El mantel bueno se saca del cajón, la vajilla de los acontecimientos especiales espera reluciente y el horno calienta el plato que desprende ese olor inconfundible de la elaborada preparación que tiene detrás. Es momento de sentarse a la mesa y degustar una suculenta cena de Nochebuena, la noche de las reuniones y los reencuentros por excelencia. Son muchas caras las que se juntan bajo el mismo techo durante la cena, que pasa demasiado rápido para aquellos que disfrutan teniendo a su gente reunida y demasiado lento para los que no terminan de estar cómodos en estas celebraciones.
Porque a veces la idea del reencuentro no sale tan bien como podíamos pensar en un principio, ya que entre copa y copa pueden salir a la luz viejas rencillas que no se habían solucionado debidamente. Todos tenemos en mente a esas personas con las que no parece una buena idea unirse en una fecha tan señalada, algo que sucede hasta en el mundo de las series. Con motivo de la llegada de la Nochebuena, hemos querido hacer un repaso por aquellos personajes que no invitaríamos a nuestra cena de Nochebuena, a no ser que quisiéramos que esta terminara como el rosario de la aurora. Hay gustos para todos.
Sheldon Cooper
En apariencia inofensivo, Sheldon Cooper podría conseguir que aborreciéramos la sola idea de celebrar la Nochebuena durante los años venideros. No solo pondría cientos de pegas hasta encontrar el sitio perfecto en el que sentarse, sino que nos sacaría de quicio con algunos de sus ticks o no se cansaría de demostrar su inteligencia con un buen número de curiosidades sobre el origen de la Navidad. Esto haría sentir incómodo al resto de invitados, algo que Sheldon sería incapaz de percibir y, como consecuencia, moderar su comportamiento. Tampoco tendría problemas en lanzar sus halagos envenenados, esos en los que intenta lanzar un piropo pero con el que en realidad solo transmite su desprecio. Una forma insoportable de pasar la velada.
Estela Reynolds
Vestida con su atuendo más hortera, Estela Reynolds llegaría a la cena dispuesta a ser el centro de atención de la misma. Para ello no tendría problemas en dejar constancia de lo repugnante que es la comida mientras presume de haber estado en los mejores restaurantes cuando era una estrella del show bussines. Cuidado porque a partir de aquí, y dependiendo de las copas que lleve encima, puede terminar echándole el anzuelo a todo hombre presente en la mesa, contándole a todos cómo fue usurpado uno de sus pezones o pelearse con cualquier fémina que se atreva a llevarle la contraria. Eso sí, se irá antes de que acabe la velada escupiendo en el suelo y asegurando que se marcha para no volver jamás.
Queenie
Que entre gamba y gamba se haga un comentario desafortunado es lo más común en una noche como esta, una mecha que puede encenderse para dar lugar a una explosión incontrolada. En este supuesto nunca querríamos que Queenie, la chica vudú de 'American Horror Story: Coven' estuviera sentado en nuestra mesa, la misma que cuenta con un buen número de utensilios con los que dar rienda suelta a su imaginación. Si conseguimos cabrearla demasiado quizá quiera utilizar las tenazas para romper el marisco en cualquiera de sus dedos o acercar su cara a una de las velas que decoran majestuosamente la velada, unos simples gestos que haría que todos los demás nos retorciéramos de dolor.
Walder Frey
Pese a que la última celebración en la que estuvo presente fue muy sonada, ninguno querríamos la presencia de Walder Frey en nuestra cena de Nochebuena. Visceral y rencoroso, puede que nos halague con todo tipo de manjares, provocando nuestra confianza más absoluta y haciendo que nos dejásemos llevar durante el resto de la noche. Es muy probable que previamente hubiese hablado con nuestro cuñado, aceptando un malévolo plan que llevaría a atacar a toda la familia cuando menos lo esperásemos. Nadie se salvaría de su ira y finalizaría la cena con un último sorbo de su copa de vino mientras contempla la sangre dejada a su alrededor.
Dr. Hannibal Lecter
Todos estaríamos de acuerdo en que la elegancia a nuestra cena la pondría el Dr. Lecter, un personaje que aceptaría de buen gusto nuestra invitación pero que propondría elaborar al menos uno de los platos que se encontraran en el menú, especialmente si este llevara carne. Acompañado de uno de sus mejores vinos, también mostraría su amabilidad a la hora de servirlo, mientras nos embelesa narrando el proceso de elaboración y las propiedades de los alimentos que estamos a punto de ingerir. Quedaríamos encantados con su manejo en la cocina y la cena sería perfecta, pese a que lamentáramos la ausencia de última hora de uno de nuestros primos.
En ¡Vaya tele! | Cinco costumbres de Acción de Gracias que nos han enseñado las series
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