que no va a ser así. Y pese a la decepción que me llevé con la premiere doble, quería darle una oportunidad a la serie, por ver si lo del inicio era como el de True Blood: un fiasco que se podía remontar. Pero no: Crash es una serie muy mediocre.
La película adoptaba muchos personajes como si fueran los principales para dar una visión poliédrica de los conflictos raciales en una gran ciudad como Los Angeles. Además, conseguía que los muchos efectismos de la historia quedaran minimizados gracias a la sensación final.
Crash, la serie, coge todos los defectos de la película que le da nombre y los amplifica hasta el extremo: el uso de muchos personajes vuelve confuso al guión, que navega sin dirección clara y con subtramas anodinas. Además, desaparecida la tesis racial (que haya personajes de diferentes etnias no significa que se vaya a hacer una serie sobre el racismo), la historia se queda simplemente en lo anecdótico. Supongo que la idea era ambiciosa: hablar sobre la vida en una ciudad inmensa y casi inhumana. Pero el resultado es aburrido y la serie parece un gigante con pies de barro: hay muchas mejores intenciones que resultados.
Además, teniendo en cuenta que Crash pretende ser una historia de personajes, la dirección de actores deja mucho que desear. El ejemplo más claro es el de Dennis Hopper, absolutamente desatado, histriónico porque sí y, finalmente, increíble. Resulta difícil engancharse a algo que no te crees, que no deja de resultar ridículo. El resto de actores tampoco pueden sacarle jugo a un retrato plano y sin interés.
Sorprende que ya tenga la temporada de 13 episodios confirmada, incluso desde antes del estreno. No es tan culebrón como amenazaba aquel primer trailer, pero la impresión final es casi peor. La pregunta es: ¿Si no hubiera tenido el origen cinematográfico, Crash podría haber dado el pego? Sinceramente, creo que no. Y con la película por detrás, el pecado es mayor.
En ¡Vaya Tele! | Crash