Esta noche van a saltar chispas en la televisión en España, ya que se estrenan al mismo tiempo una nueva temporada de 'Supervivientes' y 'La cocinera de Castamar', adaptación de la novela homónima de Fernando J. Múñez que es a su vez una de las grandes apuestas por las series de ficción de Atresmedia de este año. Es cierto que ya se pudo ver previamente en Atresplayer Premium, pero eso no quita un ápice de interés a un duelo que se antoja muy interesante.
Será mañana cuando sepamos cómo ha funcionada en audiencia cada una de ellas -el mismo día en el que Netflix también estrenará 'La cocinera de Castamar'-, pero ahora quiero llamar vuestra atención sobre la miniserie de Antena 3, ya que estamos a un entretenido drama de época que sabe jugar bastante bien con las intrigas palaciegas para enganchar al espectador. Es cierto que sus primeros minutos no invitan a tener confianza en lo que vendrá después, pero sabe enderezar el rumbo rápidamente.
Dinámica
Mi compañero Alberto ya hizo mención a lo mal que funcionaba el prólogo de 'La cocinera de Castamar' en lo referente a su realización, pero no quiero dejar de mencionar que no está muy lejos de lo paródico en lugar de conseguir el impacto dramático buscado. Solamente habría que alterar un poco la interpretación de los actores y cambiar la música para que ese efecto fuera pleno. Es verdad que se trata de un momento con sus riesgos, pero si no vas a hacerlo bien, te lo puedes ahorrar y simplemente presentar el trauma de uno de los protagonistas a través de los diálogos.
De hecho, la serie vuelve a empezar justo después de eso dando un salto en el tiempo para presentarnos la situación en palacio coincidiendo con la llegada de la joven interpretada por Michelle Jenner que acabará convirtiéndose en la nueva cocinera de Castamar tras una serie de circunstancias que le permiten deslumbrar con sus habilidades culinarias, pero de ella iremos descubriendo poco a poco cosas de su pasado, siendo lo que sucede en la fiesta que el duque de Castamar se ve obligado a dar donde encontramos cosas más jugosas en este inicio de la serie.
Por un lado, se agradece que el equipo de guionistas sepa cómo utilizar su amplio reparto para encontrar ese ritmo fluido imprescindible primero para atrapar la atención del espectador y luego para dejarle con ganas de ver por dónde van los tiros. Eso aplica sobre todo al personaje encarnado por Hugo Silva, en el cual detecté ciertos ecos del John Malkovich en 'Las amistades peligrosas'. Y es que verdad que hay varios factores desestabilizantes en la aparente armonía que reina, pero su vengativo y lujurioso plan es lo que mejor funciona de todo.
Ahí también se agradece que 'La cocinera de Castamar' no racanee a la hora de presentar los personajes y prácticamente sepamos todo lo necesario de ellos con rapidez. Faltan más matices -que imagino llegarán en consonancia a ir esclareciendo más todo lo que rodea al personaje de Jenner-, claro está, pero su labor a modo de presentación de este primer episodio resulta intachable y ya os adelanto que sigue evolucionando favorablemente en el segundo capítulo.
Muy cuidada
A ello hay que añadir una variedad de tramas bien hilvanada, ofreciendo un retrato amplio y complementario de cómo era la vida en la alta sociedad madrileña en el siglo XVII. El lujo inherente a ello es algo de lo que 'La cocinera de Castamar' también se preocupa a nivel técnico, esquivando en todo momento las soluciones para salir del paso en beneficio de un cuidado trabajo de ambientación que nos permite sumergirnos mejor en el universo que plantea.
Es cierto que en la actitud a la hora de encarar las interpretaciones se tiende quizá no a un toque modernizador, pero sí más accesible en lugar de abordarlo de una forma más estricta. Es una apuesta que beneficia a la serie, ya que consigue el punto equilibrio para hacerlo más accesible sin hacer imposible que te creas lo que sucede.
Y es que 'La cocinera de Castamar' perfectamente podría haber sido un culebrón de lujo o un afectado drama de época, pero en su ADN existe cierto componente juguetón que potencia esas intrigas de palacio y las relaciones entre los personajes en la dirección adecuada para hacer brillar con más fuerza sus virtudes.
Más allá de eso, el reparto cumple con holgura en los papeles asignados, sobre todo Jenner y Silva, pero también es verdad que por ahora apenas ha sido más que una primera toma de contacto. Una presentación en paralelo a su llegada a la fiesta en Castamar para obligar al duque interpretado por el todoterreno Roberto Enríquez a abandonar su luto. La auténtica clave está en ver cómo van desarrollándolos, pero al menos a mí me han dejado con ganas de seguir adelante.
En resumidas cuentas
'La cocinera de Castamar' empieza de tal forma que te deja con ganas de quitar el episodio y ponerte a ver otra cosa, pero pronto demuestra que es una serie que merece la pena por su forma de abordar las intrigas de palacio con la ligereza necesaria para no hacerse cargante con tantos frentes, pero con la solvencia necesaria para que uno se meta de lleno en la historia y disfrute con ella. Recomendable.
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